A mediados o fines de marzo, el ex senador y cineasta Fernando 'Pino’ Solanas viajará a París para asumir como embajador ante la UNESCO. Acaba de cumplir 84 años y se muestra tan combativo como siempre. Pide cuidar la unidad de la coalición oficialista y critica a su ex socia Elisa Carrió. En una charla con Infobae, admitió que mira poco cine y lo lamenta. De las últimas películas que vio, le gustaron El Irlandés y, entre las argentinas, La odisea de los giles. El film de Martín Scorsese le pareció largo y repetitivo. Prefiere El Padrino, “más humana”, sostiene, a diferencia de la última del mismo director en la que “hay mucha violencia y no hay emoción humana”. En cambio, califica como “una buena comedia” la película de Sebastián Borensztein y celebra: “Es necesario un cine que llegue y satisfaga a grandes mayorías, es mejor tener esa comedia que te remueve recuerdos de la realidad argentina poco gratos que estar viendo otra comedia que no tiene nada que ver con nosotros”, describe. Sobre su futuro está en modo espera. Tras el fin del trámite parlamentario de su pliego, aguarda la publicación del decreto de designación. -¿Por qué quería ser embajador en la UNESCO? -Muchos han preguntado por qué voy a la UNESCO como si yo fuera un experto en vacas o químico. He militado en la cultura durante 50 años y ya he participado en grandes debates de la UNESCO. El año 80 la UNESCO lo declaró año de la recuperación del patrimonio cívico que se estaba autodestruyendo. En la Asamblea Anual se trató el tema y fui uno de los representantes de los directores y autores latinoamericanos. De ahí salió mi proyecto de crear la gran cinemateca nacional y archivo de imagen de la Argentina que además se votó por unanimidad en el año 97 en diputados y senadores. ¡Hasta el último menemista me votó! No obstante eso, Carlos Menem vetó la ley. Pero como soy cabeza dura volví a hablar con todos los diputados y senadores, y la ley fue ratificada por unanimidad en la segunda votación. La historia no terminó ahí. Nunca se puso en funcionamiento, nunca se cumplió la ley. Han pasado 22 años. En resumen, he militado toda mi vida en la cultura, he participado en infinidad de debates. Y soy muy conocido afuera sobretodo en el hemisferio norte por mis películas. -¿Trabajará también en educación? -Claro. Alberto Fernández ha pensado que como soy bastante conocido puedo ser un buen embajador de la causa argentina que es plural, progresista, democrática y con sensibilidad social. Hemos sido el primer país del hemisferio sur en haber impulsado un movimiento de derechos humanos extraordinario y de haber realizado el más importante juicio a los genocidas del terrorismo de Estado. El juicio argentino es tan ejemplar que se estudia en las universidades del norte, muy superior a lo que fue el juicio a los nazis de Nüremberg. Esta idea de que al adversario hay que darle la mejor calidad de justicia con el mejor jurado del mundo, una idea que me parece justa y que nadie pudo cuestionar. La UNESCO se creó en noviembre del 45 con el objetivo de que a través de la educación, la ciencia y la cultura se pudiera contribuir más profundamente a la paz mundial. Todo el prólogo de la Constitución de la UNESCO está dedicado a la paz mundial a pocos meses de la terminación de la guerra con aquel bombardeo a Nagasaki e Hiroshima. Hoy el mundo es otro, no hay una guerra mundial, pero hoy existen guerras de baja intensidad o son guerras que no tienen frentes de batalla, se realizan a través de misiles, drones y ejércitos que van sin banderas para que no puedan identificar su nacionalidad. Éste es un mundo mucho más cruel. Hoy, la mayor guerra es la que libran los pueblos para no morirse de hambre y de sed. Son millones amenazados por la muerte y de ahí los grandes éxodos y los grandes movimientos migratorios. -¿Parece que seguirá con sus temas de siempre más allá del nuevo rol? -Todos mis proyectos girarán en la defensa de los pueblos. Son víctimas de resabios coloniales. La neocolonización está presente, basta poner el ojo en África y América latina. Está más disimulada pero es así. Los pueblos originarios todavía para las dirigencias políticas son de tercera o cuarta. No podría explicarse por qué las comunidades perdidas en el Impenetrable allá en Salta se siguen muriendo por envenenamiento porque no ha habido reparos ni controles en las explotaciones petroleras del norte. Todas las aguas están contaminadas, ni qué hablar las de Neuquén. -¿Entonces no se va a callar aunque sea diplomático? -Por supuesto. Y la gran guerra de hoy es este enemigo implacable que no se detiene y se agranda que es el cambio climático y el calentamiento global. -En los últimos días pidió silenciar peleas internas... -Estamos ante un gobierno amplio, de vocación progresista, plural, de unidad nacional. Han pasado recién 60 días o 70. Nos equivocamos muy fuleramente si entramos a poner palos en la rueda. Lo que quedó como país es un desastre absoluto. Es tan vergonzoso... Se han llevado hasta la última moneda de cada ministerio. En estos cuatro años de gobierno, Cambiemos no pagó a los organismos internacionales. Debe