En enero de 1973 los partidos políticos argentinos iniciaron sus campañas electorales que terminarían el 11 de marzo con la elección del próximo presidente constitucional, poniendo fin de esta manera al gobierno de facto que había asumido el junio de 1966 tras el derrocamiento del presidente Arturo Illia. El régimen castrense había fracasado y la candidatura presidencial del teniente general Alejandro Agustín Lanusse era una cuestión del pasado. El generalizado clima de la violencia subversiva llevó a algunos funcionarios a imaginar que las elecciones debían suspenderse. Un informe realizado por la SIDE sobre el Panorama Nacional, con fecha 12 de enero de 1973, daba argumentos sobre las “razones que aconsejaban la cancelación de la convocatoria a elecciones nacionales para marzo próximo” y “perspectivas concretas de la subversión marxista en el país, con apoyo de Cuba y la Unión Soviética”. Tras un listado de las más importantes organizaciones armadas, la Secretaria de Inteligencia advertía que “con o sin elecciones, las mencionadas fuerzas subversivas –que en un momento dado podrían movilizar no menos de 30 mil hombres equipados del más moderno armamento automático y otros elementos muy avanzados para el combate- desatarán inexorablemente la escalada guerrillera. ” El trabajo de varias carillas no tiene firma pero hace mención a “un informante” que elucubra la situación del país en medio de un clima pre revolucionario. “En el proceso de copamiento de la Argentina por las fuerzas Marxistas es evidente –directa o indirectamente- el aliento de la Unión Soviética y Cuba. Y apoya su argumentación en informes llegados de Chile (gobernado por el socialista Salvador Allende) sobre reunión de adherentes de la IV Internacional (trotskista) a la que pertenecía el PRT-ERP hasta ese momento. El analista estima necesario suspender el proceso electoral porque de lo contrario debería aceptarse “con resignación la extensión Marxista frente a la cual –si se optara por la salida electoral- solo se podrá oponer la complacencia, el miedo o la complicidad de los partidos políticos caducos y de sus dirigentes sin representatividad alguna. ” Las propuestas de un nuevo “gobierno nacional de las Fuerzas Armadas con respaldo civil” contenidas en este informe -que sumergía al país en una futura “guerra civil”- eran de imposible implementación teniendo en cuenta el desprestigio que envolvía al régimen militar en retirada. El mismo día y con la misma máquina, otro trabajo del mismo organismo propone “fundamentos de la necesidad de la permanencia del Teniente General Alejandro A. Lanusse en el poder” que podría emparentase con otro trabajo del 5 de febrero de 1973 cuyo título plantea un gran interrogante: “¿Qué consecuencias traería aparejadas la proscripción del Partido Justicialista? Diferencias entre candidatos y partido”. Estos trabajos y sus conclusiones llegaron a los más importantes despachos de la Casa Rosada y bueno es decir que eran de implementación imposible. Primero, Lanusse había manifestado públicamente, en julio de 1972, que no sería candidato y no seguiría en el poder. Segundo, las FFAA no secundarían masivamente tales propuestas. Y tercero, las reacciones civiles serían incontenibles. La Argentina había entrado en un túnel cuya salida era impredecible. Contemporáneamente, el 14 de enero de 1973, Roberto Mario Santucho, el jefe del PRT-ERP, encabezaba en Córdoba una reunión clandestina con el fin de elaborar la política de la organización frente al proceso electoral. La conclusión era clara y definitiva: acribillar la salida electoral y continuar la guerra contra las FFAA. En su marco de alianzas no participarían ni Montoneros ni las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) más cercanas el peronismo. Así por lo menos se lo dijeron durante una reunión celebrada a fines de