Un grupo intelectuales dió a conocer una carta en apoyo a la medidas de aislamiento. Señalan en ella que "convivir con covid-19 en Argentina será un proceso largo que requerirá de esfuerzos permanentes por parte de todas y todos, y de la aplicación de estrategias inteligentes y cambiantes. Esto es opuesto al mensaje equivocadamente pregonado de ‘sentarse a esperar que pase el pico’, como si fuese un fenómeno climático ante el cual nada puede hacerse, un discurso simplista que no se hace cargo del problema y que sólo puede tener consecuencias graves e irreparables. " El texto replica otra carta difundida días atrás , que criticó la cuarentena dispuesta por el gobierno nacional, calificándola de “infectadura” El documento está firmado por Jorge Aliaga, Adrián Paenza, Alberto Kornblihtt, Valeria Levi e Irina Izaguirre, entre otros reconocidos investigadores, que remarcaron la importancia de tener “responsabilidad política, civil y periodística” en las respuestas ante la pandemia. El documento reunía en la noche del domingo cerca de 15 mil adhesiones. Los investigadores consideraron en su nota que la declaración temprana de la cuarentena logró resultados positivos; permitió multiplicar la capacidad de atención del sistema de salud y logró que en 21 provincias los casos se redujeran “prácticamente a cero”. Pero alertaron sobre la situación en la que está el Area Metropolitana de Buenos Aires y el Gran Resistencia, donde los contagios van en crecimiento. Para estas zonas, aseguran, las medidas tomadas hasta ahora no alcanzaron y hay que suplementarlas. Alertan que “en algunos barrios de CABA, del centro y el sur de la Ciudad” se están registrando “tiempos de duplicación inferiores a los 6 días”. “Estos datos indican que, si no logramos disminuir la velocidad de contagio de manera urgente, es inminente la saturación de las camas de terapia intensiva (es decir, que las/los profesionales de la salud se verían en la dramática situación de elegir quiénes recibirán la atención necesaria y quiénes no). El primer impactado sería el sistema de salud de CABA. Se trata de una saturación inminente porque, con una duplicación de casos menor a 15 días, esto ocurriría antes de fines de julio”. Jorge Aliaga, uno de los firmantes del documento, explicó a PáginaI12 las razones que movieron al grupo a redactar su advertencia. “Un grupo de investigadores que venimos siguiendo la evolución de la covid en la Argentina decidimos que era importante manifestar nuestro punto de vista. Lo primero a decir es que el aislamiento funciona, que distanciar a las personas es la mejor forma de parar la epidemia. Al resultado lo vemos en las provincias, que prácticamente no tienen casos nuevos. Si aparecen, es por viajeros que se trasladan desde el AMBA al interior y llevan el virus sin darse cuenta. También ha sido muy eficaz el trabajo de rastreo y confinamiento de las personas que habían sido contagiadas, su aislamiento antes de que presentaran síntomas. Pero consideramos urgente tomar más acciones en el área de la Capital federal y el Gran Buenos Aires, porque los casos están en rápido aumento, y esto puede llevarnos a un estrés del sistema de salud, a tener problemas para atender a todas las personas, cosa que ya hemos visto que pasó en Italia, en España, en Nueva York y en varias capitales de latinoamérica”, dijo Aliaga. Para el ex decano de Ciencias Exactas de la UBA “es evidente que las medidas que se han tomado no han sido suficientemente eficaces en el área metropolitana de Buenos Aires”, por lo que “se deben ajustar, y de manera rápida, para contener el avance del virus ”. La carta fue una reacción a las acciones contra la cuarentena que se vienen viendo en la ciudad de Buenos Aires, que incluyen protestas de manifestantes con pocos argumentos -algunos desopilantes-, pero también un reciente pronunciamiento crítico a las medidas de aislamiento social dispuestas por el gobierno. Esos cuestionamientos, impulsados por la investigadora del Conicet Sandra Pitta, tuvieron la adhesión de figuras como Santiago Kovadloff, Juan José Sebreli, el actor Luis Brandoni, el escritor Federico Andahazzi, y el ex ministro de Cultura de la ciudad, Darío Lopérfido. En la réplica "Un esfuerzo adicional para salvar vidas", hay pedidos al gobierno, la sociedad y los medios. Entre las medidas de decisión política, los intelectuales reclaman “más monitoreo y rastreo de contactos estrechos”. “Las provincias que mayor esfuerzo pusieron en el rastreo de contactos hoy tienen la situación controlada”, señalan. Para esto, consideran “de vital importancia garantizar a los infectados la posibilidad de aislarse con las necesidades básicas cubiertas”. También que se apliquen “estrategias específicas, estrictas y segmentadas para distintos sectores de la economía y para los trabajadores esenciales”. Esto es porque no sólo hay muchos contagios en los barrios populares, sino también “circulación del virus en todo el AMBA”. La situación muestra que se necesita “un accionar unificado de todos los distritos del país, puesto que el virus no reconoce ni respeta límites políticos ni geográficos”. En lo relacionado a la responsabilidad civil, la nota indica que “todos debemos hacernos cargo de que somos potenciales propagadores del virus, aun cuando no tengamos síntomas, y comportarnos como tales, sin salir de nuestras viviendas excepto en casos absolutamente necesarios”. El llamado a los medios es para que tengan más responsabilidad periodística, "y asuman su rol entendiendo que, aun