El extraño globo de ensayo que lanzó el Gobierno respecto a la posibilidad de reflotar las listas colectoras –que el propio presidente derogó por decreto hace poco más de un mes– se topó con el rechazo unánime de los pretendidos destinatarios del peronismo federal. Sergio Massa, Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey respondieron que no tenían en sus planes llevar como candidata a gobernadora a María Eugenia Vidal porque sus armados políticos son opositores a Cambiemos, aunque en algún caso cueste distinguirlo. Respecto a Massa en particular, es vox populi que tiene avanzadas sus conversaciones con el peronismo que postula a Alberto Fernández para armar un frente de unidad, lo que muy probablemente el Gobierno haya buscado evitar con la triquiñuela. Incluso se anunció que ayer mismo habría una cumbre Vidal-Massa para cerrar el acuerdo: el líder del Frente Renovador lo desmintió al instante, agregando una ironía acerca de que sería bueno que los funcionarios dedicaran su tiempo a gobernar. El anuncio que no fue, no obstante, se mantuvo en algunos portales durante todo el día. Una de las rarezas de la movida fue escuchar al jefe de Gabinete, Marcos Peña, justificar lo que hasta hace unos días era considerado una trampa: que dos candidatos a presidente llevaran el mismo candidato a gobernador. Era muy malo cuando Massa –por entonces todavía en Alternativa Federal– y el peronismo negociaban compartir boleta en la provincia. Por eso Mauricio Macri clausuró la posibilidad con un decreto firmado el 1 de abril. Uno de los efectos colaterales de la decisión fue que contribuyó a desarmar a Alternativa Federal como espacio y acercando a Massa al peronismo. Así que lo que era malo resucitó como bueno el lunes por la tarde, cuando el Gobierno salió a propalar el okay para que Vidal negociara con los peronistas dialoguistas que la llevaran como candidata si querían. A partir de entonces se publicaron versiones que daban cuenta de supuestas negociaciones avanzadas al respecto. También anunciaron reuniones inminentes para terminar de ponerle el moño al acuerdo. Aparentemente estaba todo cocinado. Pero del testimonio de los interesados no se comprobó nada de eso. “Lo vi en los medios de comunicación, no me consta, por eso me parece irresponsable opinar de algo en lo que no participo ni tengo la menor idea. Entiendo que son hipótesis porque hoy la ley no permite ese tipo de cosas”, dijo Urtubey, el peronista más cercano a Cambiemos y el primero de los precandidatos en responder en una rueda de prensa en la Universidad Austral. Explicó que su postulante a gobernador bonaerense surgiría de lo que resolviera la dirigencia de Alternativa Federal en la provincia. “Hay mucho de circo en todo lo que está pasando, esto de que la gobernadora puede ir con gente. Es de una confusión tremenda cuando todavía las normas legales no lo permiten”, sostuvo, por su parte, Roberto Lavagna. Antes, su hijo el diputado Marco Lavagna también había argumentado que esa conjunción no era posible porque ya tenían encaminado un armado propio en la provincia de Buenos Aires, con candidato a gobernador, intendentes y legisladores, más o menos en la línea de lo dicho por Urtubey. “Hay que hacer una oferta amplia que te permita mantener una coherencia”, sostuvo. Quien quedaba sin responder, por entonces, era Massa, que aparecía como el principal interpelado por la movida. Primero, porque es quien conserva la mayor cantidad de votos propios e, hipotéticamente, podría inclinar la balanza en la elección bonaerense si decidiera llevar la boleta de Vidal. Segundo, porque se sabe que están avanzadas las negociaciones con el peronismo para confluir en un armado de unidad, cuyo anuncio debería producirse en los próximos días. La jugada de las colectoras apuntaba, se desprende, a embarullar esa posibilidad. En medio de ese silencio, la web de Clarín publicó que Massa se reuniría por la tarde con Vidal para terminar de cerrar la negociación. Agregaba el detalle que tenía que hacerse rápido porque la gobernadora viajaba a Colombia. “No tengo prevista ninguna reunión con la Gobernadora Vidal. Sería bueno que los funcionarios del Gobierno Nacional dediquen su tiempo a gobernar”, escribió Massa en Twitter. “No aceptamos a Vidal en una colectora. Tenemos un proyecto que es crítico de Macri y la gobernadora Vidal integra ese proyecto”, ampliaba Diego Bossio, su jefe de campaña. El globo de ensayo para entonces se había desinflado, dado que los tres supuestos destinatarios lo habían rechazado. Sin embargo, desinflado y todo, siguió dando vueltas durante el resto del día. Y en eso tienen que ver las típicas operaciones previas a un cierre de alianzas electorales, que deben inscribirse en la justicia el miércoles que viene. En el armado de la fórmula Fernández-Fernández creían que las versiones que circularon ayer le servían a Massa también para hacer subir sus acciones con miras a ese cierre, cuyas probabilidades se acercan y se alejan según las horas del día. Hay momentos que parece inminente y en otras improbable. “Sergio es un tipo muy difícil”, sostenía uno de los negociadores. Otra reunión que el líder del Frente Renovador desmintió fue la que supuestamente tendría con el presidente del PJ, José Luis Gioja. En verdad, Massa negocia su pase al armado de unidad directamente con Alberto Fernández. Internado para hacerse unos chequeos (ver recuadro), el candidato presidencial envió como su representante a la reunión que tenían prevista anoche al diputado Eduardo “Wado” De Pedro. Según se comenta, la negociación acerca de los lugares de los dirigentes del Frente Renovador en las listas legislativas estaría consensuada. También el apoyo a la reelección de los intendentes que el massismo conserva en la provincia de Buenos Aires. La cuestión donde está trabado el acuerdo es el lugar donde se ubicaría el propio Massa, que no quiere irse a su casa. De acuerdo a la versiones que circulaban ayer, el líder del Frente Renovador pretende tener un sitio de “protagonismo electoral”. La primera candidatura a diputado en la provincia de Buenos Aires no le resulta atractivo. Pretendería la candidatura a gobernador, pero ahí ya fue designado Axel Kicillof y no es un lugar que esté abierto a la negociación. Curiosamente, se trata de un cargo que públicamente siempre aseguró que no le interesaba. Ahora que lo ve como un destino apetecible –en definitiva, se trata del principal distrito del país– ya está ocupado. En el peronismo le recomiendan ir a las PASO presidenciales o bajarse. Las próximas horas serán cruciales y es de esperar que otros globos de ensayo surquen el escenario político.
Enredados
La sonora negativa de Massa, Lavagna y hasta Urtubey, dejó al desnudo la operación del Gobierno para instalar un supuesto respaldo de los precandidatos de Alternativa Federal a María Eugenia Vidal. Desconcertados, terminaron anunciando reuniones que no se hicieron y acuerdos que nunca se plantearon