Hace unos días, en ArteBa, le hice una pregunta a la Directora del "Parque de la Memoria", Nora Hochbaum: "¿Por qué los asesinos de mi hermano, Hermindo Luna, y de sus nueve compañeros soldados están homenajeados en el 'Parque' que usted dirige? ¿Por qué se homenajea a los asesinos, en democracia, de soldados conscriptos?" La funcionaria me dijo que ArteBa "no era el lugar" para mi pregunta y me citó a su oficina en el "Parque", para que, afirmó, yo, después de "un ida y vuelta, pueda entender cuál es el concepto del Monumento". Concertada la entrevista viajé, días después, desde el interior. La señora Hochbaum me recibió escoltada con ocho empleados del espacio público; no dejó entrar a la reunión al periodista Ceferino Reato que me acompañaba "porque era un periodista conocido, de Intratables"; no quiso sacarse una foto conmigo; me dijo que no iba a contestar el escrito que le entregué en el que reiteré mi interrogante y dijo que ella no tenía respuesta a mi inquietud porque "desde el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta deciden quien está o no está en la lista del Monumento y que vaya a hacer mi planteo a la justicia o a Rodríguez Larreta". Nada de "ida y vuelta", ni "concepto del Monumento". En nuestro país, en esa fecha, había un gobierno constitucional, con plena vigencia de las instituciones republicanas, presidido por María Estela Martínez de Perón, viuda del General Juan Domingo Perón. Los "montoneros", habían anunciado meses antes, en diciembre de 1974, unos meses después de la muerte del Presidente Juan Domingo Perón y con su viuda en el poder, que "la lucha era político – militar" y que, por ello, "MONTONEROS resolvía: (…) Reasumir las formas armadas de lucha, la que junto con todas las otras formas de lucha, constituyen la guerra popular integral, que impulsaremos hasta que se modifiquen las circunstancias enumeradas anteriormente (…)". Declaraban la guerra al gobierno constitucional, elegido por el pueblo que había celebrado el regreso de la democracia, y pretendían alcanzar objetivos políticos mediante el uso de la fuerza. La Constitución Nacional que nos rige y regía es categórica: "El pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes y autoridades creadas por esta Constitución. Toda fuerza armada o reunión de personas que se atribuya los derechos del pueblo y peticione en nombre de este comete el delito de sedición. " (Art. 22 CN). Bajo la premisa de la "guerra popular integral", los sediciosos planificaron, prepararon y ejecutaron el ataque en Formosa que suponía "una larga aproximación y retirada de una fuerza muy grande de combate, tanto en hombres como equipo (…) que incluía el secuestro de un avión en Aeroparque y copar el aeropuerto de Formosa (…) Llevaban 11 fusiles FAL, 18 pistolas ametralladoras Halcón, 5 Fusiles FN, 1 Fusil ametralladora Madsen, 2 escopetas, 5 minas y 51 granadas; revólveres para todos y 19 vehículos. (…) El total de combatientes que participan de la operación, al que debe agregarse el apoyo en Capital Federal, son 60. A esto deben sumarse: el Boeing (secuestrado) y el Cessna de 4 plazas. Armamos bases operativas en Capital Federal; Rosario; Santa Fe; Resistencia y Formosa. " Sin vueltas, así describen los atacantes el combate que concibieron y provocaron: "A partir de este momento comienza una verdadera batalla; los soldados – armados o desarmados en algunos casos – desobedecieron la orden de rendición, en todos lados presentaron fuerte resistencia y en algunos lugares esa resistencia fue suicida (…) Una regla general fue que los soldados cuando podían escapaban de los lugares atacados por nuestras fuerzas, pero ninguno suelta el fusil y una vez a distancia buscaban parapetarse para iniciar el fuego". Mi hermano, el Soldado Hermindo Luna, fue uno de ellos; desobedeció la orden de rendición de los terroristas que atacaban a su cuartel; presentó fuerte resistencia y no se suicidó: lo asesinaron. Su grito: "¡Acá no se rinde nadie, mierda!", y haber cumplido su Juramento de fidelidad a la Bandera, lo instalaron en la historia argentina en un sitio que enorgullece a mi familia, los Luna, a los formoseños y a los argentinos de bien. Así sucedió con sus nueve compañeros Soldados (Antonio Arrieta, Heriberto Avalos, José Coronel, Dante Salvatierra, Ismael Sánchez, Tomás Sánchez, Edmundo Sosa, Marcelino Torales y Alberto Villalba) y, también, con el Agente de la Policía formoseña, Argentino Alegre, asesinado en el Aeropuerto; el Sargento Víctor Sanabria y el Subteniente Ricardo Massaferro. "Montoneros" dice, además, en su publicación oficial: "Aventuramos la hipótesis de que esta resistencia suicida de los soldados tiene que ver, en parte, con el bajísimo nivel de conciencia de la población de la zona (…)" Esto y decir que "eran pobres y no entendían que ellos, los 'montoneros', eran su 'vanguardia iluminada'", es lo mismo. El compilador del "peronismo revolucionario" de los "montoneros", Roberto Baschetti, en su libro La memoria de los de abajo. Hombres y mujeres del peronismo revolucionario, enlista a once personas que están homenajeadas en el "Parque de la Memoria" y de todos ellos afirma: "Combatiente montonero caído en el asalto al Regimiento de Infantería de Monte en Formosa, el 5 de Octubre de 1975. " La señora Nora Hochbaum me dijo, en la entrevista concedida, que la respuesta que yo le pedía escapaba a su responsabilidad; que "la orden de poner o sacar las placas" venía del Gobierno de la Ciudad; sin embargo en el sitio de internet del espacio público que ella dirige dice que "el Consejo de Gestión del Parque de la Memoria (…) es el responsable de su administración y gestión y (…) de confeccionar y actualizar la nómina de personas desaparecidas y asesinadas cuyos nombres están inscriptos en el Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado; elaborando una base de datos con información relativa a las personas incluidas en el monumento. " Esa base de datos era "de consulta pública" por internet y desde que el periodista y escritor Federico Andahazi denunció que allí se homenajeaba a un "desaparecido" que vive actualmente en la Argentina y a otro que había muerto de muerte natural; se cerró a la consulta pública.
Memoria para extranjeros y niños
Por Jovina Elena Luna