Política

Rastrean propiedades y bienes del ex funcionario K que contrató a Florencia Peña y nunca presentó sus declaraciones juradas

Se trata de Raul Algañaraz, un contador que estuvo a cargo de la fábrica de aviones de Córdoba. El juez Julián Ercolini lo investiga por enriquecimiento y ya lo procesó por un negociado en ENARSA.

Raúl Algañaraz se recibió de contador pero acumula un triste récord dentro del kirchnerismo: es el único ex funcionario que nunca presentó sus declaraciones juradas. La demora se remonta a 2006, cuando ingresó a ENARSA, su primer cargo relevante en la gestión K. Luego de intimarlo decenas de veces, la Oficina Anticorrupción lo denunció ante la Justicia. Tampoco cumplió con su deber. Ahora la causa derivó en una investigación por enriquecimiento ilícito. Bienes, propiedades, y cuentas bancarias quedaron bajo la lupa de la Justicia y de organismos estatales como la AFIP. Según los datos que él mismo aportó en los expedientes judiciales, Algañaraz estudió en la UBA y se recibió de contador en 1982. Desde entonces, cumplió funciones de "sindicatura y gerencia bancaria en Capital Federal y Río Gallegos". En un testimonio judicial, el ex titular de ENARSA, Exequiel Omar Espinosa, dijo que Algañaraz habría trabajado en el banco de Santa Cruz, donde también estaba Lázaro Báez. Entre 2002 y 2003, siempre a partir de los datos que le brindó a la Justicia, trabajó en el Ministerio del Interior. Recién en agosto de 2006, tuvo un cargo relevante en Energía Argentina SA (ENARSA): fue contratado como gerente de Administración y Finanzas. En paralelo, también era director en Aerolíneas Argentinas, cuando estaba en manos de la española Marsans. ¿Cuál era la maniobra? Claudio Miguel Fernández, un ex empleado de la compañía, le adjudicó a una empresa de su esposa (P&D Control Group SRL) los trabajos de inspección en dos plantas refinadoras, por un monto total de $1.080.000. El negociado trascendió gracias a un "justiciero" anónimo, que mandó un mail a la Oficina Anticorrupción. Para la Justicia, Algañaraz tenía a su cargo "el control y autorización tanto de las solicitudes y órdenes de compra como de los correspondientes pagos de los servicios contratados por ENARSA a P&D Control Group SRL". Se incumplieron todas las normas, se modificaron los montos iniciales sin justificación, y además nunca se pudo probar que la empresa haya prestado el servicio para el que fue contratada. Además de Algañaraz, también fueron procesados el ex titular de ENARSA, Exequiel Espinosa, y otras siete personas por el delito de administración fraudulenta agravada por haberse cometido en perjuicio de una administración pública. Hace diez días, la causa fue elevada a la Sala II de la Cámara Federal, que evaluará los procesamientos. Una semana antes, el 6 de junio, Algañaraz decidió ampliar su indagatoria por escrito. Pero no aportó nada nuevo para la causa, pudo saber Infobae en fuentes judiciales. Algañaraz también fue salpicado de manera indirecta por el escándalo de la valija del venezolano Guido Antonini Wilson: el contador autorizó el alquiler del avión donde viajaba la comitiva. Al final, apenas declaró como testigo. En 2011, el contador cercano a Julio De Vido saltó de ENARSA a la Fábrica Argentinas de Aviones de Córdoba (FAdeA), donde es recordado por crear un gre­mio propio en detrimento de la Asociación de Personal Técnico Aeronáutico (Apta), que terminó denunciado sus desmanejos internos. Dos años más tarde, su nombre apareció en los medios de todo el país por la contratación de la actriz Florencia Peña -cercana al kirchnerismo- para brindar una charla sobre violencia de género en el marco de los festejos por el Día Internacional de la Mujer. Algañaraz firmó la contratación por $42.350, además de pagar el alojamiento en un hotel de cuatro estrellas y el transporte para la actriz y un acompañante. Meses después, cuando Agustin Rossi se hizo cargo del ministerio de Defensa, el contador fue relegado de la conducción de FAdeA. La decisión coincidió con el desembarco en el directorio de dos jóvenes camporistas: los diputados Carolina Scotto y Martín Gill. Algañaraz decidió mudarse a Córdoba de manera permanente y pasó a colaborar con los camporistas. Con el final del kirchnerismo, Algañaraz pasó a la actividad privada y se convirtió en el hombre récord de la era K por negarse a presentar sus declaraciones juradas. Ni siquiera cuando fue denunciado por la Oficina Anticorrupción. Ahora la causa penal derivó en algo mucho más grave: lo investigan por enriquecimiento ilícito. "El delito de omisión maliciosa es menor y muy difícil de llevar a juicio. Queremos saber por qué nunca presentó las declaraciones juradas, qué esconde", explicaron en Tribunales. Los primeros informes no arrojan datos contundentes. Una casa familiar en Villa de Mayo (Los Polvorines) a nombre de su ex mujer, y tres autos viejos (uno de ellos es un Fiat Europa de la década del 80 que recibió por herencia). Demasiado "prolijo". Por pedido del juez Julián Ercolini, la AFIP ya le puso la lupa al misterioso Algañaraz, a su ex mujer y a sus hijos. El contador parece no haberse enterado. Ni siquiera designó un abogado particular para defenderse. Según su última declaración judicial, el contador sigue viviendo en Córdoba, da clases en la UTN, y es gerente de la empresa "Kralicek Obras civiles", una constructora que hizo obras grandes para Aeropuertos Argentina 2000, la Fuerza Aérea y hasta el club Independiente. Por todas esas tareas, a fines de diciembre ganaba 60 mil pesos.

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