En los últimos días, el oficialismo empezó a mostrar inquietud por posibles fugas de votos de desencantados, tanto por su política económica, como por el debate sobre la legalización del aborto. Si en el segundo rubro, el Gobierno puede confiar en haber anotado un tanto con el apoyo que Amalia Granata, que ganó una diputación provincial en Santa Fe con un discurso en defensa de las dos vidas, dejando a Cambiemos en cuarto lugar, en el plano de la economía, está intentando neutralizar la alternativa que podría representar la candidatura del economista José Luis Espert. Crítico desde la ortodoxia liberal por la falta de reformas profundas que el electorado de Mauricio Macri esperaba de su gestión, el candidato del frente Despertar suscita adhesiones entre los desencantados del gobierno y puede quitarle algunos puntos que, en el difícil panorama que se le presenta al Presidente para su reelección, pueden serle fatales. De ahí el encarnizamiento con la fórmula del novato en estas lides José Luis Espert. Primero fue le cuestionamiento al uso de uno de los sellos partidarios con los cuales peste pensaba inscribir su candidatura, la UCD; luego, el golpe más duro: la cooptación de Alberto Asseff, presidente del partido UNIR, que le proveía a Espert una base nacional. Esta operación, liderada por Miguel Ángel Pichetto, que convenció a Asseff con un lugar expectante en la lista de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires, puede sin embargo volvérseles en contra, ya que ha generado una reacción airada en muchos ciudadanos, azorados por el desparpajo con el cual hoy los políticos exhiben su transfuguismo. De hecho, en las horas previas al cierre de las listas, el hashtag #DejenCompetirAEspert se volvió tendencia en Twitter, donde muchos usuarios pidieron el fin del hostigamiento oficial a la candidatura de José Luis Espert y Luis Rosales. El economista ya ratificó que presentará su candidatura. Y, alentado por los respaldos recibidos, anunció que lo hará a tucumán las 23 horas y convocó a acompañarlo a la puerta de Tribunales. Seguí leyendo: La cooptación de Asseff: falta de escrúpulos y de inteligencia política
