Los años de lucha empiezan a ver sus frutos. Corría el 2004 cuando Elisa Carrió y los que formamos parte de la Coalición Cívica empezábamos a denunciar una matriz corrupta diseñada por Néstor Kirchner y orquestada por Julio de Vido. Por ese entonces, enfrentarse a un kirchnerismo en su máximo esplendor no era tarea sencilla. Fuimos calumniados, insultados y humillados. Luego de tanto tiempo, la investigación se hace visual en un exfuncionario que tira bolsos con millones de dólares en un convento. Y se hace palabra en varios cuadernos escritos a mano que relatan minuciosamente el minuto a minuto del modus operandi de la estafa más grande hacia los argentinos. Es importante destacar el enorme trabajo del periodista Diego Cabot. Gracias a su trabajo, esta semana ya podemos ver empresarios y exfuncionarios detenidos. Porque no se trata solo de poner el foco en una política sucia y corrupta, sino también en los cientos de empresarios que formaron parte de este sistema de coimas y sobreprecios con el dinero de todos los argentinos. Porque donde hubo una ruta que la hicieron valer el doble de precio, hubo otra posible ruta menos. Muchos de estos pseudo-empresarios como Rudy Ulloa o Lázaro Báez eran pobres y terminaron multimillonarios. Además de ellos, ahora empiezan a caer también directores y CEO de empresas importantes, como por ejemplo Wagner o Calcaterra, que deberán rendir cuentas. Estos empresarios fueron objetos de muchas denuncias, pero la Justicia, como de costumbre, nunca avanzó. Todos ellos se sentían intocables. Ferreyra, de Electroingeniería, manejaba millones o el CEO de IECSA, entre otros. Es necesario que se arrepientan para saber qué pasó y así poder aportar pruebas. Siempre esperé que alguno de los detenidos, como el contador de los Kirchner, o Lázaro Báez o Cristóbal López, se quebrara, pero eso no pasó. Es que ellos se manejan con el código mafioso de aquel jefe que los hizo ricos de la nada. Esperemos que estos empresarios actúen distinto y arrojen pruebas para que la causa se sostenga en un juicio oral. La Justicia que llega tarde es injusticia. Porque muchos de los actores ya no están físicamente o los bienes se diluyeron. Ahora será necesario revisar todos estos contratos, porque evidentemente no solo en la adjudicación sino también en el proceso de la obra pública hay irregularidades. Ya en el 2005 identificamos a Néstor Kirchner yendo por el negocio de la energía para conseguir un recurso estratégico que le diera poder. Ahí entran Cristóbal, Pescarmona, Báez y Electroingeniería. Por eso, una vez que termine el secreto de sumario vamos a solicitar qué parte de toda esta nueva documentación puede nutrir otras causas, como por ejemplo la de YPF y otras ligadas a la materia energética que están durmiendo a puro trámite en Comodoro Py. En su "década ganada", el kirchnerismo modificó leyes importantes de contrataciones y funciones del Ministerio de Planificación. Hicieron un andamiaje legal que permitió este saqueo. Primero, fueron por la obra pública y, después, por la energía. Cooptaron los organismos de control y a determinados jueces que cerraban las causas sistemáticamente. Ese fue el plan diseñado por Néstor y continuado por Cristina Kirchner. El dinero de la obra pública y la energía es dinero del Tesoro. Con inteligencia financiera se puede determinar la trazabilidad de los fondos. Es dinero blanco que se vuelve negro y vuelve a ser blanco. Si hay voluntad de la Justicia, se puede investigar perfectamente. Tengamos esperanzas de poder terminar de una vez por todas con la impunidad en la Argentina. Si, como dice la canción, "bajo el asfalto existe un mundo distinto con gente que nunca vio el sol", sigamos trabajando para que todos ellos salgan a la luz, se arrepientan, hablen y las paguen. Solo de esta forma podremos recuperar lo robado y seguir construyendo la Argentina que nos merecemos.
Cuadernos K: bajo el asfalto, un mundo distinto
Los años de lucha empiezan a ver sus frutos. Corría el 2004 cuando Elisa Carrió y los que formamos pa