Seguridad

La justicia busca en 23 mil imágenes si aparece el sospechoso por la muerte de Alberto Nisman

Números. Con ellos se van definiendo los avances de la investigación en la que se busca determinar q…

Números. Con ellos se van definiendo los avances de la investigación en la que se busca determinar quién asesinó al fiscal Alberto Nisman. La fiscalía a cargo de Eduardo Taiano investiga 23.000 imágenes de todas de las personas que ingresaron durante el fin de semana previo a hallar el cuerpo sin vida del ex fiscal; 45.000 comunicaciones telefónicas están siendo analizadas, se tomaron más de 450 declaraciones que mostraron lo frágil que era la seguridad del complejo Le Parc, y más de 200 equipos informáticos están siendo peritados. Todo apunta a clarificar y dar con los responsables de la muerte de Nisman. A cuatro años de la muerte del titular de la UFI AMIA, la principal incógnita que prevalece en los Tribunales Federales es quién fue el responsable directo del homicidio que conmocionó al país el 18 de enero de 2015. A la fecha sólo se encuentran implicados Diego Lagomarsino, procesado como partícipe necesario del asesinato del ex fiscal y los custodios de Alberto Nisman, acusados de incumplimiento de los deberes de funcionario público y dos de ellos como encubridores, al no cuidar como corresponde al fiscal muerto aquel enero de 2015. La premisa de la causa es que el ex fiscal "fue víctima de un homicidio", dando por descartado que se quitó la vida por el supuesto temor de tener que explicar en el Congreso su denuncia contra Cristina Kirchner y parte de su gabinete, a quienes acusó de encubrimiento del atentado contra la sede de la AMIA. Recibir newsletter "Nos encontramos frente a una investigación en la que se ha logrado acreditar prima facie que Alberto Nisman fue asesinado y que dicho suceso fue directa consecuencia de la denuncia que formulara el 14 de enero de 2015 como titular de la Unidad Fiscal de Investigación del atentado terrorista perpetrado contra la sede de la AMIA", indicó la Cámara Federal porteña en 2018, después de la que la causa pasara de la justicia ordinaria a la federal por orden de la Corte. Por eso, el fiscal Taiano -que tiene delegada la investigación por orden del juez Julián Ercolini- tomó la decisión de hacer foco en las cámaras de seguridad del edificio Le Parc donde vivía Nisman. Pero se trata de un trabajo arduo: un análisis cuadro por cuadro, imagen por imagen, de cada persona que durante ese fin de semana de enero ingresó al complejo. ¿Cómo es el trabajo? Tal como informó La Nación y fuentes judiciales explicaron a Clarín, se ordenó a la Policía Federal que tiene a cargo el minucioso trabajo de bajar todo lo registrados por las cámaras de seguridad secuestradas. Entonces, se hizo un análisis de cada persona sin restricción de sexo ni edad, ni horario, que ingresó y salió de Le Parc el fin de semana que se encontró sin vida a Alberto Nisman. Hasta ahora se tiene una carpeta con 23.000 imágenes: no significa que sean 23.000 personas diferentes, ya que también se analiza a los vehículos que ingresaron y egresaron del edificio ubicado en Puerto Madero. “En algunos casos las imágenes no son muy claras respecto a las patentes, pero sí se determinaron los vehículos, modelo, color y se establece quiénes son los propietarios”, explicaron fuentes de la causa a Clarín. Cada imagen, cada rostro, cada vehículo, busca dar con el “responsable de lo sucedido aquella madrugada”, indicaron. Resulta un suerte de aguja en un pajar, pero la fiscalía se encuentra realizando el pormenorizado análisis. A esta requisa de imágenes, se sumaron más de 450 declaraciones de todos los vecinos del complejo Le Parc, que por lo pronto ya coincidieron en algo: “el edificio contaba con poca seguridad, era franqueable y carecía de controles”, señalaron a este medio fuentes judiciales. Varios vecinos contaron que en las reuniones de consorcio “el reclamo constante era que las cámaras de seguridad no funcionaban”, por otro lado, expusieron que el código de seguridad que se colocaba en el ascensor principal “era fácil de resetear y lo podía hacer cualquier persona incluso si no vivía allí”. Hubo más. Un vecino contó que en una estación de servicio lo asaltaron, los ladrones se subieron al vehículo e ingresaron con él a Le Parc, y nadie les preguntó nada. Algo similar ocurrió con otra persona que contó que directamente los ladrones irrumpieron en su departamento, y después de robarle se retiraron sin problemas del complejo. En cuanto a la torre en la que vivía Nisman, uno de sus vecinos dijo que el día que la Policía Federal se encontraba realizando el procedimiento a horas de encontrarse el cuerpo sin vida, “pude subir y bajar del lugar sin ninguna restricción; nadie me preguntó nada ni se prohibió ningún acceso”. Esa mañana, cuando la noticia ya había conmocionado al país, otro vecino del mismo edificio del ex fiscal recibió unos paquetes con compras de electrodomésticos: tampoco hubo controles. Mientras, se realiza el entrecruzamiento de llamadas telefónicas de un gran conjunto de líneas asignadas a la ex Presidenta como a varios de sus ex funcionarios: Oscar Parrilli, Carlos Zannini, Juan Martín Mena (ex segundo de la AFI). También se analizan llamados de teléfonos que utilizaba Jaime Stiuso (ex agente de la SIDE), otros integrantes del organismo de inteligencia, como Alberto Massino y Fernando Pocino, y hasta César Milani, ex jefe del Ejército, de quien se sospecha que manejaba un grupo de inteligencia paralelo a la SIDE oficial. La tarea la realiza la Policía Federal, y se trata de un análisis de 45.000 comunicaciones. Para la Justicia hay algo claro: “Esto no se armó en 15 días, hay paso milimétricos que demuestran que esto tenía una ingeniería más compleja, con más participantes y que no fue algo planteado días antes”, explicaron fuentes de la investigación a Clarín. Este análisis no analiza el contenido de las comunicaciones, sino las conexiones entre los más de cien teléfonos que se peritan. Se abrieron las sábanas de cada uno, es decir el registro de llamadas y con ello se analiza quién es el titular de la línea, la ubicación de las antenas, con qué otros contactos se vincula a esa línea. “Esto generó que la pericia se amplíe cada vez más”, se planteó. De la ex Presidenta se analizan varios teléfonos y conexiones que se desprenden de allí. Muchas de las llamadas con funcionarios y se estudia una triangulación entre llamadas desde la Quinta de Olivos, la secretaría privada de la Casa Rosada y los teléfonos personales asignados a Cristina Kirchner. La segunda pericia se realiza es sobre más de 200 los objetos secuestrados en la casa de Alberto Nisman, de la vivienda de Diego Lagomarsino, procesado como partícipe necesario del homicidio del ex fiscal y de los allanamientos realizados en las casas de los custodios del ex fiscal. Este trabajo se encuentra en su etapa final y está a cargo de la Gendarmería Nacional el foco está colocado en el sistema que recupera los elementos borradores de teléfonos, discos externos y computadoras. Este cuerpo pericial se reúne tres veces a la semana, en horarios fijos, hace dos años.

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