LA PLATA (Corresponsal) Hasta hace dos meses y medio, Susana Mariño, secretaria adjunta del SOEME, tenía el soporte discursivo de Cristina Kirchner, el respaldo institucional de Marcelo Balcedo, al frente del gremio, y casi un anonimato que era su mejor resguardo. Aun desde el tercer lugar en la lista de Unidad Ciudadana para las legislativas de octubre. Se sabe, la política ofrece blindaje. Pero, en las últimas horas quedó a la intemperie y con un gremio de 35.000 afiliados para manejar. Por estas horas, nadie llamó a Susana. Ni Florencia Saintout, la decana de la Facultad de Periodismo, que encabezó la nómina de UC e ingresó a Diputados. Tampoco el ex intendente Pablo Bruera y el secretario general del poderoso UPCN, Carlos Quintana, participante también de la tira kirchnerista. Cristina anda en otros menesteres gravosos de la Justicia. Rara esta vuelta del destino para Mariño. Ella que se había formado en la ortodoxia sindical de Antonio “Negro” Balcedo, padre del aprehendido en Punta del Este como un jeque pero sin petróleo que ahora quedó en medio de un juego sinuoso de la purretada. Explicación: Ernesto Kreplak, el juez federal que ordenó la detención del dueño del diario HOY, hasta 2015 respondía al viceministro de Justicia, Julián Alvarez, de la agrupación juvenil La Cámpora. Tan camporista como Saintout. Todos en el mismo lodo y manoseados, según la exagerada apreciación tanguera de Enrique Santos Discépolo (Cambalache). En 2015 Cristina visó su nombramiento como juez penal. Poco después, armó causa contra Balcedo por lavado de dinero. El pasado reciente del magistrado y la concurrencia del sindicalista a las listas de UC debía ser un pasaporte de cierta laxitud judicial. Pero, las urnas y el despertar temprano de algunos magistrados metieron la uña. El 25 de diciembre se dispuso la captura internacional. El “gordo” Balcedo terminó preso y su mano derecha, Mariño con una granada a punto de explotar. Kreplak pedirá a la secretaria explicaciones sobre algunos movimientos financieros en el SOEME. La punta del ovillo judicial es la extracción de 53 millones de pesos, entre los años 2012 -2013 que realizó Mauricio Yebra, una especie de secretario privado de Balcedo. El vaciamiento de estos recursos del SOEME tenían destino inmobiliario u otros bienes patrimoniales del gremialista. ¿Mariño ignoraba estas maniobras?. En realidad, hasta hace poco, Susana Laburu, otra integrante de comisión directiva del SOEME era la más cercana a las decisiones. Resulta una incógnita si esta tarde, a las 16 como está anunciado, el secretariado del SOEME en pleno acompañará a Myriam “Nené” Chavez, madre del detenido, en la conferencia de prensa en el diario HOY. La deserción de la conducción del PJ platense está a asegurada, a pesar del busto de Antonio Balcedo emplazado en su sede partidaria y la gravitante presencia presupuestaria de Marcelo en la reciente campaña kirchnerista de octubre. ¿Cuántos gremialistas platenses tenderán una mano al colega caído en desgracia?. Es otro interrogante. Juan Pablo “Pata” Medina (UOCRA), en la cárcel desde hace meses, puede dar fe de la soledad que acompaña al perseguido. Mientras, la secretaria adjunta del SOEME teme por algo peor que una indagatoria: la intervención del gremio. Sin esa representación, de a pie, el poder es aire.
Mariño, la dirigente del gremio de Marcelo Balcedo que fue en la lista de Cristina Kirchner
Es la secretaria adjunta del SOEME.