con sus imperfecciones y efectos colaterales negativos, la cuarentena continúa siendo la mejor herramienta para controlar la propagación del virus y evitar miles de muertes. Cuanto mejor se explique que si se respeta el aislamiento necesitaremos menos tiempo de cuarentena, más posibilidades de éxito tendremos”. En este caso, el mensaje alude a notas del grupo Clarín o el diario La Nación que han planteado como propuestas de "cuarentena inteligente" medidas que implican riesgos sanitarios. “Convivir con covid-19 en Argentina será un proceso largo que requerirá de esfuerzos permanentes”, concluye la carta. “Si actuamos en conjunto con una fuerte responsabilidad política, civil y periodística podemos lograrlo en todo el país, es cuestión de no bajar los brazos y actuar con decisión y urgencia. Evitar contagios y muertes sigue estando en nuestras manos”. La declaración temprana del Aislamiento Social Preventivo Obligatorio (ASPO) en Argentina logró resultados positivos: no solo permitió multiplicar la capacidad de atención del sistema de salud y avanzar en la provisión de los tests necesarios para el diagnóstico de COVID-19, sino que además, redujo los casos diarios a prácticamente cero en 21 de las 24 divisiones territoriales del país, logrando que un altísimo porcentaje de nuestro territorio nacional hoy esté iniciando una reactivación administrada de actividades. En comparación con los demás países latinoamericanos con grandes metrópolis, Argentina es el que obtuvo mejores resultados en el control de la pandemia de COVID-19. Como lo muestran las estadísticas de todo el mundo, disminuir la movilidad de la población funciona. No debería llamar la atención, entonces, que el aumento de la movilidad que se viene observando en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) desde mediados de abril haya tenido un efecto drástico en el aumento de casos en las últimas semanas. Son objeto de particular preocupación algunos barrios de CABA, del centro y el sur de la Ciudad, con tiempos de duplicación inferiores a los 6 días. Estos datos indican que, si no logramos disminuir la velocidad de contagio de manera urgente, es inminente la saturación de las camas de terapia intensiva (es decir, que las/los profesionales de la salud se verían en la dramática situación de elegir quiénes recibirán la atención necesaria y quiénes no). El primer impactado sería el sistema de salud de CABA. Se trata de una saturación inminente porque, con una duplicación de casos menor a 15 días, esto ocurriría antes de fines de julio. Prolongar una cuarentena solo parcialmente efectiva en el AMBA conduce a que una parte de la sociedad dude de su utilidad y reclame su fin. Sin embargo, la cuarentena es una medida excepcional que, no habiendo vacunas ni tratamientos efectivos para covid19, se vuelve una herramienta clave cuando la situación así lo requiere. Todos los países del hemisferio norte que cuentan los muertos por miles hicieron uso de ella, algunos de ellos tarde, para lograr una disminución drástica y veloz del contagio. Los países que se negaron a utilizar esta herramienta cuando era aconsejable, como Brasil, hoy viven una realidad dramática y las muertes parecen no tener fin. Por otro lado, todos los países del mundo que están flexibilizando sus cuarentenas lo hacen en una situación donde la transmisión del virus está bajo control y los casos en franca disminución. Asimismo, corren el riesgo de sufrir segundas olas de contagios debido a que en la mayoría de los países la población infectada es del 5-10% del total. En este momento Irán e Irak están con segundas olas de contagio peores que la primera, y hubo un brote también en Corea del Sur. Por todo esto consideramos que no es el momento de relajar el aislamiento en el AMBA y el Gran Resistencia, donde los casos, lejos de estar controlados, están en crecimiento. No hablamos de números, sino de miles de vidas que se perderían, pero que estamos a tiempo de salvar. Pensamos que hoy, más que nunca, es necesario maximizar la efectividad de la cuarentena en el AMBA y el Gran Resistencia. Si esta cuarentena se respeta y resulta efectiva, los casos activos circulantes serán inferiores a los actuales, el rastreo de contactos será más simple y el riesgo de colapso del sistema de salud, casi nulo. En esas condiciones, será razonable comenzar la flexibilización de las medidas. Para que la nueva etapa de la cuarentena sea efectiva, es necesario que se conjuguen tres responsabilidades: política, civil y periodística. Convivir con COVID-19 en Argentina será un proceso largo que requerirá de esfuerzos permanentes por parte de todas y todos, y de la aplicación de estrategias inteligentes y cambiantes. Esto es contrario a “sentarse a esperar que pase el pico”, como si fuese un fenómeno estacional ante el cual nada puede hacerse, un discurso que puede tener consecuencias graves e irreparables. El pico se habrá producido cuando, a través de acciones coordinadas, logremos comenzar a bajar el número de nuevos casos. Como decíamos al principio, 21 de nuestros 24 distritos ya están cerca de “aplastar” la curva de contagios. Si actuamos en conjunto con una fuerte responsabilidad política, civil y periodística podemos lograrlo en todo el país, es cuestión de no bajar los brazos y actuar con decisión y urgencia. Evitar contagios y muertes sigue estando en nuestras manos.
Respuesta a la "infectadura": científicos e intelectuales en apoyo a la cuarentena
"Evitar contagios y muertes sigue estando en nuestras manos"