Con ese nombre tenía destino a ser grande en el deporte donde brilla como el mejor argentino del mundo. Diego Simonet, el Chino, escribió su nombre en letras doradas: es el primer jugador de nuestro país que se consagra en la Champions League. Y lo hizo siendo protagonista principal del Montpellier, que en final francesa le ganó 36-32 al Nantes en Colonia, Alemania. El crack surgido en Villa Ballester metió seis goles, el primero, una joyita, casi cayéndose al piso mandó un roscazo con esa diestra prodigiosa, generando que la pelota hiciera una comba caprichosa para meterse en el segundo palo. El Chino tuvo la chance del 25-22 a falta de 10', pero le taparon el tiro (el único que erró) y, en la contra, Nantes se puso 24-23. Sin embargo, el extremo tuvo su revancha en el 28-24 fundamental para sacar cuatro de diferencia, la máxima en 54' que llevaba la final. Luego cerró con dos más. Con este logro, Simonet supera así a Eric Gull, el zurdo de Quilmes que cayó en semifinales de Champions con el Valladolid español ante el Flensburg alemán en el 2010. El camino del Chino a la histórica definición de la competencia europea incluye una larga lista de resultados que sorprendieron a más de uno. En octavos de final, el conjunto francés dejó en el camino al Barcelona español. Una ronda después, fue el Kielce polaco el que sucumbió, campeón en 2016 y protagonista en los últimos años. Por último, en semifinales del Final 4, el sábado, fue el turno del Vardar, el campeón defensor, contra el que Diego metió el gol de oro. El Chino festejó ante sus padres y su mujer, que le dará su primera hija. Sin tiempo para descansar, el armador se unirá a los Gladiadores -juegan sus hermanos Sebastián y Pablo- que festejaron en Salta durante la preparación de los Odesur de Bolivia, donde el campeón estará liderando al equipo con la 4.
