Entre la colosal estructura del Estado dedicada al mantenimiento de veredas y un festival de contrataciones de consultoras para el mismo fin, el espacio público en la Ciudad de Buenos Aires es más bien un espacio público-privado, y uno sumamente oneroso. Así se desprende de la revisión del Boletín Oficial concerniente al gasto de las veredas públicas ("vías peatonales" en lenguaje urbanista PRO) y la propia estructura ministerial del gobierno porteño dedicada al espacio público.