enero. Frente a este panorama, a principios de febrero, Santucho comenzó a diseñar con Juan Ledesma (alias Capitán “Pedro”) el asalto al Batallón de Comunicaciones 141 de Córdoba con la inestimable colaboración del conscripto Félix Roque Jiménez. “Pedro” estuvo al frente de la Compañía Decididos de Córdoba y entre tantas acciones militares, participó en el copamiento de la Guarnición Azul (enero de 1974); interviene en la planificación del ataque al Batallón Depósito de Arsenales 121, como jefe del Estado Mayor, reforzando a la compañía Combate de San Lorenzo que tuvo su bautismo de fuego con efectivos de las otras 3 compañías urbanas y tras ascender a jefe del Estado Mayor del ERP planifico el asalto al Batallón Depósito de Arsenales 601 en Monte Chingolo. El domingo 18 de febrero, a las 3.30, un comando de 40 miembros del PRT-ERP irrumpió en el Batallón de Comunicaciones 141, en Córdoba, contando con la complicidad del conscripto Jiménez (declarado días más tarde “traidor a la Patria”), y robó una cantidad importante de armas. Según relató el general de división Alcides López Aufranc, jefe del Estado Mayor del Ejército, a través de la cadena nacional de radio y televisión, la organización político-militar se había alzado con 63 subfusiles PAM-1, 11 PAM-2, 107 pistolas 11.25, 4 subfusiles Halcón MP. 45 , 1 subfusil Halcón ML-63 9×19 mm, 1 curioso rifle Winchester .44, una escopeta lanzagases, 2 revólveres 32 especial, 1 pistola Beretta 9×19 mm, 1 caja de 480 balas .50, otra de 1.500 tiros de 7.62×51 mm, 6 de 300 balas calibre 38 cada una, otra de 10 granadas para fusil FAL, 100 granadas de mano, 3 granadas antitanque, 20 granadas lacrimógenas, 500 unidades de cartuchos de escopeta calibre 12 con posta de guerra, 40 cartuchos de señales, 6 largavistas, 1 sistema visor infrarrojo, 2 ametralladoras pesadas M-2 calibre 0.50, 74 fusiles FAL, 2 FAP, 600 cargadores de FAL/FAP, 5 trombones lanzagranadas FAL, 1 pistola de señales, 5 brújulas, 3 mochilas y 15 sables. Una crónica de la época informa que la sección de recolección cumplió su labor de manera eficiente en tanto el personal asignado procedía a montar la emboscada para cubrir la retirada. Es así que hacia la hora 5:00 AM los asaltantes partieron de la unidad militar, parte en el Unimog del Ejército Argentino capturado, y el resto a pie, corriendo velozmente hacia los automotores que habían dejado estacionados en la cercanía del cuartel, entre los que se lograron identificar a por lo menos un Torino blanco y un Fiat 1600 del mismo color, patente X-081.733. El matutino cordobés La Voz del Interior destacó que los guerrilleros “demostraron conocer perfectamente el terreno (…) y haber organizado un plan (…) que preveía hasta los menores detalles”. Y agregó que “a pesar de las características del suceso, no hubo derramamientos de sangre”. Otros aspectos de la noticia ponían en evidencia la magnitud del hecho; tanto por la cantidad de militantes participantes -“alrededor de 30 hombres, más los otros que cumplieron tareas de apoyo en el exterior”- y de miembros del ejército momentáneamente capturados -“en el establecimiento se encontraban entre oficiales, suboficiales y tropa aproximadamente sesenta hombres”- y el despliegue operativo que incluyó acciones de distracción en distintos puntos de la ciudad. Tras el hecho el PRT-ERP emitió un comunicado sosteniendo: “Los comandos 29 de Mayo, Che Guevara, Lazcano-Polti-Taboada, Jorge Luis Sbedico, Ramiro Leguizamón y “Martínez-Ferreira de la Compañía Decididos de Córdoba del ERP en un exitoso golpe de mano tomaron por 5 horas el Batallón 141 de Comunicaciones del Ejército opresor recuperando para la causa revolucionaria del pueblo argentino dos toneladas de armamentos y proyectiles que se detallan en el parte de guerra adjunto retirándose en completo orden. En 1810, el pueblo de Córdoba