Independiente vivió una noche más que complicada en Río de Janeiro, en donde cientos de hinchas del Flamengo se reunieron cerca del hotel en donde buscó descansar el plantel argentino pero no lo logró a causa de los fuegos artificiales y bombas de estruendo que sonaron hasta altas horas de la madrugada. Mirá también: Noche de pesadilla "Un desastre, no pudimos descansar nada. Nos pusimos tapones pero no alcanzó. Vamos a ver si podemos dormir la siesta", reveló Franco Vélez, uno de los arqueros del plantel que viajó a Río con el objetivo de lograr la Copa Sudamericana. "El médico nos dio una pastilla y yo pude dormir", aclaró Martín Benítez en La Red. Los inconvenientes comenzaron a las 22, cuando un centenar de hinchas se acercó a la concentración y tuvo un cruce con algunos simpatizantes del Rojo que se hospedan en el hotel. Mientras tanto, el plantel se entrenaba en la cancha de Botafogo a puertas cerradas. De repente, eran más de 500 los torcedores en las cercanías. Los mismos utilizaron muchísimas bombas de estruendo y hasta se burlaron del descenso de Independiente en 2013 con una persona disfrazada de fantasma y un dron que llevaba la B. Pero más allá de las chicanas, en la madrugada, en un número reducido, detonaron pirotecnia sin parar.
"No pudimos descansar"
Los jugadores de Independiente sufrieron las bombas en la madrugada y contaron que no les alcanzó ni con tapones en los oídos. Franco Vélez, uno de los arqueros del plantel, dijo que ahora esperan poder "dormir la siesta". Martín Benítez, en tanto, dijo: "El médico nos dio una pastilla y yo pude dormir".