Julio de Vido asegura que no renuncia, pero mandó a sacar cosas de su despacho. En esta incertidumbre, el camino hacia el muy probable desafuero del ex todopoderoso ministro y actual diputado tendrá una parada clave el martes que viene, cuando se reúna el bloque del FpV en Diputados para fijar posición frente a los pedidos de la Justicia de quitarle sus inmunidades parlamentarias para detenerlo, y con prisión preventiva. La reunión fue convocada a las 14 del martes por el jefe del bloque kirchnerista, Héctor Recalde, dos horas antes de la cita de la comisión de Asuntos Constitucionales en la que se dará dictamen al pedido de desafuero, para llevarlo al recinto al día siguiente. De los apoyos que reciba De Vido en su bloque, ya dividido, podría depender su decisión de renunciar a su banca para evitar quedar expuesto en el debate. Voceros de De Vido desalentaron la posibilidad de la renuncia, versiones que adjudicaron a sectores del propio kirchnerismo en razón de “sacarse un problema de encima”. Y recordaron que se especuló con lo mismo en situaciones anteriores. Pero las dudas subsisten sobre todo después de la detención de su ex mano derecha Roberto Baratta, que golpeó duramente en el ánimo del ex ministro de Néstor y Cristina Kirchner, que mandó retirar efectos de su despacho en el Congreso, según fuentes parlamentarias. “De Vido está en un mutismo absoluto”, confió a Clarín una fuente del bloque K, que diferenció el contexto actual, respecto de la ofensiva de finales de julio, cuando Cambiemos impulsó fallidamente la expulsión apelando a la “inhabilidad moral” de De Vido, por la acumulación de procesamientos judiciales. En aquel momento, a través de su esposa y allegados, De Vido estuvo muy activo para resistir en su banca y pasado el aguacero se lo vio encabezando como si nada la comisión de Energía, que aún preside. Anteayer, De Vido mandó a su esposa Alessandra Minniceli a visitar al encarcelado Baratta. Minniceli llegó junto a la esposa del ex funcionario. En el bloque que encabeza Recalde aseguraron que “no hay decisión tomada”, pero algunos sospechan de una concurrencia menguada el martes con la excusa de “contar votos” de las elecciones, una forma de escaparle al bulto. “Se ve un panorama negro para De Vido”, admitió un legislador de ese bloque. Cuando se trató de echarlo por “inhabilidad moral” hubo objeciones constitucionales a la figura y también al precedente que se sentaba, que llevó incluso a los diputados de izquierda a votar negativo. Pero ahora se suman dos pedidos de desafuero de la Justicia. Uno, con el peso de haber sido pedido por la Cámara Federal, que se lo ordenó al juez Luis Rodríguez, en la causa que investiga negociados con Yacimientos Carboníferos Fiscales Río Turbio (YCRT). Otro del juez federal Claudio Bonadio por las irregularidades en contrataciones de buques con gas natural licuado. Ayer el macrista Pablo Tonelli, presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, lo incluyó en el temario para el martes. En el bloque del FpV, de 70 miembros, conviven kirchneristas duros y cristicamporistas con peronistas más tradicionales, y al margen del caso De Vido ya se perfila un realineamiento después del 10 de diciembre. Estas fisuras ya quedaron expuestas. El sanjuanino José Luis Gioja -titular del PJ- anticipó que votará el desafuero, y aunque Recalde lo minimizó, Gioja guardó silencio. Una kirchnerista dura como la rionegrina María Emilia Soria también dijo que votará "con convicción personal" el desafuero. En diálogo con Clarín, Tonelli sostuvo que "no habrá inconvenientes" en reunir los votos para el dictamen de mayoría. Y confió en juntar los dos tercios de los presentes el miércoles. Sin embargo, en despachos de la conducción del bloque oficialista se mostraba prudencia mientras seguían contando los votos. Consideraban que el domingo electoral no es un tema menor, con todos los legisladores en sus provincias. Si peligrara reunir el número suficiente el titular de la Cámara, Emilio Monzó, postergaría la sesión para la semana siguiente.
