Cristina Fernández de Kirchner acaba de decirte, a vos, por televisión que “en la Argentina no hay estado de derecho”. Por favor, no la malinterpretes. Son esas cosas que ella dice en el desesperado intento por recuperar tu amor. Ella sabe que dijo una barbaridad, un exabrupto. Pero con tal de reconquistarte es capaz de cualquier cosa. No es ignorancia, ni fanatismo, ni delirio. Es amor. Puro amor. Pero es un amor cada vez menos correspondido. Y eso es lo que le resulta tan difícil de asumir. Tenés que entenderla. Supiste darle tu voto y tu corazón. Y ahora se lo negás. Hacete cargo. Como cantaba Luis Miguel: “Tú la acostumbraste a todas esas cosas… y tú le enseñaste… que son maravillosas…”. Pero no le vas de frente. No le decís que no la querés más, que te avivaste de que todo fue un cuento chino y que no la pensás volver a votar nunca más. La estás haciendo sufrir mientras ella se desvive por reenamorarte. Te pone notas en Facebook, te twittea todo el día, te manda selfies y videítos. Hasta te escribió una carta abierta ofreciéndose a tus brazos y diciéndote que ella es la única opositora que puede cuidarte de los males que te acechan con este gobierno. “No le escribí a los dirigentes, le escribí a los votantes” dijo en la nota que le dio a Infobae. Obvio. El despecho es así. Jamás se le habla a los terceros en discordia cuando el objetivo es recuperar al ser amado. El mensaje no fue ni para Massa ni para Randazzo. Fue para vos, que formaste parte del 54% y ahora la dejaste en este humillante 34%. Te habló directo, sin intermediarios. Está haciendo cualquier cosa por conmoverte. Incluyendo ir a misa y posar para la foto haciendo un inédito puchero. Desde Cromañon en 2004 hasta Nisman en 2015, pasando por Once en 2012, nunca hizo pucherito por ninguna víctima de nada. Valoralo. Ponelo en perspectiva. Hizo lo que tal vez jamás pensaste que ella sería capaz de hacer: dar una nota sin red. En un medio que no está pago por ella, con un periodista que no juega en su equipo. Todo un mérito. Pensá que durante doce años esta gente gobernó la Argentina sin rendirle cuentas a nadie, salvo una vez que se descuidaron en Harvard y unos estudiantes con una par de preguntitas, la dejaron patas para arriba. Fue debut y despedida. Sin embargo, esta vez se la jugó. Arriesgó el pellejo. Puso el cuerpo. Y lo hizo por vos. Se humilló entrando a las oficinas de Daniel Hadad a quien hasta hace un tiempito hubiera preferido verlo muerto. Y ahí nomás se sentó frente a las cámaras a reclamar tu amor. Esperando que la mires. Para intentar reconquistarte. Para llegar al fondo de tu corazón, allí donde todavía habitan los dulces recuerdos del pasado. Donde aún sobrevuelan aquellas primeras mariposas. Donde moran las cenizas de aquellos fuegos. Buscando que vuelvan a florecer mil pimpollos. A la espera de una primavera por llegar. Al reencuentro de esos dos extraños amantes. En un titánico esfuerzo final, el jueves apeló a lo más profundo de tu ser. Y a vos te chupó un huevo. Te importó más ver el partido del Arsenal por la Champions League que su mano implorante. Sos una basura. No tenés corazón. Ella está haciendo todo lo que le reclamaste que haga en los últimos años. Te está dando todos los gustos. Se sacó de encima a todos los amigos que vos detestabas. “¿De Vido? No te podría contestar satisfactoriamente” le dijo a Novaresio. “¿Si me arrepiento de Boudou? No hablemos de cosas que ya no van a pasar”… “¿Que Aníbal dijo que cosa?? No me acuerdo…” Te dedicó toda la nota y vos ni la miraste. Te importó más el gol de Alexis Sánchez. No tenés piedad. Al final ella va a pensar que no te merecés el derecho a votarla. Pero ella