Río Negro (corresponsal). - El Gobierno quiere evitar que la ocupación mapuche en la zona del lago Mascardi, a 35 kilómetros de Bariloche, se convierta en otro Cushamen. Desde que los integrantes de la comunidad Lafken Winkul Mapu anunciaron en las redes sociales esta semana que “recuperaron” territorios ancestrales en un área fuertemente turística, se comenzó a tejer un minucioso plan de acción para que no se repita la experiencia del Pu Lof que derivó en constantes cortes de ruta y en la muerte de Santiago Maldonado. En el medio de este escenario, la Justicia Federal en Bariloche determinará, probablemente en diciembre, si el lonko Facundo Jones Huala será extraditado a Chile. Las posibilidades de que el RAM dé curso a nuevos atentados a pocas semanas de la temporada alta de verano, preocupa a las máximas autoridades. En las últimas horas coincidieron en Bariloche el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el secretario de Cooperación con los Poderes Judiciales, Gonzalo Cané para discutir el abanico de opciones que hay sobre la mesa. Cané tuvo una activa participación en Chubut mientras el juez federal Guido Otranto investigaba la desaparición del artesano y su gestión fue criticada por la familia Maldonado. Esta vez el funcionario, se acercó rápidamente a la cordillera para entrevistarse con el juez federal subrrogante en Bariloche, Gustavo Villanueva, quien estuvo en la localidad dedicándole todo su tiempo a dos temas claves que tiene en su juzgado: la ocupación en el Mascardi y la extradición del lonko Jones Huala. Según pudo averiguar Clarín, Cané le transmitió a Villanueva los temores del Gobierno nacional acerca de las posibles derivaciones del caso Mascardi si no se resuelve con prestancia. Para el juez, se trata de un cuadro de alta complejidad, en el cual mantener el equilibrio es esencial para mantener la paz social, dicen fuentes cercanas. Si el juez Villanueva ordena un desalojo por la fuerza existen chances de que alguien salga herido, especulan fuentes en Bariloche. Los mapuches están sumando gente cada día a la toma y entre ellos numerosos niños y adolescentes. En total se estima que son unas 50 las personas comprometidas a tiempo completo, pero si se suman los adherentes, que no necesariamente son mapuches y pasan solo algunas horas en el predio, hay momentos en que el número salta a las 100 personas. El juez Villanueva dejó trascender que no quiere dialogar con personas violentas y que están actuando por fuera de la ley. "Dentro de la ley todo, por fuera nada", habría indicado el magistrado. Dejarlos en el lugar sin molestarlos significaría, indican, una señal de debilidad judicial frente a estas tomas en la Cordillera. Se sumaría a la de Cushamen y Corcovado en Chubut y a la de Colonia Suiza –por parte de la madre del lonko Jones Huala- también cerca de Bariloche. La de Mascardi tiene una connotación especial. Se trata de un área de altísimo valor inmobiliario y que se encuentra a apenas 100 metros del lago Mascardi donde están instaladas las parrillas a las que acuden miles de personas cada verano. Junto al territorio ocupado hay un ACA, un hotel y pasan el cableado de media tensión y la conexión de agua potable. Todos estos elementos hacen especular a las autoridades con que en el verano se puedan generar incidentes que afecten a los turistas con una fuerte repercusión en los medios del país. Bariloche recibe alrededor de 500 mil visitantes entre diciembre y marzo y esta es una de las zonas predilectas por su excepcional belleza donde confluyen playas y áreas de camping. En las últimas horas personal de la Cooperativa de Electricidad de Bariloche denunció que fueron apedreados cuando intentaron acercarse al sector para resolver un corte en la línea media tensión que se habría producido al interior de la toma. También corrió el rumor de que funcionarios judiciales y sus camionetas habían sido atacados con piedras cuando intentaron tomar contacto con los mapuches. En la ruta 40 (sur) que orilla el lago Gutiérrez se alcanza a ver la bandera de la Nación Mapuche extendida entre los árboles, a pocos metros otra bandera blanca indica: “Territorio Recuperado”. A la zona ocupada se ingresa por una huella que conduce hasta una tranquera que fue cubierta con un alambre de púas. Los árboles ocupan la mayor parte del territorio que se extiende hacia los cerros y posee una vegetación abundante. Justo enfrente está el lago. “Nosotros llegamos aquí hace dos meses. No queríamos el conflicto pero estamos ahora en otra situación. Nos acusan de todo y nosotros venimos a recuperar una tierra ancestral para que sea cuidada y queremos vivir con nuestras cosas como siempre lo hicimos, con animales y cultivos”, le dice a este diario uno de los mapuches que vigila la entrada. Al fondo se alcanzan a observar dos fogatas encendidas, a unos 10 ó 15 metros distantes una de otra, señal de que hay más vigilantes que se mantienen ocultos. “Si quieren dialogar con nosotros, pueden dialogar, solo tienen que venir y presentarse y nosotros vamos a dialogar”, explica. El militante niega que hayan venido representantes del poder judicial o efectivos policiales. También relatan que dejaron trabajar libremente a los operarios de la CEB que pidieron autorización para controlar el estado de unos cables. “Alguien dijo que no los dejamos pasar o los atacamos, pero acá vinieron, entraron, controlaron y dijeron que estaba todo bien y ahí terminó”, señala. El militante advirtió que mañana comenzarán a traer animales de otros sectores para profundizar en la ocupación.
El Gobierno, en alerta por una nueva ocupación mapuche cerca de Bariloche
Marcos Peña viajó ayer para analizar las opciones. Ya hay unas 50 personas frente al lago Mascardi. Temor por otro Cushamen.