Política

El juez suspendido de La Plata recibió un rosario bendecido por el papa Francisco

"Este gobierno quiere totalizar el poder", aseguró el magistrado en diálogo con Infobae

"En la provincia de Buenos Aires estamos pasando por un momento difícil porque hay una fuerte vocación totalitaria por parte del gobierno de María Eugenia Vidal que intenta eliminar las voces disidentes, o en mi caso, los fallos judiciales que molestan al poder político porque recaen sobre decisiones como las tarifas de servicios públicos, la cuestión con los trabajadores estatales y particularmente en el conflicto con los docentes cuando ordené que no se les descuente, por ejemplo, los días de paro". El que habla con Infobae es Luis Federico Arias, el controvertido juez en lo contencioso administrativo de la ciudad de La Plata que con sus resoluciones cuestionó decisiones de la administración del gobernador Daniel Scioli, y que ahora hace lo mismo con la de Cambiemos. El magistrado pasa por un momento profesional muy complicado. El viernes pasado fue suspendido por unanimidad -diez votos- en el Jury de Enjuiciamiento de la Provincia de Buenos Aires. Además, le embargaron el 40% de su sueldo en dos causas que contenían 21 cargos contra su persona. Arias, además, suma una denuncia presentada por la ex procuradora bonaerense María del Carmen Falbo y que continúa su sucesor, Conte Julio Grand, por supuesto mal desempeño de funciones y otra del fiscal Marcelo Romero, por su actuación en la causa que investiga el número de muertos causados por la inundación de 2013 en La Plata presuntamente por "no haber respetado las competencias en torno a las responsabilidades por las inundaciones, que dejaron más de 90 muertos y pidió su desafuero para poder indagarlo". A pesar de esto no son todas malas para el juez. Este mediodía recibió un fuerte apoyo durante una conferencia de prensa por parte de organizaciones sociales. Entre los presentes se encontraba el Padre Pepe Di Paola -que ofició una misa- y varios representantes del Poder Judicial, entre ellos el juez de la Ciudad de Buenos Aires Andrés Gallardo y el asesor tutelar de la Cámara, Gustavo Moreno. Durante el acto, en el que se leyeron consignas a su favor, el juez Arias recibió un rosario bendecido y enviado por el Papa Francisco y entregado por Gallardo, su par capitalino. —Es muy fuerte su definición sobre el gobierno bonaerense. Creo que la opinión pública no lo ve como una administración "totalitaria". —Es un gobierno que quiere totalizar el poder. No respeta la división de poderes. Yo represento al fuero Contencioso Administrativo cuya misión es controlar al poder político y es lo que no le gusta ni a este gobierno ni al anterior de Daniel Scioli. Al poder no le gusta que lo controlen. La división de poderes existe para que tengamos controles recíprocos. Yo observo que no hay vocación de respetar los poderes. Más bien existe una intención de eliminar todo escollo que pueda presentarse a la gestión de gobierno. —¿Y usted cree que la gobernadora Vidal forma parte de este engranaje totalitario? —Hay acuerdos políticos detrás del intento de mi destitución, no es solo la gobernadora. Pero ella es la responsable del Poder Ejecutivo y debería pronunciarse y no lo hizo. Mi persecución es por motivos banales. —Son 21 cargos en su contra… —Pero todos por cuestiones de competencias que podrían resolverse en los expedientes judiciales no en un Jurado de Enjuiciamiento. —En esta embestida que usted siente contra su persona… —Perdón, perdón, perdón. No es que yo lo sienta. No es que yo quiera victimizarme. No es una cuestión subjetiva. Es una cuestión institucional y grave porque a mí me han armado una causa por supuesto "abuso de autoridad" por enviar un oficio a un fiscal, cuando en el peor de los casos podría ser un conflicto de competencia que lo resuelve la Suprema Corte. —¿De qué causa hablamos? —En la investigación por la cantidad de fallecidos durante las inundaciones en la Ciudad de La Plata en 2013. Por esa causa, la semana pasada, declaré en indagatoria ante el fiscal Marcelo Romero. El motivo fue porque le mandé un oficio al fiscal (Jorge) Paolini para requerirle que no oficializara él, el número de víctimas. Lo hice una vez que la Corte Suprema dictó mi competencia para realizar el cómputo final de víctimas fatales durante la inundación. Yo determiné que los muertos eran 89, y no 53 como sostenía el gobierno de Scioli. Para Romero y los integrantes del Jury, ese oficio es un delito. Es un absurdo desde todo punto de vista y demuestra una clara intencionalidad de perseguirme con propósitos políticos. Paolini, es un fiscal que archivó todas las causas que involucraban al poder político, al que lo encontraron manejando con una camioneta robada y nadie hizo nada. Nadie lo tocó. El poder político lo protegió siempre. —Por lo que se ve, hoy por hoy no tiene aliados políticos, los diez integrantes del Jury de Enjuiciamiento, los cinco legisladores y los cinco abogados de los colegios profesionales de La Plata, votaron por su suspensión y embargo de sueldo. —Quiero aclarar que la suspensión no es una sanción sino una medida que establece la ley cada vez que admiten una acusación y en consecuencia automáticamente soy suspendido y con el 40% del sueldo embargado. —¿Cuándo se resuelve si lo destituyen o no? —Antes de marzo no creo que se expida el Jury. Por el momento observo que hay una decisión política tomada de destituirme. Se evidencia que hay un propósito predeterminado de avanzar en un sentido. Este jurado especial no tuvo en cuenta ninguna de las impugnaciones que presenté. Creo que me apartarán del cargo. —¿Y usted qué va a hacer? —Creo que la cuestión se va a resolver en las instancias internacionales a las que voy a recurrir porque me siento parte de una negociación. Así como se negocia el presupuesto, se negocia poner y sacar jueces. —¿Usted es un juez que molesta? —Este fuero esta para preservar el Estado de derecho. Nunca se han cumplido las sentencias que dicté, como el hacer un parador en la Ciudad de La Plata para los chicos de la calle. En la morgue judicial siguen existiendo gravísimas irregularidades como la de sepultar a personas como NN cuando se conocía el nombre, como el de Luciano Arruga. Se cambian los nombres de los fallecidos, y así como ocurre esto se puede cambiar el nombre a un recién nacido para que otra familia se la apropie como en los años más oscuros. Y la policía no está ajena a nada de esto. —¿Para usted siguen existiendo bolsones de corrupción en la policía bonaerense? —Por supuesto. Aún hay muchísima corrupción policial. —¿Cómo tomó las señales de apoyo de hoy con la entrega del rosario bendecido por el Papa? —Con mucha emoción. Todos los gremios estatales y privados, incluido el judicial, me brindaron su apoyo. Lo mismo hicieron sectores de la iglesia y sociales. —Y con la presencia del Padre Pepe en una ciudad de La Plata en la cual Monseñor Héctor Rubén Aguer, Arzobispo Metropolitano de la Arquidiócesis, no es un admirador de sus resoluciones judiciales. —La Plata es una ciudad muy difícil donde también hay acuerdos corporativos a ese nivel, me refiero al eclesiástico, religioso, pero también a nivel político, social y mediático que jugaron abiertamente en contra de mi posición y generaron un clima muy adverso hacia mi persona.

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