El ex juez federal Norberto Oyarbide optó este miércoles por una coartada judicial clásica: haber actuado bajo presión del kirchnerismo en la firma de sus sentencia. Apostó a esta jugada porque tiene miedo de ir eventualmente preso en la causa de los cuadernos por las coimas. Sucede que los magistrados y ex magistrados tienen los llamados agravantes de todas las penas. Entonces, si se lo condena por asociación ilícita -el delito que está en la carátula de la causa- por más de 3 años deberá cumplir prisión efectiva. Más aún si eventualmente, Bonadio le suma el delito de prevaricato -dictar sentencia contra la ley- porque Oyarbide manejó causas en que está imputado De Vido y el matrimonio Kirchner. El abogado Ricardo Monner Sans dijo a Clarín que “es una posibilidad muy fundada que Oyarbide termine tras las rejas. A los jueces y ex jueces se le suman por el Código Penal todo los agravantes de las penas”. Si se demuestra que Oyarbide cometió el delito de prevaricato en sus causas -por sorteo durante la época K la mayoría de las causas de corrupción caían en su juzgado-, los fiscales, la Oficina Anticorrupción y otros querellantes podrían pedir que se aplique el concepto de cosa juzgada írrita. En este caso, por ejemplo, el polémico sobreseimiento que dictó a los Kirchner por enriquecimiento ilícito del año 2008 podría reabrirse y perder su carácter de cosa juzgada. El ex ministro de Planificación estuvo imputado en la causa por el desvío de fondos el plan Sueños Compartidos de las Madres de Plaza de Mayo que Oyarbide permitió que se desdoblará. Entonces, el se centró en Sergio Schoklender y dejó en otra causa a los ex funcionarios como debido. Además, le dio un sobreseimiento exprés al matrimonio Kirchner por el aumento de su patrimonio en un 158 por ciento en el año 2008. En esta polémica medida contó con el apoyo del contador de los Kirchner, Víctor Manzanares, quien está preso por obstruir la justicia en la causa Los Sauces. En los cuadernos Oyarbide figura el 3 de setiembre de 2013 un almuerzo en el restaurante Sagardi del barrio de San Telmo con el entonces ministro de Planificación Julio De Vido, y su mano derecha, Roberto Baratta, dos ex funcionarios que están presos. Luego el 26 de setiembre de 2013 Oyarbide recibió a Baratta en el despacho que tenía en los tribunales de Comodoro Py. Y que el 17 de octubre de ese mismo año, el día de la lealtad peronista, interrumpió su almuerzo en Estilo Campo para darle “una resolución” al también hoy detenido Nelson Lazarte. Tuvo que pasar casi un año y el 22 de junio de 2015 el mismo Lazarte pasó por la casa del juez. “Retira papeles luego de ir varias veces a llevar dinero”, afirma Centeno. Luego figura un encuentro más en Estilo Campo el 14 de octubre de 2015 para que el juez le entregara otra resolución al ejecutivo Lazarte. Por su parte, el operador judicial del peronismo Javier Fernández fue indagado ayer por Bonadio y negó haber entregado bolsos con plata. Fuentes judiciales lo vinculan con las gestiones K ante Oyarbide. En los cuadernos de Oscar Centeno, Fernández es mencionado en 2015 como "Javier de Inteligencia", una anotación que lo acerca a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Paralelamente, el fiscal Jorge Di Lello pedirá en unas dos semanas a Oyarbide, su novio y el resto de su entorno que justifiquen el incremento de su patrimonio en una causa por enriquecimiento ilícito contra el famoso ex juez, quien por primera vez en su vida, y luego de haber zafado de ser destituido en un juicio político en el 2001, gracias a los votos de los senadores menemistas, sabe que ahora está más que complicado judicialmente.
Cuadernos de las coimas: Norberto Oyarbide podría terminar preso
Sucede que a los magistrados y ex magistrados se le aplican todos los agravantes de los delitos. De ser condenado, deberá cumplir prisión efectiva. El ex juez federal Norberto Oyarbide optó este miércoles por una coartada judicial clásica: haber actuado bajo presión del kirchnerismo en la firma de sus senten