insiste. Y hasta donde pudo se confesó. Fue muy autocrítica con el tono en el que te habló por cadena nacional durante toda una generación de argentinos. No se arrepintió de las mil cadenas, pero a esta altura de la situación yo creo que si la apurás un poquito y la ilusionás con tu voto, te promete que no las va a hacer nunca más. Además miró a cámara y le pidió un diálogo al Presidente. Te juro que sí. Ella, que durante 8 años no le atendió el celular siendo Macri el Jefe de Gobierno de la Ciudad, ahora le pide diálogo. ¡¡Cambió!! Ella también es Cambiemos. ¿Serías vos capaz de cambiar tu decisión o ya no hay retorno? ¿Lo podés hablar el jueves en terapia? Solo te está pidiendo una segunda oportunidad. Ella se juega todo. Su futuro político, su guita, su libertad y la de sus hijos a los que metió en un quilombo chino. Y le pone toda la garra que le queda. Ella te imagina del otro lado del televisor y se pone nerviosa. Y mezcla todo con todo. “En la Argentina de hoy meten preso a un pibe que escribió un tweet” dice, y se confunde porque en realidad metieron preso a uno que anunciaba en caracteres árabes que iba a asesinar a Macri. Y claro que lo metieron preso. ¡Por suerte lo metieron preso! Y después defendió a una colifa que mostró una ametralladora y dijo que era para matar a la hijita del presidente. Y también la metieron presa, como corresponde. Como en enero de 2010 cuando ella también metió en cana a un demente que le transmitió amenazas por la radio del helicóptero presidencial. ¡Y bien que lo encanaron! Ella lo hubiera mandado a Guantánamo si no fuera que estaba enfrentada con Obama. Parece mentira que estuvo 8 años desafiando al presidente más progresista de la historia de EEUU. Pero hoy no pienses más en eso. No seas rencoroso. Si, habló de Nisman y del acuerdo con Irán. Pero no te voy a contar lo que dijo porque la idea no es que te indignes más. Es sólo tratar de ver si todavía queda en tu corazón algo por lo que valga la pena salvar esta relación. Ella está jugada. Le hizo creer a Novaresio que lloraba por José López, pero no era verdad. Lloraba por vos. Te quiere, te necesita, 34% es peor que Aníbal. Es más, daría la vida por aquel 41% de Herminio en 1983 que en su momento fue una catástrofe y hoy sería maravilloso. Está sufriendo. Como en toda separación, el que toma la decisión tiene el poder y el que más sufre es el otro. En este caso ella, porque la decisión de separarte fue tuya. Ya se, motivos no te faltaron. Decímelo a mí. ¿Hay alguna posibilidad de que lo reconsideres? Te está pidiendo muy poco. Es sólo un voto en octubre. ¿Serías capaz? Ella está arrepentida de todo lo que te hizo sufrir. De todo el daño que te provocó. No lo expresa con palabras porque va contra su naturaleza, pero sus ojos lo dicen todo. Esas cañerías de agua y cloacas que te está poniendo Vidal, ella te las podría poner también. No lo hizo antes porque simplemente no se le ocurrió ¿Le darías una chance? Ella te está pidiendo perdón. A su manera porque la humildad nunca fue su fuerte. No seas mal llevado. Si ella te habla con el corazón, vos no le contestés con el partido del Arsenal. Y si la vas a dejar definitivamente, se macho y decíselo de frente. Con honestidad. Pero también con mucha delicadeza. Ponele poesía. Cadícamo inmortalizó el deber ser de las separaciones: “Hace justo un año… nos separamos sin un llanto. . . Ninguna escena, ningún daño... Simplemente fue un adiós… inteligente de los dos. . . ” Si la vas a abandonar, contenela y tratá de que no se enoje. Ojo, no seas boludo. Yo sé lo que te digo. Esta mina es de las que te hierven el conejo.
Cristina hierve el conejo
Cristina hierve el conejo