Cuando a mediados de junio las Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron que se había logrado identificar a un nuevo hijo de desaparecidos, cundió la alegría que siempre generan estas noticias. Javier Matías Darroux Mijalchuk se convertía así en el nieto recuperado 130. Las Abuelas informaron que es hijo biológico de Juan Manuel Darroux -un ex miembro de la Prefectura que trabajó con la Armada en la Dictadura- y de Elena Mijalchuk -un ama de casa-, una pareja que desapareció con diferencia de días, en diciembre de 1977, cuando el chico tenía sólo cuatro meses de vida. Cuando se hizo la presentación en "sociedad" de Javier Matías, junto a la líder de Abuelas, Estela de Carlotto, en una conferencia de prensa, se oficializaron algunos datos de su biografía y de la de sus padres. No hay dudas de ningún tipo respecto de la biografía de Javier Matías ni de su derecho a la búsqueda de su identidad. Pero, con el correr de los días, la historia de sus padres se convirtió en fuente de preguntas, en la Secretaria de Derechos Humanos, por un lado, y de investigadores de temas de Derechos Humanos, como el ingeniero Pedro Güiraldes, por el otro. Recibir newsletter ¿Qué implicancias tuvieron en la desaparición los vínculos con los militares de la dictadura que aparecen en el pasado de Juan Manuel Darroux? ¿Por qué la familia Mijalchuk hace la denuncia de la desaparición recién en 1999 y no antes? ¿Por qué la desaparición del ex prefecto no aparece en los registros oficiales de desaparecidos? ¿Por qué tampoco se puede demostrar hasta hoy que el nieto recuperado es hijo de militantes víctimas del Terrorismo de Estado? Esa cuestión, según le dijo a Clarín el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, dificulta al momento la caracterización de Javier dentro de los parámetros de hijo o nieto de persona desaparecida por la dictadura y con identidad sustituida, que le permitirían cobrar la indemnización del Estado para estos casos. Avruj y el ingeniero Güiraldes afirmaron a este diario que ni Elena Mijalchuk ni Juan Manuel Darroux figuran en el Informe de la CONADEP de 1984, ni en el Registro Único de Víctimas del Terrorismo de Estado (RUVTE) de 2015, y tampoco están en la base de datos del Parque de la Memoria. En la página web de la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo se informó que Darroux "trabajó en la Prefectura Naval Argentina de diciembre de 1961 hasta junio de 1966". Allí también dice que de septiembre de 1969 a mayo de 1975 "se desempeñó en la Universidad de Morón, en tareas administrativas", y que allí conoció a Elena, que "estudiaba la carrera de Contadora Pública en ese establecimiento". Ya en pareja, Darroux y Mijalchuk vivieron en la Capital Federal. La Unidad Especializada para casos de Apropiación de niños durante el Terrorismo de Estado, que está bajo la órbita del Ministerio Público, informó mediante un comunicado tras la noticia de la restitución que Javier Matías "se presentó espontáneamente en la filial de Córdoba de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo en el año 2006 para tratar de esclarecer su origen biológico". Y que desde entonces se solicitó la intervención de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad y se realizaron los análisis de ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos. En 2007, "un primer informe del BNDG dio cuenta de que el joven excluyó de poseer vínculo biológico con los grupos familiares allí obrantes". Pero después "se sumaron muestras que permitieron completar el grupo familiar" y se ampliaron los marcadores genéticos en el BNDG. "A raíz de esto, en el año 2016 un nuevo informe del Banco dio cuenta que el joven es hijo de Juan Manuel Darroux y Elena Mijalchuk", dice el informe de los fiscales. Sin embargo, la Unidad advirtió que, a pesar de que se buscó establecer si la pareja desaparecida tuvo militancia política por medio de testimonios de posibles compañeros de militancia o personas que los hayan visto en centros clandestinos de detención, no se encontraron pruebas de que hayan sido víctimas del terrorismo de Estado. "Hasta el momento, esta línea no pudo ser confirmada", dice el informe de los fiscales. En esa investigación oficial se informa sobre la pertenencia de Darroux a la Armada Argentina hasta su renuncia a esa fuerza, fechada días antes de su desaparición, en 1977. Se incorpora el hallazgo de dos expedientes "iniciados en 1977" que, se indica, podrían relacionarse a la desaparición de Darroux y Mijalchuk. En estos documentos aparece la "detención de una persona y el secuestro de un vehículo por parte de la Policía Federal". "El detenido habría dicho que el auto encontrado era de Darroux, y en este se encontró un documento, luego revelado como falso, que indicaba pertenencia al temible Servicio de Inteligencia Naval (SIN)" (. . . ) "Según