La brutal represión del régimen de Daniel Ortega continuó este sábado, dejando seis nuevas muertes a la lista que ya supera el centenar de víctimas desde el inicio de las protestas opositoras. La ciudad de Masaya, un antiguo bastión sandinista que se sublevó contra Ortega, se convirtió en un campo de batalla, donde cientos de manifestantes levantaron barricadas y se enfrentaron con armas caseras a policías antimotines que los reprimían desde tempranas horas de la mañana. Los violentos choques fueron registrados por la prensa, con crudas imágenes que muestran que la escalada no parece tener freno, tras los intentos de diálogo entre la sociedad civil y el régimen sandinista. Cinco personas murieron en Masaya, incluido un joven de 15 años, informó a la AFP la ONG Asociación Nicaragüense de Protección a Derechos Humanos (ANPDH). La Policía informó que a ese grupo de Masaya le decomisaron seis armas de fuego, once armas artesanales adaptadas para disparar proyectiles, once pasa montañas, once lanza morteros, 10 docenas de morteros, seis bombas molotov, entre otros objetos. Desde el 18 de abril, Nicaragua vive su crisis más sangrienta desde los años 80, con al menos 108 muertos y cerca de un millar de heridos, según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh). Vecinos y manifestantes en la zona denunciaron la presencia de varios francotiradores en la sede de la policía de Masaya, con vista al parque San Miguel, en el centro de la ciudad. "Están agrediendo al pueblo. Incluso a un vecino mío le metieron un balazo en el pecho. Fue un francotirador (…) por el tipo de hueco (orificio) grande" en el pecho del fallecido, contó Jonathan José. Con unos 100.000 habitantes, Masaya demanda la renuncia del presidente Ortega, en el marco de las protestas antigubernamentales que iniciaron en rechazo a una reforma al sistema de pensiones, dejando más de 100 muertos. Las manifestaciones luego centraron su reclamo en la renuncia del presidente, después de 11 años en el poder, con acusaciones de abuso de poder y corrupción. La violencia se ha intensificado en los últimos días y solo en la "Madre de todas las marchas", celebrada el 30 de mayo, hubo 15 muertos y 199 heridos, según cifras admitidas por las autoridades. "Aquí es como un desierto, no hay comercio, no hay nada, (me siento) desesperada, acongojada, triste. La situación está horrible, horrible, horrible", dijo entre lágrimas Vanesa, quien desde que empezaron los disturbios vive encerrada en su casa con sus tres hijos y su nieto. Este domingo, el papa Francisco abogó este domingo por la reanudación del diálogo. "Me uno a mis hermanos obispos de Nicaragua y a sus dolor por las violencias cometidas por grupos armados", dijo el papa Francisco en la oración del ángelus en la plaza San Pedro del Vaticano. "La Iglesia sigue siendo favorable al diálogo pero para eso pide el compromiso efectivo de respetar la libertad, y antes que nada, la vida", añadió el líder católico. La OEA, que trabaja desde 2017 en el país con miras a reformar el sistema electoral nicaragüense, anunció el viernes que acordó con el gobierno un plan de trabajo hasta enero de 2019. Pero la oposición lo cuestiona porque cree que dará "un respiro" a Ortega, y pide cambios inmediatos, incluida la salida del mandatario, en el poder desde 2007. A juicio del ex diputado opositor Eliseo Núñez, el mandatario ha demostrado que no está dispuesto a ceder a las demandas de democratización que han motivado las protestas y en represalia ha creado un ambiente de "caos". "Son muchas las evidencias de que Ortega se atrinchera militarmente para resistir y mejorar sus posiciones de negociación", denunció el ex comandante guerrillero Henry Ruiz en un artículo de opinión. (Con información de AFP y EFE) MÁS SOBRE ESTE TEMA: Un estadounidense fue asesinado en Nicaragua: sospechan de turbas afines al régimen de Daniel Ortega
Las dramáticas fotos que muestran la sangrienta represión del régimen de Daniel Ortega en Nicaragua
Los enfrentamientos en el marco de las manifestaciones que exigen la renuncia del presidente ya dejaron más de 110 muertos en menos de dos meses. El mandatario no cesa la ola de violencia y busca una mejor posición de negociación