Seguridad

Coronavirus: antes de quedar aislados los médicos de La Plata tuvieron cuatro días de vida social y contacto con casi 50 personas

Llegaron de un viaje por Asia y tuvieron encuentros familiares y laborales. Al cuarto día les pidieron "aislamiento" en su casa. No fueron a revisarlos, sólo los llamaron por teléfono.

Abrazos interminables de bienvenida, besos a los afectos, un cumpleaños familiar y la vuelta al trabajo después de un viaje accidentado. Eduardo Ferraresi y su esposa Diana están en aislamiento por riesgo de afección con coronavirus porque pasearon en un crucero por Asia. Pero este matrimonio de médicos pasó cuatro días de vida social intensa y sin restricciones. Y tuvieron contacto por lo menos con 50 personas antes de que las autoridades sanitarias le sugirieran iniciar una “cuarentena” de 14 días sin vínculos con su entorno. “La medida se termina en una semana. Lo hacemos porque somos responsables, porque soy médico y entiendo estas previsiones. Pero fue todo muy irregular ”, reconoció Ferraresi en diálogo con Clarín. El médico terapista que se desempeña en un centro privado de La Plata, permanece “encerrado” en su casa del centro de la capital bonaerense. En la residencia, desde el martes 18, solo está su esposa que es psiquiatra y no pueden ingresar familiares o amigos. “Mi hijo hace las compras en el supermercado y las deja en la puerta. Yo voy y las retiro. No tengo contacto alguno con él ”, reconoció el profesional. Los médicos argentinos que bajaron del crucero y quedaron aislados tuvieron días de vida social y contacto con más de 50 personas antes de quedar en cuarentena. Sin embargo, Ferraresi plantea dudas sobre el procedimiento que aplicaron los responsables de Salud desde su llegada al país. ​El matrimonio arribó a Ezeiza el sábado 15, desde Camboya, en un vuelo de Qatar Airlines con una escala en San Pablo. Los esperó su hijo y los llevó hasta La Plata, al cumpleaños de su nuera. “Estuvimos reunidos varias horas, contando anécdotas y celebrando el retorno”, recordó el médico. En la ciudad brasileña subieron otros 120 argentinos. Sobre esos pasajeros, se desconoce alguna medida preventiva. "Si alguno de nosotros estaba incubando el virus, cualquiera se podría haber contagiado", razonó. Los médicos argentinos que bajaron del crucero y quedaron aislados tuvieron días de vida social y contacto con más de 50 personas antes de quedar en cuarentena. El lunes retomó su actividad en el Instituto Central de Medicina, de La Plata, donde dirige el servicio de Terapia Intensiva. Y el martes, mientras estaba con tareas en Capital Federal lo llamó Enrique Rifourcat, de la secretaría de Salud del municipio platense, para informarle que debía iniciar un período de reclusión, como medida preventiva por la posibilidad de estar infectado con el virus que tiene en alerta a todo el mundo. Eduardo Ferraresi, uno de los médicos aislados en La Plata por el coronavirus. (Facebook Eduardo Ferraresi) Según pudo saber Clarín, al funcionario municipal lo notificaron desde la dirección de Epidemiología del Ministerio de Salud provincial. Y a esa dependencia alertaron desde la cartera sanitaria de Nación. “Así funciona el protocolo. Nuestra responsabilidad era contactar al ciudadano e informarle de la situación ”, explicaron en la comuna. Desde entonces, Ferraresi atendió en su domicilio el llamado de un funcionario de la provincia que le hizo preguntas sobre su estado de salud. “Ese fue el único seguimiento que hicieron. Se supone que para el fin de semana vendrán a controlarnos y luego quedaríamos liberados. Mientras seguiremos aislados ”, advirtió el viajero. ​ El estado clínico de la pareja es óptimo y no tuvieron síntomas compatibles con coronavirus. En Provincia aclararon que se trata de un protocolo que "que se hace a todos los que vuelven de un viaje donde existe algún posible vínculo con lugares donde circuló el virus". Además dijeron que los protocolos los aplica Nación. La gente hace cola para comprar máscaras faciales en una tienda de suministros médicos en Manila (Filipinas). Ferraresi y Diana iniciaron sus vacaciones a mediados de enero. El 15 de ese mes, en Hong Kong subieron a un crucero de la firma Westerland, de bandera Holandesa. Tenían previsto visitar la muralla china y otros destinos de Asia. Pero tuvieron casi dos semanas a la deriva, porque Taiwán, Filipinas, Guam, Corea del Sur y Tailandia le cerraron el acceso a sus puertos por temor a un contagio. Los admitieron en Camboya y desde allí empezaron el regreso. Los médicos argentinos que bajaron del crucero y quedaron aislados tuvieron días de vida social y contacto con más de 50 personas antes de quedar en cuarentena. El barco llevaba 1.500 turistas y una pasajera de 83 años activó las alarmas. Tenía síntomas que podrían ser de la enfermedad virósica y fue atendida en un hospital de Kuala Lumpur. La mujer tiene pasaporte estadounidense y cuando llegó a su país se confirmó que las pruebas dieron negativo al coronavirus. Pero el crucero de Westerland había quedado en la mira. No obstante, Ferraresi y Diana pasaron por el aeropuerto de Ezeiza sin revisión médica o controles de salud. Ahora ambos cumplen sin fisuras con la restricción. Pero hasta este martes al mediodía, sin notificaciones formales, por escrito o por vía electrónica, de su situación. No hubo comunicación oficial de Nación o Provincia. “Ni siquiera tengo un papel para presentar en el trabajo. Y mi señora tuvo que responder consultas sin poder justificarlas ”, planteó el médico platense. ​GS COMENTARIOS Comentarios CARGANDO COMENTARIOS Para comentar debés activar tu cuenta haciendo clic en el e-mail que te enviamos a la casilla ¿No encontraste el e-mail? Hace clic acá y te lo volvemos a enviar. Para comentar nuestras notas por favor completá los siguientes datos.

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