El 15 de diciembre último, la ciudad de Bahía Blanca aumentó un 38% la tarifa del colectivo y llevó el boleto a 17, 30 pesos, el valor más alto del país. El Concejo Deliberante de ese municipio volverá a revisar los precios del servicio en junio, cuando el boleto de colectivo del Área Metropolitana llegue a 10 pesos. Estos son dos de los extremos del variopinto escenario del transporte público argentino. Como se trata de servicios municipales o provinciales, los precios varían de un lugar a otro. Influye, por supuesto, la cantidad de subsidio del Estado Nacional sobre el combustible y los costos fijos de los colectivos. Pero también la cantidad de gente transportada y otros factores que hacen prácticamente incomparable lo que se paga por viajar en una u otra parte del país. Si Bahía Blanca se ubicó al tope de las ciudades más caras para viajar, hay otras que la siguen de cerca. En Córdoba Capital, las líneas urbanas de colectivos y trolebuses cobran un pasaje de $ 15,38, pero elevan la tarifa a $ 17, 68 durante la noche. En Río Gallegos se encontraba hasta hace pocos meses el transporte más caro del país. El la capital de Santa Cruz, el pasaje de colectivo cuesta 15, 90 pesos. Rosario, una de las ciudades más pobladas del país, aumentó su boleto de colectivo el primer día del año. El boleto básico cuesta $ 11,49, aunque baja a $ 9, 90 si se compran 40 viajes. Tucumán aumentó a $ 9, 35 el boleto de colectivo hace un año, el 31 de diciembre de 2016. En Paraná, Entre Ríos, el pasaje subió a $ 8, 75 hace unos meses. A partir de febrero, cuando el colectivo aumente en Buenos Aires, Salta pasará a tener el pasaje más barato del país: Salta aumentó el boleto el primer día de 2018. El pasaje mínimo subió a 7, 45 pesos. Con el aumento de febrero -el primero en casi dos años-, el boleto mínimo de colectivo del Área Metropolitana llegará a 8 pesos. Serás 116% más barato que en Bahía Blanca. En junio será 70 por ciento más barato que en esa ciudad.
