En medio de un ataque de nervios, un joven marcó un teléfono. Dijo que llamaba a un amigo, pero en realidad se estaba comunicando con la policía para decirles que su exnovia había entrado a la fuerza a su casa y, armada con un machete, lo había violado. La joven de 19 años, Samantha Ray Mears, fue enviada a prisión y sobre ella pesan seis cargos: asalto con arma, robo con agravantes y daños criminales, entre otros. Su fianza fue fijada en 50 mil dólares. Según el relato de la víctima, Samantha se las ingenió para entrar en su casa de Great Falls, Montana, mientras él no estaba. Cuando llegó, lo esperaba en su cuarto con el arma. Inmediatamente lo obligó a sacarse los pantalones, acostarse en la cama y tener sexo a la fuerza con ella. También le mordió un brazo. Después de tener sexo, ella orinó en la cama y arrancó un trozo de moldura de la pared. Él aprovechó una distracción para sacarle una fotos con el machete que luego presentó a la policía. En su defensa, Mears dijo que él la había secuestrado y que tenía el arma para defenderse. La pareja de adolescentes había estado saliendo por siete años antes de terminar su relación.
