Los precios no dan tregua. La inercia de años de aumentos, la corrida cambiaria y los incrementos de tarifas los alimentan. La inflación de agosto, del 3, 9% según el Indec , no solo reflejó la mayor suba durante 2018, sino que se trata de la variación más fuerte del IPC en más de dos años y medio. Con el dato de agosto se acumula una inflación de 24, 3% en lo que va del año, y en los últimos doce meses, de 34, 4%. Según coinciden los especialistas, los índices más altos llegarán este mes y en octubre. Para todo el año, el Gobierno prevé una inflación cercana al 42%, mientras que los economistas privados pronostican una variación que podría rondar el 45%, siempre que el dólar se estabilice, una situación que -prevén en la Casa Rosada- podría llegar tras la aprobación del presupuesto consensuado con la oposición y un reajuste del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Los mayores aumentos del mes se dieron en alimentos, celulares, prepagas, cigarrillos, combustibles , luz y transporte. Más específicamente, el rubro que reflejó los mayores aumentos el mes pasado fue el de comunicación (+12,4%), debido al aumento de los planes de las telefónicas. En tanto, vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles subió 6,2%, por el impacto del alza de las tarifas de luz. En cambio, la categoría de salud mostró un incremento de 4, 1% por el aumento de las prepagas, y transporte tuvo un incremento de 4%, debido a las subas de colectivos, trenes y subte (que tuvieron un impacto parcial porque comenzaron a regir el 15 de agosto) y también de los combustibles. Los alimentos (+4%) y equipamiento y mantenimiento del hogar (+3, 1%) fueron los rubros que con mayor precisión muestran el traslado parcial de la devaluación a precios. La inflación núcleo, la medida más observada por el Banco Central (BCRA), registró un aumento de 3, 4%. La entidad que conduce Luis Caputo mantuvo esta semana su tasa de referencia en un 60% y estimó en su informe de política monetaria que ese será el piso para el costo del dinero por lo menos hasta diciembre, hecho que ahoga el financiamiento de las empresas, pero podría contener -creen algunos especialistas- el traslado a precios de la suba del dólar. Por lo menos en parte. Hay que volver atrás solo 30 días para registrar la velocidad con la que cambian las previsiones. El mes pasado, los economistas proyectaban una suba de la inflación para el año de por lo menos 35%. El cimbronazo cambiario les inyectó un dinamismo alocado a los pronósticos públicos y privados, y en las últimas semanas dejó atrás esos cálculos. Incluso el propio Gobierno revisó sus números y prevé un alza de 42%. "El dato no es bueno, pero está en línea con lo esperado. No es una sorpresa. Es la variación mensual más alta desde mayo de 2016 y la interanual más elevada desde enero de 2017", afirmó Gabriel Caamaño, economista de la consultora Ledesma. "Estamos manejando una proyección de 5, 5% para septiembre y un promedio mensual en torno a 3, 3% para el último trimestre de 2018. Para 2018 estamos casi en 45%. Y eso sería estabilizando, léase reduciendo la volatilidad del tipo de cambio, algo que todavía no estaríamos logrando", describió el especialista. "La inflación muestra una suba muy fuerte en agosto", coincidió Lorenzo Sigaut Gravina, director de Ecolatina. "El dato núcleo impulsó bastante, con alimentos y bebidas y los precios regulados, que subieron bastante. Esos son los drivers que impulsaron al alza la inflación del mes. En la medida interanual, la inflación supera el 34%, y lo peor está por venir. Creemos que en septiembre puede llegar al 6%. Los datos de la primera quincena indican eso. Con esa inflación en septiembre, y un número elevado en octubre, estamos cerrando el año rozando el 45%. Hay que retrotraerse a 2002 para una inflación tan alta", dijo. "Este panorama se puede agravar si el frente cambiario no se estabiliza. Si a mediados de septiembre no se cierra un acuerdo por el presupuesto y con el FMI puede seguir subiendo el dólar, y esto complica el tema inflacionario. El traslado a precios fue relativamente bajo, pero siempre hay algo y acelera la inflación", agregó. "Para los meses que quedan, de septiembre a diciembre, estimamos una inflación acumulada de 13%. Este mes viene con alta inflación, de más de 5%, por el impacto de la devaluación y la suba de otros precios puntuales. En los meses siguientes las alzas mensuales desacelerarán, pero vienen todavía a tasas muy altas", estimó Melisa Sala, de la consultora LCG. Y agregó: "Aun atenuado por el contexto recesivo, el pass through de la devaluación a precios no dejará de sentirse sobre la inflación núcleo. Viene con un rezago de dos meses. Además, seguirán impactando nuevas subas de bienes y servicios regulados ya autorizados por el Gobierno". LCG prevé una inflación de 41% en el año. Hubo también una mirada regional. "La inflación dio 3, 9% total y 4, 1% en el Gran Buenos Aires. Era de esperar que fuera un poco más que en la ciudad de Buenos Aires, ya que el share de bienes es mayor que el de servicios fuera de la ciudad", precisó, en tanto, Juan Luis Bour, economista jefe de FIEL. "El dato está en línea con lo esperado", afirmó por su parte Camilo Tiscornia, economista de la consultora T&C. "Hay mucho impacto de precios regulados. A esto se le tiene que agregar el aumento del sueldo de las empleadas domésticas y el de los cigarrillos. En la núcleo aparece el impacto del tipo de cambio, a través de alimentos, combustibles y equipamiento", estimó. Tiscornia ve una inflación de entre 41% y 42% para fin de año.
Por las subas del dólar y las tarifas, la inflación se acelera y creen que rondaría el 45%
Los precios no dan tregua. La inercia de años de aumentos, la corrida cambiaria y los incrementos de