Política

Macri vuela a Nueva York para reunirse con Donald Trump, convencer a los banqueros de Wall Street y hablar en la ONU

Mauricio Macri parte en vuelo privado a Nueva York para cumplir una agenda de 60 horas que incluye un encuentro con Donald Trump, su participación formal en la Asamblea General de Naciones Unidas y una serie de reuniones con banqueros e inversores de Wall Street que han sido abollados por la crisis financiera que embistió a la Argentina. Macri desea comunicar su nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional antes de abandonar Manhattan, pero la cautela burocrática del FMI condiciona las aspiraciones del Presidente. En Washington ya enterraron un primer memo de entendimiento con Macri y no quieren repetir esa traumática experiencia política, aunque Argentina sea explícitamente respaldada por los países más poderosos del planeta. Aún no se conoce cuándo se reunirá el staff del Fondo para aprobar el memo definitivo y menos todavía cuándo votarán los países que pertenecen al board del intrincado organismo multilateral. Sin embargo, Christine Lagarde –directora gerente del Fondo— apuesta a lograr una declaración política de apoyo al gobierno argentino que debería conocerse en las próximas 72 horas. Es lo que pretende Macri para enfrentar con un discurso expectante a los banqueros e inversores de Wall Street, que todavía no deciden si multiplican sus inversiones en Argentina o desarman las posiciones que consolidaron cuando Cristina Kirchner ya no estaba en la Casa Rosada. Macri regresa a Nueva York con el argumento formal de participar en la Asamblea General de Naciones Unidas. Sin embargo, el presidente llegó a Manhattan para formalizar una apuesta personal ante los jugadores de Wall Street que apoyaron su programa gradual de ajuste económico. Es lo único que le importa: recuperar el apoyo de los mercados y salir rápido de la crisis financiera Macri inicia su gira con una visita al Financial Times, un diario de negocios que marca la agenda económica y financiera en Occidente. Allí desayunará con su plana mayor para explicar que ya pasó la tormenta en la Argentina y que su decisión de acordar con el FMI es fundamental para ir a déficit cero y empezar a crecer en el segundo trimestre de 2019. Tras su desayuno en el Financial Times, Macri irá hasta el edificio de Bloomberg para insistir sobre la viabilidad de su programa económico. Bloomberg es una agencia de noticias que influye en los mercados de todo el mundo y durante su visita mantendrá un encuentro con Michael Bloomberg –dueño de la agencia, ex alcalde de Nueva York y eventual candidato presidencial— y participará de un programa de televisión de la propia agencia que se trasmite a los cinco continentes. A Macri le encantaría anunciar aquí su nuevo acuerdo con el FMI, pero Lagarde no aseguró que eso pueda suceder en las primeras horas del lunes 24 de septiembre. Cuando abandone las imponentes oficinas de Bloomberg, el Presidente almorzará con banqueros e inversores que compraron millones de dólares en bonos de la Argentina, y a continuación mantendrá dos reuniones cerradas con miembros del Council of America y con la Cámara de Comercio de los Estados Unidos. En estos encuentros, Macri perseguirá un solo objetivo: recuperar la confianza de Wall Street y ratificar que el acuerdo con el FMI implica un relanzamiento de su programa de déficit cero. A la hora del cóctel, el jefe de estado se reunirá con Trump. No se trata de una cónclave bilateral, sino de un evento diplomático que organiza la Casa Blanca para recibir a los presidentes que participarán de la Asamblea General de Naciones Unidas. Macri agradecerá el apoyo de Washington a su gestión y partirá hacia la gala del Atlantic Council, una organización sin fines de lucro muy influyente por sus vínculos con el poder real de los Estados Unidos. En esa gala, el presidente recibirá un premio por su programa de gobierno. Al otro día, martes 25 de septiembre, Macri tendrá una agenda aplicada a la ONU y a las relaciones diplomáticas. El presidente reiterará en la Asamblea de las Naciones Unidas su apoyo al libre comercio, insistirá en la cooperación entre los Estados, hará referencia a la Argentina como organizadora del G20 e instará a lograr una transición democrática para superar el trauma social y político que implica Nicolás Maduro para Venezuela. Será un discurso de quince minutos que incluirá una mención a la defensa de la soberanía nacional en Malvinas, a la impunidad de Irán respecto al ataque terrorista en la AMIA y al acuerdo del cambio climático de París, que Trump enterró cuando llegó al Salón Oval. Antes de su discurso en la Asamblea, Macri mantendrá una reunión con sus colegas del Mercosur y a continuación compartirá un almuerzo distendido que organiza Antonio Gutiérrez, secretario general de la ONU. Es muy importante la reunión del Mercosur: aún está trabado el acuerdo bilateral con la Unión Europea y un cambio en Brasil –tras sus elecciones presidenciales— puede postergar sine die un tratado que es clave para la posición geopolítico del Mercosur. Macri viaja a Nueva York para asegurar a banqueros e inversores que la crisis ya pasó y que el ajuste fiscal permitirá recuperar un sendero de crecimiento constante en 2019. El jefe de Estado pretende apoyar estos argumentos políticos en el anuncio de un nuevo acuerdo con el FMI, que aún se está negociando en Buenos Aires y Washington. Macri deberá ser paciente: la burocracia del Fondo ya quedó magullada por el acuerdo anterior, que fue un fracaso irremediable. Y ahora no quiere repetir la experiencia, pese a la presión de Lagarde y la Casa Blanca. El staff del FMI vio pasar muchos presidentes argentinos, y ya nada lo conmueve. SEGUÍ LEYENDO:

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