El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que su administración seguirá separando a las familias de inmigrantes indocumentados en la frontera con México. "Cuando detienes a los padres, tienes que quitarles a los niños", manifestó el mandatario en medio de la oleada de condena a esta política de su administración tanto dentro como fuera de Estados Unidos. En un discurso pronunciado en Washington ante empresarios, Trump advirtió además de que puede quitar las ayudas estadounidenses a los países de los que proceden los inmigrantes. Aseguró que hay países que "abusan" de Estados Unidos enviando "a gente mala". "No vamos a seguir dando ayuda a esos países", manifestó. La mayoría de los inmigrantes indocumentados que cruza desde México procede de los países centroamericanos del Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador) y llega a Estados Unidos huyendo de la violencia en esos países. Más de 2.300 niños -según cifras oficiales- fueron separados de sus padres desde abril, en el marco de lo que la administración Trump califica de política de "tolerancia cero" y que utiliza como medida para desincentivar la llegada de inmigración ilegal al país. El fiscal general del Estado, el ultraconservador Jeff Sessions, ordenó que todos los sin papeles detenidos tras entrar en el país sean procesados con cargos criminales, y eso es lo que lleva a que les quiten a los niños al mandarlos a un centro penitenciario. Hasta ahora, a los indocumentados detenidos se les imputaban por lo general cargos civiles. Este martes, el gobierno mexicano condenó la "cruel e inhumana" política de Estados Unidos de separar a familias de inmigrantes en la frontera: "Quiero a nombre del Gobierno y el pueblo de México expresar nuestra categórica y enérgica condena", dijo el ministro mexicano de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, quien señaló, no obstante, que sólo un uno por ciento de los casos de los niños separados de sus familias son mexicanos. La política de detención y persecución penal de todos los migrantes ilegales, incluso de aquellos que tenían previsto pedir asilo, fue anunciada en abril por el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sesssions. Los niños no pueden ser enviados a las mismas intalaciones de detención que sus padres porque no se les acusa de un delito, y por ello son alojados con familias temporales o trasladados a centros distintos, que según los informes incluyen un edificio de Walmart reconvertido. Los niños migrantes que viajen solos, por ley, deben ser enviados a instalaciones operadas por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (DHHS por sus siglas en inglés) dentro de los tres días posteriores a su detención. A partir de ese momento, la agencia es responsable de colocar a los menores en albergues o en casas hogar hasta que se reúnan con un familiar o con un auspiciante de la comunidad mientras aguardan las audiencias en un tribunal de inmigración. Las Naciones Unidas, algunos legisladores demócratas y republicanos y grupos religiosos criticaron profundamente esta política, calificándola como inhumana. Sin embargo, Steven Wagner, funcionario del DHHS, afirmó que no es así. "Contamos con instalaciones especializadas que se dedican a brindar atención a niños con necesidades especiales y a los menores de 13 años”, indicó. “No son instalaciones del gobierno en sí y cuentan con médicos capacitados. Las instalaciones cumplen con las normas estatales para las agencias de bienestar infantil y están atendidas por personas que saben cómo hacer frente a las necesidades, específicamente, de los niños pequeños”. Los médicos y abogados que visitaron los albergues dijeron que las instalaciones están en buenas condiciones, limpias y que son seguras, pero indicaron que los niños, quienes no tienen idea de dónde están sus padres, estaban histéricos, llorando y actuando para tratar de expresar sus emociones. "Los albergues no son el problema, separar a los niños de sus padres es el problema", dijo la pediatra Marsha Griffin del sur de Texas, quien visitó varios albergues. Alicia Lieberman, directora de la Red de Tratamiento de Traumas Tempranos en la Universidad de California, campus San Francisco, dijo que décadas de estudio muestran que las separaciones tempranas pueden causar daños emocionales permanentes. "Los niños están programados para desarrollarse mejor bajo el cuidado de una figura paterna. Cuando se rompe ese lazo mediante separaciones largas e imprevistas sin una fecha determinada para reunirse, los niños responden a los niveles psicológicos y emocionales más profundos". El domingo a última hora, la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, defendió la política en una serie de tuits y acusó a los medios de comunicación de desinformación. "No tenemos una política de separar familias en la frontera. Punto". Los legisladores se apresuraron a rechazar sus argumentos. "Esto no es cierto. Acabo de reunirme con agentes en el Centro de Procesamiento de la Patrulla Fronteriza en McAllen, Texas, que me contaron que 1.147 niños fueron separados de sus padres en sus instalaciones", escribió en Twitter el congresista demócrata David Cicilline. Esta semana los congresistas votarán sobre dos medidas migratorias: un proyecto de ley presentado por el ala más conservadora de los republicanos y una propuesta más moderada apoyada por los líderes del partido.
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