Tras un arranque de juicio polémico, en el que Milagro Sala se mostró enojada y aseguró que ya tiene la condena asegurada, la líder de la Tupac Amaru enfrentó esta mañana la segunda audiencia en la causa por amenazas a dos policías: volvió a responsabilizar al gobernador radical Gerardo Morales y dijo que la investigan por “negra, coya e india”. Ya declararon los 11 testigos y el 7 de diciembre se conocerá el fallo. Con una trenza tirante y una camisa floreada, la dirigente jujeña ingresó al Tribunal Oral Criminal N° 2 visiblemente irritada. Tras saludar a su esposo Raúl Noro, a sus abogadas y al político Aníbal Ibarra, con quien mantiene una amistad, se dispuso a denunciar frente a la prensa a Morales y su familia. “Gastón Morales maneja los bonos verdes que han endeudado la provincia de por vida y que van a pagar sus nietos y tataranietos ¿Ustedes sabían que el Freddy Morales vivía hasta hace poco en Ciudad de Nieva, frente al club y hoy vive en una tremenda mansión de mil metros cuadrados? ¿Cómo es eso? Ahí no se investiga nada, ¿no? Investigan únicamente a la negra Milagro, a la coya, a la india”, se quejó, y remató: “Y dicen que yo soy delincuente...”. Ayer, había brindado un monólogo aún más fuerte, en el que consideró que el proceso es una “payasada”, negó haber amenazado con poner una bomba a los dos oficiales policiales, y dijo que la causa está “armada” políticamente en su contra. “Hoy vengo a una sentencia directamente”, anunció. También pidió que se investigue al hermano de Morales en el marco de la Megacausa en la que ella está imputada por asociación ilícita, defraudación al Estado y extorsión y lo acusó de pedir coimas. A lo largo de la jornada, declararon como testigos seis policías, entre ellos Rubén Alejandro Sánchez, uno de los denunciantes que ayer no se había presentado. También Liliana Canchi, quien estaba presente en la comisaría ese día; María Belén Vargas, quien denunció que la ropa de la feria era robada y María Eugenia Molina, dueña de la ropa secuestrada, quien al momento de las llamadas telefónicas de Sala se encontraba con ella en Buenos Aires. Ayer dieron testimonios la denunciante Ángela Cabero, comisario de la dependencia policial n° 56 de Alto Comedero, quien dice haber recibido amenazas en un llamado de Milagro Sala a su celular personal; el cabo Leonardo Ocampo, el cabo Pablo Llampa y la testigo María Clemente, quien si bien reconoció su firma en una denuncia de ese entonces, a raíz de ACV que sufrió, toma medicación y dijo no recordar nada. El juicio tiene lugar mientras la justicia jujeña debe resolver -antes del 15 de diciembre- el pedido de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que pidió que se le devuelva el beneficio de prisión domiciliaria. La causa es conocida como la de “las bombachas”. Se originó cuando la hija de María Molina, integrante de la Tupac Amaru y cercana a Sala, fue a pasear a una feria y se encontró con un puesto que vendía la ropa interior que su madre le había traído de Italia y que, aún con las etiquetas puestas, había sido sustraído de su casa durante una entradera. La vendedora fue detenida, pero ella también quedó demorada y la policía secuestró ropa y calzados. En ese momento, Sala habría llamado a la comisaría para reclamar que devuelvan todo lo decomisado. “Las bombachas puede quedárselas para usted, su jefa y su mujer y todo el personal de la comisaría porque son una manga de maricones”, le habría dicho a Vázquez. Se trata del segundo juicio en su contra. El diciembre del año pasado fue condenada a tres años de prisión en suspenso por el escrache realizado al entonces senador Morales y al titular de la Auditoría General de la Nación (AGN), Leandro Despouy. Si es condenada en este nuevo proceso, se complica su situación porque la prisión, hoy preventiva, se volvería efectiva y las penas comenzarían a acumularse.
Milagro Sala: "Me investigan por negra, coya e india"
Es por amenazas telefónicas a dos agentes de la policía.