"Le tenemos que decir basta a los mafiosos, le tenemos que decir basta a los ladrones carajo"… Antes que se conociera que los diputados kirchneristas salvarían al ex ministro Julio De Vido, un taxista se topó con los ex trabajadores de PepsiCo frente al Congreso de la Nación y descargó toda su bronca e indignación contra ellos y los militantes de izquierda que los acompañaban. Visiblemente alterado, el hombre se bajó del vehículo de alquiler y comenzó a insultar a diestra y siniestra, en una reacción que evidencia un síntoma claro de una sociedad dividida. "Esta sociedad se tiene que despertar; de qué lado están zurdos, de la mafia o de la gente que quiere el cambio", continuó el taxista que incrementaba su cólera a medida que se acercaba a los manifestantes que bloqueaban la entrada del Parlamento –la que está ubicada sobre Av. Rivadavia– e interrumpían el tránsito en la zona. El tumulto atrajo a otros transeúntes que se sumaron al reclamo con más insultos. Los gritos fueron contestados por un grupo de militantes, lo que incrementó la tensión. De milagro, no pasó a mayores. Con la intensión de calmar los ánimos, uno de los delegados de PesiCo se acercó hasta el hombre para explicarle los motivos del reclamo. No tuvo éxito. La respuesta fueron más insultos. Después de varios minutos, efectivo de la Policía de la Ciudad –que custodiaban el Parlamento– lograron calmar al hombre quien volvió a su vehículo y finalmente se alejó del lugar.
