Mossack Fonseca cerró sus oficinas a finales de marzo pero los más de 11, 5 millones de archivos que dieron forma a los Panamá Papers son un barril sin fondo. A dos años del inicio de la megafiltración PáginaI12 identificó una sociedad en Islas Vírgenes Británicas controlada por el presidente de YPF, Miguel Ángel Gutiérrez. El empresario no figura como director o accionista de Chartley Trading Limited sino que controla su offshore a través de un poder especial de abogado que le permite realizar cualquier tipo de actividad bancaria y financiera. Los documentos conseguidos en el marco de las investigaciones impulsadas por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y el diario alemán Süddeutsche Zeitung, muestran que entre 2006 y 2015 la offshore fue utilizada para realizar colocaciones en el banco suizo UBS y mantener participaciones en sociedades uruguayas. La compañía también canalizó operaciones desde Argentina a través de una plataforma digital que no estaba autorizada a ofrecer servicios de intermediación financiera en el país. “Se trata de una sociedad debidamente declarada a las autoridades fiscales argentinas y auditada por PriceWaterhouseCoopers”, afirmó el presidente de YPF al responder un cuestionario escrito enviado por este diario sobre su offshore. El debut de la firma diseñada por Mossack Fonseca para Gutiérrez fue con una inversión de 250.000 dólares realizada a través de la plataforma digital danesa llamada Saxo Bank. “Los fondos de Chartley Trading Limited fueron invertidos a través de un mandato de administración independiente, con contrato debidamente firmado (managed account), que comenzó a operar efectivamente en marzo del 2007 y fue terminado en diciembre de ese mismo año”, indicó el empresario a PáginaI12. “Al solo y exclusivo propósito de ejecutar ese contrato, se abrió la cuenta en la mencionada entidad”, sostuvo el presidente de la petrolera controlada por el Estado al referirse al Saxo Bank. Los archivos de Mossack Fonseca revelan que la operación entre la offshore y el banco danés fue canalizada a través de Ciclos Gráficos y Tendencias, una firma que actuaba como representante local del banco en la captación de clientes y la administración de inversiones. La empresa argentina, según explicó Gutiérrez, operó como “introducing broker” oficial del Saxo Bank. Ambas financieras, la argentina y la danesa, fueron intimadas a cesar sus operaciones de intermediación por la Comisión Nacional de Valores (CNV) y el Ministerio de Economía, por no contar con los permisos necesarios. “Intimar a Ciclos Gráficos y Tendencias SA al cese inmediato en el territorio de la República Argentina de toda invitación a personas en general o a sectores o grupos determinados para realizar cualquier acto jurídico con títulos valores y toda actividad de intermediación en la oferta pública por no tener la autorización requerida a tal efecto”, sostiene la Resolución 15.818 de febrero de 2008 de la CNV. La decisión basada en un expediente iniciado durante 2007 se difundió dos meses después de la fecha informada por Gutiérrez como el fin de la operatoria con esos intermediarios. La advertencia fue idéntica en 2012 pero el destinatario de la intimación fue directamente el Saxo Bank, que entonces, según la CVN, ofrecía operaciones no permitidas a través de medios gráficos especializados. El “Contrato de Manejo de Fondos” que figura entre los Panamá Papers está firmado por los directores prestanombres de la offshore Chartley Trading provistos por Mossack Fonseca y el presidente de Ciclos Gráficos y Tendencias, Rodrigo Ruarte. Pero un segundo documento que acompaña esos intercambios deja claro quién está al frente: “Chartley Trading le extiende a Miguel Ángel Gutiérrez un poder especial de abogado para que represente a la compañía en todas sus actividades, frente a instituciones bancarias públicas y privadas, de los Estados Unidos y el resto del mundo sin ningún tipo de limitaciones”. El convenio para administrar los fondos, por su parte, establece que “Ciclos manejará la cuenta del inversor en Saxo Bank, realizando operaciones y transacciones en los diferentes mercados financieros”. Como posibles inversiones para los 250.000 dólares figuran “acciones, bonos, índices de bolsas, contratos y operaciones de futuros de tasas de interés, monedas y comodities, de los mercados de Estados Unidos de Norteamérica, Canadá, Europa Occidental, Japón, Australia y Nueva Zelanda. Como asimismo cualquier otra operación o transacciones que permita la plataforma de Saxo Bank”. Sin embargo, el contrato precisa que quedarán excluidas del menú de opciones “operaciones o transacciones en mercados emergentes, ni vinculados a acciones de la firma JPMorgan. ” Gutiérrez había trabajado en el banco de inversiones JP Morgan entre 1980 y 2001, antes de ser convocado como CEO de Telefónica de Argentina en medio de la crisis de la Convertibilidad, paso previo a su llegada a YPF. Quien facilitó el acceso a la guarida de las Islas Vírgenes Británicas al presidente de YPF fue la filial uruguaya de PriceWaterhouse Coopers, una de las consultoras especializadas más grandes del mundo. Los documentos disponibles muestran que desde 2007 el accionista de la offshore es una firma uruguaya denominada Idetur SA a través de la cual mantiene una cuenta en el banco suizo UBS. “La constitución de Chartley Trading fue gestionada por PriceWaterhouseCoopers de Uruguay siendo Idetur SA su accionista desde el origen”, respondió Gutiérrez, quien aseguró que la empresa uruguaya se encuentra debidamente declarada ante las autoridades fiscales uruguayas y argentinas. “Es importante aclarar que la misma fue constituida con motivo de mi actividad profesional y laboral en Montevideo”, sostuvo el presidente de YPF. Consultado sobre la colocación en la entidad bancaria suiza afirmó que “Chartley Trading siempre efectuó inversiones en el exterior a través de su cuenta bancaria, actualmente en el banco UBS filial US”. Los archivos de los Panama Papers referidos a Chartley Trading llegan hasta el 21 de diciembre de 2015, el día anterior a la asunción de Gutiérrez como director de la petrolera controlada por el Estado. Un formulario completado llenado para esa misma fecha reitera que entonces el empresario era el “ultimate beneficial owner” (verdadero beneficiario final) de la empresa emplazada en las Islas Vírgenes Británicas. La planilla y otros documentos presentados a pedido de Mossack Fonseca precisan que la firma tiene como objetivo administrar una participación accionaria en una firma uruguaya. Como prueba de residencia de Gutiérrez envió una boleta del Ente Provincial de Energía del Neuquén, donde el empresario es dueño de una propiedad.
Olor a nafta en los Panama Papers
PáginaI12 identificó una sociedad en Islas Vírgenes Británicas controlada por el presidente de YPF.