consta en el expediente, la Policía se comunicó con dicha fuerza para verificar estos datos y pedir la comparecencia de Juan Manuel Darroux. Quien evacuó la consulta policial fue un oficial del Servicio de Inteligencia Naval, cuyo nombre coincide con el apodo de un oficial acusado por delitos de lesa humanidad cometidos en la ESMA. Si bien este dato no resulta categórico para afirmar la intervención de esa fuerza en los hechos que se sucedieron a partir de allí, es un indicio relevante", indicó la Unidad Especializada para casos de Apropiación de niños durante el Terrorismo de Estado. Investigador en hechos históricos que marcaron la Argentina en los años '70, el ingeniero Güiraldes hizo su propia investigación, y suministró a Clarín un listado suministrado por el llamado Equipo Nizkor de derechos humanos en el que Juan Manuel Darroux aparece entre "Los 700 nombres del personal civil del Servicio de Inteligencia Naval (SIN) que operaba en la dictadura". De acuerdo a lo consignado por Abuelas -que, según el Gobierno, en este caso de recuperación no informó a la Secretaría como habitualmente se hace antes de presentar al nieto recuperado en sociedad-, la última vez que se lo vio con vida a Darroux fue a principios de diciembre de 1977. Allí dicen que Darroux se encontró con dos de sus primos en un bodegón de Valentín Alsina. Que su primo Domingo lo llevó hasta Paraná y Panamericana, que lo vio discutiendo con cuatro hombres y que nunca más lo vio. Güiraldes dice que tiene su propia investigación hecha sobre algunos presuntos ilícitos cometidos por Darroux, una información que Clarín no pudo confirmar oficialmente. En lo que hace a la madre de Javier Matías, Elena, las Abuelas de Plaza de Mayo informaron que días después de que su pareja no apareciera y sin saber dónde buscarlo, hacia "fines de 1977", recibió una llamada y una carta en la que "su marido le indicaba que el 26 de diciembre debía encontrarse con unos compañeros en Capital Federal". El día de Navidad, Elena mostró la carta a sus padres y les pidió que la acercaran con su bebé al lugar. Al día siguiente, tal cual lo convenido, llevaron a Elena y al pequeño Javier Matías a la cita, en Pampa entre Lugones y Avenida Figueroa Alcorta, en Núñez. Según dijo Abuelas en su momento, se informó que Elena fue a ese encuentro con Javier, de cuatro meses. Ella, a su vez, le había anunciado a su familia que estaba embarazada. La Unidad Especializada para casos de Apropiación de niños durante el Terrorismo de Estado informó que Javier Matías fue hallado por una mujer en la vía pública, en la intersección de las calles Ramallo y Grecia -es decir, a tres cuadras de la ex Escuela Mecánica de la Armada (ESMA), donde funcionaba uno de los más importantes centros de detención, tortura y desaparición de la Armada-, horas después del momento en que su mamá Elena fue vista por última vez. El bebé fue encontrado en la calle por una mujer, trasladado a la Casa Cuna y luego entregado en guarda provisoria a un matrimonio, que tramitó su adopción de manera legal. A su vez, Abuelas informó que "en mayo de 1999 Roberto Mijalchuk se decidió y denunció la desaparición de su hermana embarazada, su cuñado y su sobrino". En ese momento, se abrió un nuevo legajo de una mujer embarazada desaparecida en la CONADI y otro en la CONADEP. Consultado por Clarín sobre el caso Javier Matías Darroux Mijalchuk, el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj, confirmó que "no está demostrado" que el joven sea hijo de militantes víctimas del terrorismo de Estado. "Nunca figuró en la lista de la CONADEP, tampoco en el Registro Unico de Victimas del Terrorismo de Estado en esta Secretaría", señaló Avruj, quien confirmó que la denuncia del caso se hizo recién en 1999 por parte de los familiares. Javier Matías tampoco fue convalidado como hijo de desaparecido por la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), que preside también Avruj. “Sí existe filiación entre los padres denunciados como desaparecidos pero nunca fue convalidado como hijo de desaparecidos por la CONADI. Por eso, como Gobierno tampoco hemos salido a pronunciarnos sobre el nieto 130 como habitualmente hacemos con todo nieto recuperado. De todas maneras, nadie desconoce su tragedia. Es un hecho aberrante para cualquier persona ser abandonada en esas circunstancias”, afirmó Avruj. "La ley contempla indemnizaciones para víctimas de terrorismo de Estado si se prueba que una persona tiene a sus padres muertos o desaparecidos y a la víctima se le sustituyó la identidad. ¿En estas condiciones le corresponde la indemnización a Javier Matías Darroux Mijalchuk?", preguntó Clarín. "En esta situación, no. No le corresponde", sostuvo Avruj.
La historia del nieto recuperado 130: su padre era miembro de la inteligencia naval
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