El hecho es histórico: Lula da Silva abandonó el sindicato de Metalúrgicos y va camino al aeropuerto para ser trasladado a Curitiba, donde deberá cumplir 12 años y un mes de condena por corrupción. Tras más de 24 horas de tensión y luego de haberse cumplido el plazo máximo dictado por el juez Sérgio Moro para su arresto, el expresidente se retiró del lugar a pie e ingresó en un auto de la Policía Federal que lo trasladó, en una importante comitiva, hasta el aeropuerto de San Pablo. Y desde allí, directo a la ciudad de Curitiba. El convoy de la Policía que lo llevó hasta el aeropuerto estaba compuesto por vehículos oscuros sin insignias de la institución, como solicitó su defensa. La salida del expresidente fue un verdadero caos. Cientos de militantes se agruparon en una de las salidas del sindicato e intentaron evitar la entrega de Lula, quien debió ser escoltado por un nutrido grupo de custodios. En Curitiba le espera una celda celda de 15 metros cuadrados que había sido preparada especialmente para él. Nota en curso-
La detención de Lula da Silva: salió del sindicato y se entrega a la Policía
Se retiró del sindicato de Metalúrgicos rodeado por la militancia y va camino al aeropuerto para ser trasladado a Curitiba.