En la noche que se conoció la triste noticia del fallecimiento de José Luis Brown recordamos uno de los momentos más gloriosos de su carrera como futbolista, el Tata fue uno de los grandes héroes del mundial de México 86: hizo un gol contra Alemania y encima jugó medio segundo tiempo con un hombro luxado. Carlos Bilardo confió en el cuando nadie lo hacía, se metió en el plantel por el problema de salud que sufrió Daniel Alberto Passarella y terminó siendo clave en la consagración argentina. En el minuto 23 de la primera mitad Jorge Burruchaga ejecutó un excelente tiro libre que él pudo conectar perfectamente y vencer al arquero alemán, Toni Schumacher, que salió muy mal. "Cuando veo que viene la pelota, gané la posición, empujé al propio Diego y metí el frentazo. Cabeceé y cuando apoyé los pies, salí corriendo. Sabía que la pelota había entrado", recordó. Pero eso no fue todo, en el complemento chocó con un alemán y terminó con el hombro luxado, fue atendido por el cuerpo médico pero se negó rotundamente a salir. "Tenía un dolor insoportable. Lo primero que le dije al doctor Madero fue 'ni se te ocurra sacarme, no salgo ni muerto'. Me mordí la camiseta, le hice dos agujeros para meter los dedos y finalizar así. Había pasado por un montón de cosas difíciles y ni loco iba a dejar la final", dijo sobre esa particular decisión.