cerca de 160 millones de dólares. -¿También en la UNESCO? ¿Usted llega y debe plata? -Espero que no me la cobren a mí (se ríe)- Todos los organismos internacionales funcionan con los aportes de sus asociados. Es más, hay una empleada que está en edad y quiere jubilarse. Inició los trámites y están demorados porque el Estado no le ha hecho los aportes, los aportes que pagaba no se depositaban y se usaban para otros fines. Una vergüenza. Todas esas cosas se van a solucionar. Es un momento muy delicado de la argentina, pero es un momento de reconstrucción. -¿Qué le pareció la declaración del FMI? -Muy buena. -Le insisto con preguntarle sobre su pedido de callar planteos internos en el oficialismo... -Uno ve todos los días la vocación de desprestigiar al Gobierno y plantear temas insignificantes en relación a los dos o tres grandísimos temas, uno es el de la deuda. Como no está resuelto eso, tampoco hay presupuesto 2020. Plantear temas que no digo que no sean importantes, pero son debates que deben ser internos... Cuando eso sale hacia afuera, es darle de comer a los que quieren desprestigiar o que les duele que este gobierno haya tomado el tema de la deuda con una seriedad extraordinaria. Está demostrando que había otro camino que el camino brutal del endeudamiento irresponsable que lanzó Macri. Cuando Kristalina dice “queremos una quita del 30%”, es fabuloso. -Esta semana lo cuestionaron porque siempre fue muy crítico de los recortes a los jubilados, ¿es el costo que paga por ser oficialista? -No. Los que hacen esas críticas no han leído muy bien la reforma para los jubilados. El concepto del Gobierno es que aporten los sectores más pudientes... Hay jubilados que ganan varias veces más que un senador. Toman eso para confundir a la población y decir que a todos los jubilados se les baja la plata. Mentira. Este gobierno tiene compromiso real con las grandes mayorías y ha puesto la prioridad en los que menos tienen. Su primera gran medida de gobierno fue el movimiento en torno de combatir el hambre. -Le propongo un ping pong de nombres ¿Cómo lo ve a Alberto Fernández? -Lo veo muy bien. Está demostrando una gran capacidad política con una política de diálogo permanente. Es un hombre que ha cruzado todos los puentes y grietas para hablar y aclarar su programa, su proyecto. Lo veo muy bien. -¿Y a Cristina? -La veo muy bien. Miremos todo lo que se dijo cuando se anunció esta fórmula, que Alberto iba a ser un títere de Cristina, que Cristina iba a estar gobernando. ¿Cuántas veces la escuchamos a Cristina? La verdad, la prensa cada vez ha virado más hacia el color amarillo, amarillo por los que gobernaron y por sus vocaciones poco democráticas. Queremos una prensa libre y por supuesto con opinión del sector, los dueños tienen todo el derecho a expresar sus opiniones y editoriales, pero no pueden censurar la opinión que no les conviene. Yo estoy censurado y por eso cuando me hacen una entrevista, festejamos. Hay posiciones antidemocráticas por más que se llenan la boca con expresiones como republicanismo. -¿Y a su ex socia Elisa Carrió cómo la ve? -La veo sin discurso. Hacerse el ganso, mirar para otro lado, hablar de otros temas para no hablar de las barbaridades que pasan en el presente... Carrió fue número diez de Clarín jugando en la cancha, fue usada para todo servicio por Clarín, la embajada norteamericana y los servicios. -¿Y qué opina hoy de Miguel Pichetto? -Lamentable. No se puede traicionar el mandato de los votantes. Haber sido responsable o presidente del bloque justicialista y terminar siendo vicepresidente de la fórmula de la fuerza y del presidente de la Nación que era de los adversarios que él debía enfrentar y vencer- Es un golpe de Estado político. -¿Cree que saldrá la ley de interrupción voluntaria del embarazo este año? -Estoy convencido de que sí. Lo del otro día fue impresionante, la cantidad de gente que se reunió. Siempre pensé y se lo he dicho a mis colegas que están demostrando una vocación antidemocrática. Me respondieron ‘no puedo votar contra mis convicciones’. Pero insistí, ¿vos por quién fuiste elegido? Le preguntaste a los ciudadanos qué pensaban, cuáles eran sus convicciones? Les dije que tienen que legislar para el conjunto de la ciudadanía. En temas muy delicados como es este tema, que hace a credos religiosas, posturas morales etc, yo voto para asegurarle una política pública a aquellos seres y a aquellas mujeres que por infinidad de motivos no les podemos sacar el derecho a decidir sobre su propio cuerpo y sobre su vida, es una salvajada. -El año pasado fue una voz contundente en el debate parlamentario ¿lamenta este año no estar? ¿Apoyará la ley? -No dejaré de hablar por más que esté afuera. Voy a tener opinión. Este año tiene que salir la ley.
Fernando “Pino” Solanas: “Nos equivocamos fuleramente si entramos a poner palos en la rueda”
El designado embajador ante la UNESCO pidió que en el oficialismo no haya debates internos para no darle argumentos a la oposición. Defendió el aumento a los jubilados porque “el concepto del Gobierno es que aporten los sectores más pudientes” y criticó a Carrió y a Pichetto