El patrullero se estrelló contra una casa y derrumbó una pared de 60 centímetros. El Peugeot 208 robado al que perseguían los policías derrapó unos metros y quedó incrustado en una montaña de tierra. En el asiento del acompañante, aturdido, estaba “Luchito”. Cuando se recuperó intentó escapar, pero ya era tarde: lo detuvieron y le secuestraron una pistola calibre .45, con ocho balas. Como tenía 15 años, pasó pocas horas en un instituto de menores. Cuatro meses después, y con varias detenciones en el medio, el adolescente se encontró con un trágico final: intentó asaltar a un agente de la Federal y murió tras recibir dos balazos. “Luchito” (su identidad se reserva por tratarse de un menor de edad) se crió en el límite entre Villa Fiorito y Villa Diamante, dos de las zonas más postergadas de Lanús. Su historia está ligada a la de otro ladrón adolescente, dueño de un prontuario mucho más pesado: Maximiliano “Turrón” Aguilera, detenido por asesinar a un joven durante una discusión. Había salido de un instituto de menores en septiembre del año pasado, al cumplir los 18. Allí había pasado encerrado tres años por matar a un policía de la Federal durante un robo. Por su edad lo declararon inimputable. Su mamá, su papá y dos de sus cómplices fueron condenados por ese homicidio y otra larga lista de delitos. Durante los 73 días que pasó en libertad, “Turrón” tuvo que rearmar su banda. En las calles de Lanús comenzaron a verlo seguido con “Luchito”, quien ya era una cara conocida en la comisaría 5° de Villa Diamante. “Solía parar con ‘Lolito” Farías, otro chico de su edad que está preso por un homicidio. Lo acusan de matar a otro ladrón por ‘dejar tirado’ a un compañero”, contó a Clarín un policía que siguió de cerca sus pasos. El 26 de noviembre del año pasado, dos meses después del choque con el 208 robado, “Luchito” volvió a caer detenido. Lo acusaron de cometer un increíble raid delictivo que incluyó seis asaltos en media hora, en un radio de 20 cuadras. Según figura en las denuncias policiales, todo empezó con el robo de un Peugeot 206 en Potosí y Moreno, a unas 30 cuadras del Punte Alsina. Dos jóvenes de 19 y 26 años contaron que habían sido atacados por cinco ladrones que se movían en una Toyota Hilux. La misma banda abandonó ese coche a dos cuadras y robó un Renault Logan. La seguidilla de asaltos no terminó ahí: algunos escaparon y otros arrebataron mochilas y celulares a quienes se les cruzaron por el camino. Los relatos de las víctimas tuvieron un denominador común: el que manejaba todo era “Turrón”, famoso en el barrio no sólo por sus crímenes, sino también por asaltar a sus vecinos para luego pedir recompensa por lo robado. Una vez más, logró escapar. Distinta fue la suerte de “Luchito”. Corrió, se refugió en la casa de una conocida y lo detuvieron cuando intentaba saltar por una ventana. Le encontraron cinco celulares y lo trasladaron a un instituto de menores. Luego se sabría que la madrugada de furia había comenzado varias horas antes, con el robo de la camioneta Toyota en Lomas de Zamora. Su “gira” había quedado registrada por las cámaras de seguridad del municipio de Lanús. “Tuvieron secuestrada a la dueña, la dejaron tirada en la calle y se fueron a bailar. Cuando salieron del boliche volvieron a robar”, explicaron fuentes policiales. Una semana más tarde, “Luchito” se fugó y volvió a acompañar a “Turrón”. Esta vez eligieron el Bajo Flores porteño. Allí intentaron robar un auto, se tirotearon con gendarmes y terminaron detenidos. Cuando los interrogaron dieron identidades falsas. A Aguilera el plan le falló por poco. Agentes de la comisaría 5° de Lanús se enteraron que había terminado herido en un asalto fallido y lo encontraron después de una larga búsqueda por hospitales y cárceles. Quedó preso en el penal de Marcos Paz, imputado por un homicidio y diez robos. A “Luchito” la estrategia de dar una identidad falsa sí le dio resultado, porque con el nombre que brindó no figuraba ningún pedido de captura. Sin embargo, no disfrutó mucho tiempo de su libertad. El 18 de enero intentó asaltar junto a dos cómplices a un policía de la Federal que esperaba a su hermano en la puerta de la casa de un amigo, en Lanús Oeste. El agente declaró que estaba adentro de su Ford Fiesta cuando aparecieron los tres ladrones. Dijo que se identificó como policía, sacó su arma y los enfrentó. “Luchito” cayó herido en el lugar, con una herida de bala en la pierna derecha y otra en la zona abdominal. Los otros dos asaltantes escaparon en un Peugeot 504 que los esperaba en la esquina. El adolescente estuvo internado en el Hospital Evita de Lanús. Allí cumplió los 16 años, el 28 de enero. Murió cinco días después. “Bandido bandido, nunca habla lo vivido”, lo despidió su amigo “Turrón” en Facebook. Y dejó una amenaza: “Más de uno me la va a pagar por lo que te hicieron”.
El trágico final de "Luchito", el chico que robaba con un asesino adolescente
Asaltó a un policía y lo balearon. Murió cinco días después de cumplir 16 años. Era el cómplice de "Turrón", acusado de al menos tres crímenes cuando era menor.