"Recuerdo vagamente aquel 17 de Octubre de 1945. Me encontraba escuchando la BBC Radio junto a mis padres en el living de mi casa en Oxford cuando, de repente, el locutor interrumpió la programación para relatar que en Buenos Aires se estaba llevando a cabo una manifestación popular sin precedentes encabezada por humildes trabajadores que decidieron movilizarse hacia Plaza de Mayo para exigir la liberación de un General llamado Juan Domingo Perón. Si bien yo era un niño, la segunda Guerra Mundial había culminado un mes atrás con un impacto tal en nuestras vidas, sufriendo hambre, toques de queda, viendo nuestras casas desaparecer, obligándonos a escondernos en refugios debido a los bombardeos alemanes, que mi mente iba a la velocidad de la luz comparada con la de un niño de mi misma edad en otra parte del mundo". Evidentemente a Stephen Hawking lo impactó de tal forma la noticia de que un nuevo dictador surgiera en un país tan lejano que nunca más olvidaría su nombre. Si bien por ese entonces estaba muy lejos de transformarse en una de las mentes más brillantes del siglo XXI, intuyó que nada bueno estaba por sucederle a una de las potencias mundiales de aquella época. Inquieto como todo niño, escuchó atentamente a su padre para entender lo que sucedía en Argentina. "Es muy simple, Stephen. Así como Lenin combatió al Capital transformando a Rusia en una nación atormentada, alejada del mundo, envuelta en sus paranoias constantes y eso trajo aparejado líderes mesiánicos del estilo de Hitler, Mussolini y Franco, este militar verborrágico sudamericano azotará como las 7 plagas al país más rico de Sudamérica. Recuerda, hijo: la única manera de gobernar a las masas que tienen estos populistas, es dividir a la gente y estigmatizar a los ricos bajo el mote de oligarcas". En ese momento, Stephen Hawking tuvo una epifanía. De tal palo, tal astilla. De hecho no es casualidad que el genio nacido en Oxford reconociera años después que la fuente de su inspiración fueran su padre, Albert Einstein y Perón. "De mi padre heredé la capacidad de análisis, su brillantez para ver desde afuera conflictos. Me dio la perspectiva que me acompañó siempre. De mi maestro y mentor, Albert Einstein, la simpleza con la cual llegó a la teoría que revolucionó el mundo y me permitió llegar -desde ahí- al principio de la humanidad. Juan Domingo Perón fue la inspiración del Big Bang. Resulta que yo buscaba desesperadamente volver al inicio, a ese momento donde todo era oscuridad y que a partir de ahí hubiera una explosión, la chispa que encendiera la vida. Debo reconocer que el peronismo fue mi mayor fuente de inspiración ya que, al asumir el General, reseteó la historia de un país próspero, que había llegado a ser una potencia mundial y gracias a él, se puso en cero. A tal punto que el pasado dejó de existir, como si la historia de la Nación hubiera desaparecido en un agujero negro, generando una explosión popular. No tengo dudas: el peronismo es el Big Bang de la pobreza, porque sin pobres necesitados de un líder carismático, la política argentina y latinoamericana moderna, nunca hubiera sido posible". El otro que sufrió en carne propia a Stephen Hawking fue el dictador caribeño Fidel Castro, quien le prohibió terminantemente la entrada a la isla al físico británico a pesar de que muchos de los afamados científicos cubanos lo veneraban tanto o más que a él. Durante una entrevista concedida al Washington Post, en los años '80, el hombre que vivió más de 50 años postrado en una silla de ruedas se refirió de la siguiente manera acerca de Fidel "Es una fotocopia sin tóner del Che Guevara. El argentino fue el verdadero líder de la Revolución, ya que conocía a la perfección el modus operandi de Juan Domingo Perón -el creador de la franquicia populista importada de Europa- basada en discursos eternos, repletos de frases edulcoradas que el pueblo quiere escuchar, basado en un estado de bienestar a punta de los recursos del Estado hasta quedarse sin nada en las arcas, para luego echarle la culpa de sus penurias al imperio de turno". Franquicia. Qué término tan duro pero pertinente para definir a los populismos que azotaron a la región durante décadas. Irónicamente es el modelo exitoso que exporta el capitalismo -como el sistema de licenciatarios de Mc Donald's- pero aplicado a la política. "Perón fue a Mussolini, lo que Fidel a Perón y de ahí surgió Hugo César Chávez Frías, el beisbolista frustrado que quiso unirlos a todos y terminó explotando como un sapo de tanta presión histórica que se autoimpuso. Hugo Chávez siguió el manual de instrucciones de la franquicia al pie de la letra ya que, al igual que sus predecesores, premió a los fieles, castigó a los traidores, expropió tierras, destruyó a las multinacionales, sus discursos interminables eran capaces de poner a dormir la siesta a millones de almas y, una vez cumplidos los objetivos impuestos por la franquicia, culpó de todos sus males a un enemigo imaginario. Como Lenin a los Zares, Franco a la Realeza, Perón a Braden, Fidel a la CIA, al FBI y a cuanto Presidente asumiera en el país vecino, Chávez al imperialismo yanqui, mientras engordaba sus cuentas bancarias con miles de millones de dólares provenientes de los barriles de petróleo en su precio máximo histórico". Si bien Stephen Hawking tuvo un problema con el habla -ayudado por un ordenador Intel para poder comunicarse con el exterior-, no por eso su lengua fue menos filosa. Su teoría acerca del Big Bang de la pobreza, que tuvo su inicio en la Argentina post Segunda Guerra Mundial gobernada por el peronismo, que lo obsesionaba al punto de seguir de cerca los vaivenes de la política latinoamericana hasta sus últimos días. "La cultura del dar de a cuentagotas, del puntero que domina el barrio, de la bolsa de ropa o comida a cambio de votos, del roban pero hacen, la cultura del hablar y no pavimentar las calles de tierra, del hablar y no dar agua corriente, gas o luz eléctrica, la cultura de imprimir billetes para sostener un modelo caduco a cualquier costo, no sólo es obsoleta sino cínica", llegó a decir Stephen Hawking a The Independent en una de sus últimas entrevistas, cuando se lo consultó acerca del Kirchnerismo. "Si al robo obsceno de un país, le sumamos una Justicia totalmente corrompida, tenemos la versión actualizada del peronismo, que en sus 12 años se pierde el respeto a sí mismo ya que este matrimonio ni siquiera lo hizo en nombre de un partido político que le otorgó los votos para llegar al poder, sino en favor propio y el de sus amigos que se enriquecieron vilmente, al igual que lo hizo Vladimir Putin; el Juan Domingo Perón de las estepas".
El día que Stephen Hawking definió al peronismo: "Es el Big Bang de la pobreza"
El fallecimiento del físico teórico, astrofísico y cosmólogo británico, dejó al descubierto documentos y entrevistas en donde criticaba duramente a Perón y al populismo latinoamericano en general