La auditoría oficial encargada por el Tribunal Supremo Electoral boliviano (alineado al gobierno) fue contundente. En su informe conocido este martes concluyó que no puede “dar fe del resultado electoral” ya que todo el proceso estuvo “viciado de nulidad” por la cantidad de irregularidades documentadas. Ante esto, el candidato opositor Carlos Mesa envió una carte al vicepresidente Álavaro García Linera en la que le solicita la conformación de un nuevo TSE que fije cronograma para la realización de nuevas elecciones. En desarrollo...
