Todos los ojos están puestos en los números de la provincia de Buenos Aires, "madre de todas las batallas". Aún así, el Gobierno espera "dar el batacazo" en varias provincias en las elecciones primarias de hoy y repetir en octubre: sumaría así legisladores a los bloques oficialistas en el Congreso Nacional, lo que daría margen de acción al presidente Mauricio Macri para impulsar reformas, y además daría cuenta de una avanzada de Cambiemos en el interior. A pesar de que casi ningún espacio y pocos precandidatos quieren aventurar tendencias definitivas, la Casa Rosada da por descontados triunfos en la ciudad de Buenos Aires, Mendoza, Corrientes y Jujuy. En Córdoba, donde el peronismo manda desde 1999, Cambiemos confía en una victoria contundente. En Santa Fe, tierra socialista desde 2007, el Gobierno espera el triunfo del candidato a diputado radical Albor Cantard (Cambiemos). Lo mismo pasa en Entre Ríos: el oficialismo espera una victoria del candidato radical Atilio Benedetti en ese bastión históricamente peronista. Además, el oficialismo está seguro de un triunfo contundente en Santa Cruz -la cuna del kirchnerismo- (de la mano del actual diputado y precandidato a senador Eduardo Costa) y de una victoria en San Luis, la provincia que los hermanos Rodríguez Saá -hoy aliados al kirchnerismo- gobiernan desde 1983. El Gobierno imagina escenarios parejos en Salta, La Rioja, Tucumán, Chaco, Tierra del Fuego y Catamarca. Sin embargo, reconocen abiertamente que tienen pocas chances en Santiago del Estero, Neuquén, Río Negro, La Pampa, Chubut; y en Formosa, Misiones y San Juan (que reeligen senadores nacionales y donde el Gobierno aspira -al menos- a alcanzar el segundo lugar para ganar el senador por la minoría por cada provincia).
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El Gobierno daría el batacazo en varias provincias en las elecciones primarias de hoy y se entusiasma con repetir en octubre