Bélgica e Inglaterra disputarán hoy en San Petersburgo el partido que nadie quiere jugar, aunque en esta ocasión es algo más que un consuelo para los dos equipos, ya que podrían hacer historia si consiguen el tercer puesto en el Mundial de Rusia. Tanto los Diablos Rojos como los Pross quedaron afuera de la final cuando aparecían como los favoritos para disputarla, pero los belgas cayeron por 1-0 ante Francia y los ingleses perdieron en la prórroga 2-1 ante Croacia. Pese a la decepción por no alcanzar la final, los belgas tienen el aliciente de lograr la mejor clasificación de su historia en un Mundial, mejorando la cuarta plaza de México-1986, en la otra ocasión que los Diablos Rojos lograron acceder a semifinales. Por parte de los ingleses, queda ya muy lejos el título de 1966 y no jugaban una semifinal desde Italia-1990, en un torneo en el que acabaron cuartos. Tras perder contra los Bleus el martes, el seleccionador de Bélgica, el español Roberto Martínez, dio un día de descanso a sus jugadores, que aprovecharon para estar con sus familias y no volvieron a entrenarse hasta el jueves por la tarde. Si bien la llamada generación dorada del fútbol belga soñaba con el primer título mundial, ahora deberán concentrarse en lograr el último escalón del podio, que les daría moral para próximos torneos. "En dos años habrá una nueva Eurocopa, en la que los Diablos Rojos estarán aún en forma y espero que todavía hagamos un buen torneo. A partir de septiembre tendremos que pensar en esto", declaró el arquero Thibaut Courtois. "El partido por la tercera plaza no es una pérdida de tiempo. Es un encuentro que queremos jugar", advirtió el jueves el lateral Thomas Meunier. Respecto a Inglaterra, su técnico Gareth Southgate formó un plantel muy joven y talentoso para este Mundial y la selección llegó mucho más lejos de lo que los analistas y la propia hinchada esperaban. "Hemos demostrado que podemos hacerlo bien en los grandes torneos y el objetivo ahora es que no haya que esperar otros 20 años para jugar una gran semifinal", declaró el capitán Harry Kane en referencia a la Eurocopa-1996.