formó y armó la Compañía Decididos de Córdoba que se incorporó al Ejército del Alto Perú en nuestra guerra de la primera independencia. El mismo heroico pueblo cordobés ha logrado en dos años de operaciones formar y armar nuevamente la Compañía Decididos de Córdoba incorporada hoy al ERP en nuestra guerra por la segunda y definitiva independencia. Ayer nuestro pueblo en armas supo derrotar en larga y cruenta guerra al ejército opresor de la colonia: hoy está enfrentando cada vez con mayor potencia al ejército opresor oligárquico y pro-imperialista y proseguirá victoriosamente esa empresa hasta el seguro triunfo de la revolución obrera y popular socialista”. Según el matutino La Opinión el hecho fue un incidente más dentro de los últimos “cincuenta días en los que hubo doce secuestros que demandaron rescates por una suma de 2.500 millones” de la época. Si bien durante la acción subversiva no hubo víctimas fatales, para Alejandro Lanusse fue el hecho “más grave desde que yo ejerzo la Presidencia; más grave que la muerte de un General o el asesinato de un Almirante y de los asesinatos de tantos servidores públicos…” (La Opinión, 21 de febrero de 1973). Dos días antes el mandatario de facto, al poner en funciones al nuevo jefe del Estado Mayor Conjunto, vicealmirante Carlos Álvarez, reafirmó su compromiso de institucionalizar el país. El asalto realizado por el ERP fue el primero en llevarse a cabo contra una unidad del Ejército. A diferencia de los que sobrevendrían éste se realizo durante la vigencia de un gobierno de facto porque los próximos serian contra gobiernos constitucionales: -El 6 de septiembre de 1973, durante la presidencia interina del diputado nacional Raúl Lastiri, un comando del PRT-ERP intentó copar el Comando de Sanidad con la finalidad de robar armamento y materiales médicos de campaña de sus arsenales pero fracasó. También en esta ocasión contaron con la complicidad de Hernán Invernizzi, un soldado conscripto ascendido a dragoneante. -El 12 de octubre de 1973 asumió Juan Domingo Perón tras 18 años de exilio, llegaba plebiscitado con el apoyo del 62 por ciento del electorado… pero al PRT-ERP no le importó. Desde octubre hasta enero cometieron todos los desmanes más inimaginables: secuestros extorsivos, asesinatos, atentados, desmanes. -El 19 de enero de 1974 –con la connivencia de otro soldado conscripto- intentaron copar y saquear la guarnición militar más grande en Azul, provincia de Buenos Aires, que albergaba en sus 40 hectáreas al Grupo de Artillería Blindada Nº 1 y al Regimiento 10 de Caballería Blindada Húsares de Pueyrredón. Santucho desde 1973 quería pasar a otro nivel de la escalada del conflicto y eso significaba crear un foco guerrillero rural que permitiera en el futuro declarar una “zona liberada”. Para hacer posible la formación de la Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez (llevaría el nombre del “zurdo” Jiménez (a) “Ricardo”, un miembro del PRT-ERP muerto en Tucumán en un enfrentamiento con la policía provincial) era necesario contar con un gran arsenal y esas armas las podían obtener de la Guarnición de Azul. El coronel Camilo Arturo Gay cae herido de muerte y es tomado prisionero el teniente coronel Jorge Ibarzábal, ante la amenaza de los atacantes de asesinar a la familia del primero. Ibarzábal es introducido en un vehículo y sacado del lugar y la familia de Gay es llevada de rehén a la herrería del cuartel, donde un vehículo debía recogerlos, y esto no ocurrió porque ya estaba fracasando el ataque y porque un vehículo blindado militar bloqueó al grupo atacante. Durante la refriega es asesinada la esposa de Gay. En una carta dirigida al personal de la unidad castrense Perón no uso el término “aniquilar” al enemigo sino que había que “exterminarlo”. Tras el fracaso de la operación, Enrique Gorriarán Merlo fue “despromovido” bajo