La crisis financiera tuvo ayer otro día de furia. En la medida que pasan las semanas, la incertidumbre continúa en aumento y potencia el retroceso de los precios de los activos. El riesgo país se disparó 11 por ciento y cerró en el récord de 963 unidades en el gobierno de Mauricio Macri. El indicador elaborado por el JP Morgan despertó alarma en la city. La pregunta más repetida en el mercado fue si en el cierre de la jornada había terminado por encima de 1000 puntos. El desplome de las acciones fue otro de los indicadores de alerta. Las empresas argentinas que cotizan en Nueva York perdieron hasta el 14 por ciento. Este panorama de fragilidad se completó con una nueva escalada del dólar: cerró en 44, 92 por ciento con una suba de 3, 2 por ciento. El Banco Central subió la tasa de interés del 67, 8 al 68, 3 por ciento y el Tesoro vendió a través del BC 60 millones de dólares para intentar calmar a las bestias dolarizadoras. No fue suficiente. ”El mercado duda y por eso aumenta el riesgo país, pero es una duda infundada porque los argentinos no vamos a volver atrás”, dijo ayer Mauricio Macri. El presidente y sus seguidores insisten en culpar de la crisis al gobierno anterior o a los potenciales votantes de la oposición. En su imaginario, ni el modelo económico que implementó ni su impericia para concretarlo y la consiguiente desconfianza del estrabishment tienen nada que ver con lo que pasa. Operadores de la city lanzaron una batería de argumentos para intentar explicar el desplome de las acciones, los bonos y el peso. Ninguna de las conclusiones que se mencionan en los informes de agencias de bolsa puede tomarse muy en cuenta. Son los mismos “expertos” que en enero habían hecho proyecciones de una baja del riesgo país de 600 a 400 puntos para mitad de este año. Ahora advierten que la situación es peor de lo que se esperaba. La región tiene en promedio un riesgo país menor a los 250 puntos y en Argentina se mira cuándo va a superar los 1000. Grandes inversores se cansaron de los activos argentinos y salieron a desprenderse masivamente de los bonos soberanos. Los fondos del extranjero estaban sobrecomprados de títulos locales y ayer decidieron hacer ventas importantes. Morgan Stanley lo había advertido en su último informe sobre Latinoamérica y los países emergentes. El aviso no fue errado. El riesgo que los fondos vendan sus bonos se transformó en realidad: las caídas fueron de más del 7 por ciento en dólares. Los bonos cortos ya rinden cerca de 20 por ciento en dólares. Es el caso del Bonar 2020, un título que vence en octubre del próximo año. La cotización de este bono cerró en 85 dólares. ¿Qué implica este precio? Significa que un inversor puede comprar hoy el Bonar 2020 con 85 dólares para cobrar dentro de un año y unos pocos meses 100 dólares. Esto es una ganancia de 15 dólares sin hacer nada. Pero no es todo. Todavía hay más. El bono paga también 12 dólares de intereses hasta el vencimiento. El inversor que pone hoy 85 dólares los recuperará en octubre del año que viene y se llevará un extra de 24 dólares. Se trata de un negocio que parece redondo pero en el que muy pocos quieren entrar y muchos prefieren salir. ¿Por qué? Porque piensan que la economía fue lanzada a un escenario de un muy probable default por el gobierno de Macri El problema es que las expectativas de los inversores son que el próximo Gobierno dejará de cumplir con sus promesas de pago de la deuda y las ganancias elevadas que dan los bonos se transformarán en fuertes pérdidas. La lectura que hace el mercado no siempre es la correcta ni racional. En otras oportunidades, como en 2009, cuando estalló la crisis financiera internacional, los bonos rindieron más del 20 por ciento y finalmente se terminaron pagando. La diferencia es que estaba el gobierno de CFK y, porque tenía vedado el acceso al crédito externo, desplegó una intensa estrategia de desendeudamiento. O sea, pagaba capitales e intereses. El elemento interesante para observar ahora es que no hay un evento externo que provoque la corrida. La incertidumbre es puramente local. Los inversores se cansaron de las promesas de este equipo económico. Perdieron la confianza en la gestión de Macri. La caída ayer del 7, 3 por ciento en dólares del Bonar 2020 fue la más importante, aunque no la única relevante. El Bonar 2024 anotó una disminución de 6, 2 por ciento, mientras que el Discount en dólares cayó 6, 7 por ciento, el Argentina 2037 4, 9 por ciento, el Par 2, 6 por ciento y el Centenario 5, 1. La caída de algunos de estos títulos desde principios de 2018, antes del inicio de la corrida cambiaria, ya es de casi el 50 por ciento en dólares, una cifra similar a las pérdidas que registran las acciones. En la bolsa de Nueva York las empresas argentinas volvieron a sufrir un desplome de precios. La que más cayó fue la productora de cemento Loma Negra, una firma que cotizaba arriba de 20 dólares a comienzos de 2018 y que ahora se negocia en el mercado por menos de 10 dólares. La caída de ayer fue del 13, 7 por ciento.
Los Caballeros de la Quema
Los grandes inversores perdieron la confianza en los experimentos del equipo económico y vendieron sus papeles argentinos. El resultado fue un salto del riesgo país a los 963 puntos, un desplome de las acciones nacionales en Wall Street de hasta el 14% y otra suba del dólar a 44, 98 pesos