Martes 11 de agosto. Habían pasado apenas 24 horas de las primarias. El gobierno y la economía estaban en shock por un resultado que electoral que nadie había vaticinado. Y el gran ganador de esos comicios fue a un canal de televisión a hablar por primera vez como futuro presidente. Si bien faltaban 75 días para las generales, la abultada diferencia que había logrado el Frente de Todos sobre Cambiemos aseguraba una victoria en octubre. La posibilidad de una remontada del entonces oficialismo era matemáticamente inverosímil. Todavía no había cepo ni reperfilamiento de la deuda y el ministro de Hacienda continuaba siendo Nicolás Dujovne. En medio de una charla amena, surgió una pregunta lógica en virtud de algunos rumores que habían empezado a circular: “¿Vuelve la doble indemnización?”. Y la respuesta fue contundente: "No creo que sirva la doble indemnización. Nosotros la tuvimos en un momento en que se generaba empleo porque crecía la economía. Estas cosas no se resuelven cambiando la ley laboral”. En ese mismo reportaje, Fernández se manifestó además como un crítico al intervencionismo. “No estamos preparando una economía cerrada y con cepo. Yo nunca fui eso. Yo fui crítico de Moreno y del cepo”, contestó. En apenas tres días de gestión, el jefe de Estado puso en jaque aquellas definiciones con un paquete de medidas orientado a reactivar la economía. La historia responderá si fue efectivo o no. ¿Cambió de idea Fernández o en aquella ocasión contestó así para esquivar ciertos temas que generan reticencia y espantan votos? Es difícil saberlo y hay un dato que juega a su favor: entre aquel 12 de agosto y este 14 de diciembre, todos los indicadores económicos se degradaron.