el cargo de haber abandonado a su gente antes del repliegue y se lo destinó en Córdoba. Su cargo fue ocupado por Juan Ledesma (a) el comandante Pedro. -El 10 de agosto de 1974, el Ejército Revolucionario del Pueblo atacó de manera simultánea dos objetivos militares. La Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez al mando de Hugo Irurzún, “capitán Santiago”, intentó copar el Regimiento de Infantería 17 de Catamarca; y la Compañía Decididos de Córdoba, bajo el mando del jefe de la compañía Juan Eliseo Ledesma, “capitán Pedro”, tomó por asalto la Fábrica de Explosivos de Villa María, secuestrando al subdirector, el mayor Argentino del Valle Larrabure y al capitán Roberto A. García, y gran cantidad de armamentos. “Nadie puede ya dudarlo. La guerra civil revolucionaria se ha generalizado en la Argentina. De un lado el ejército opresor, del otro bando las fuerzas guerrilleras (. . . ) con la simpatía y el apoyo cada vez más activo de las masas obreras y populares”, dijo el ERP a través de su órgano Estrella Roja. En el ataque de Catamarca murieron 16 guerrilleros. A partir de estos hechos, como acto de “represalia”, el ERP comenzó a asesinar oficiales del Ejército. Entre el 25 de septiembre y diciembre de 1974, fueron asesinados 10 oficiales de los 16 estipulados. -El 13 de abril de 1975, el ERP atacó el Batallón de Arsenales 121 Fray Luis Beltrán en Rosario, Santa Fe. Durante 1974, el PRT– ERP había comenzado a establecer un principio de infraestructura tendiente a constituir el futuro ejército regular. Este proyecto se inscribía dentro del concepto enunciado por Mario Roberto Santucho en el Comité Central Ampliado, que se desarrolló en enero de 1974, y resume el “salto cualitativo en la guerra revolucionaria, de la lucha por las reivindicaciones a la lucha por el poder”. La operación fue planificada por Juan Eliseo Ledesma, Jefe del Estado Mayor Central del ERP. La unidad que asume la acción es la Compañía Urbana Independiente Combate de San Lorenzo, de reciente constitución, a cargo de Santiago Hernan Krasuk. “Capitán Luis”. El soldado Carlos Horacio Stanley fue el entregador de la unidad. Dado que la “'Compañía ‘Combate San Lorenzo era muy nueva se constituyó un agrupamiento de ataque para reforzarla de la siguiente manera: 1. Treinta terroristas de la compañía Combate de San Lorenzo. 2. Veinte terroristas de la compañía Decididos de Córdoba. 3. Diez terroristas de la compañía Héroes de Trelew. -El martes 23 de diciembre de 1975, el PRT-ERP atacó el Batallón Depósito de Arsenales 601 Domingo Viejobueno, importante unidad logística ubicada en las cercanías de Monte Chingolo y a 20 kilómetros de la Casa Rosada. La finalidad era robar (“recuperar”) una importante cantidad de armamento militar. De acuerdo a lo estimado por la comandancia (y la inteligencia del ERP), el depósito guardaba: 900 FAL con 60.000 tiros, 100 M-15 con 100.000 tiros, 6 cañones antiaéreos automáticos de 20 mm con 2.400 tiros, 15 cañones sin retroceso con 150 tiros, subametralladoras, etc. Totalizando cerca de 20 toneladas, lo suficiente como para conformar un ejército altamente profesional. En Monte Chingolo, las fuerzas del Ejército y seguridad tuvieron: 2 oficiales, 1 suboficial, 3 soldados y un marinero de la Armada muertos y 17 heridos (8 de la Policía Federal y 9 de la Policía de Buenos Aires). El terrorismo dejó en el campo de batalla y sus alrededores 62 muertos y 25 heridos. Se desconocen los desaparecidos.
Cuando el ERP atacó al gobierno democrático e intentó ocupar el poder
En febrero de 1973, antes de las elecciones presidenciales, la organización guerrillera asaltó una unidad militar para acribillar la salida electoral y continuar la guerra contra las FFAA. Emplearía esa misma metodología durante los gobiernos democráticos que siguieron hasta el golpe militar contra Isabel Perón