Un pequeña esfera tornasolada, de un fulgor notable, en la que se puede ver el universo entero al mismo tiempo. Con otra narrativa, pero con palabras iguales o parecidas, Jorge Luis Borges describe a una de sus grandes invenciones literarias, “El Aleph”. La comparación es audaz. Pero quizás ilustrativa. El caso “D’alessio”, que investiga una mega red de supuesto espionaje ilegal que involucra cada vez a más potenciales hechos delictivos, sumó en los últimos días a nuevos denunciantes y querellantes. Ese expediente es ahora un pequeño “Aleph” que podría salpicar a las más simbólicas causas de corrupción K. Pero por pedido de los procesados o sospechados en esos procesos. los tribunales de Dolores se transformaron en una de “guarida” de presos, imputados o procesados del kirchnerismo. La lista es larga: las coimas confesas de la causa “Cuadernos”; el caso Ciccone; la mafia de los contenedores de la Aduana; el tráfico ilegal de la efedrina durante las presidencias de los Kirchner; la “La Ruta del Dinero K”; los bolsos con millones que el ex secretario de Obras Públicas José López quiso esconder en un convento falso una madrugada fatídica; las posibles coimas que habrían permitido negocios fuera de la Ley en el puerto de Necochea; la fortuna inexplicable del ex camarista Eduardo Freiler; los supuestos ilícitos cometidos por los Moyano en el club Independiente. Todos esos casos, y más aun, podrían ser ahora objeto de investigación en la causa “D’alessio”. El ex camarista asegura incluso que el caso D'Alessio demuestra como operaron contra él. Recibir newsletter Incluso hay más variables en el mismo sentido. De acuerdo a la consideración del magistrado Alejo Ramos Padilla, los arrepentidos que ayudaron a impulsar varios de esos expedientes años atrás podrían ser en realidad hombres que hablaron guionados por el Gobierno de Mauricio Macri para dañar judicialmente a ex funcionarios de la anterior gestión. Algunos de los principales periodistas que investigaron casos de corrupción en los años del apogeo del poder K, también son potenciales usuarios de la información recolectada de modo quizás delictual. Es decir, serían cómplices de criminales y extorsionadores. Ese mismo rol, siempre de acuerdo a hipótesis judiciales del juzgado de Dolores, les cabría también a dos de las legisladores que más denuncias con pruebas presentaron en los tribunales en los últimos años: las diputadas Elisa Carrió y Paula Olivetto, de la Coalición Cívica. El devenir del “caso D’alessio” produjo sorpresas. Tras las primeras medidas de prueba destinadas a detectar si era real la denuncia que dio comienzo a la causa, es decir, una posible extorsión que habría cometido el fiscal del caso “Cuadernos”, Carlos Stornelli, a una víctima que jamás estuvo ni mencionada en ese expediente, el empresario Pedro Etchebest, sumadas a la presentación de cada vez más querellantes en el caso de Dolores, generó que ex funcionarios y militantes K pidieron ser querellantes o presenten nuevas acusaciones en esta trama. Algunos de ellos pidieron acceder al expediente. Y otros nuevos testigos empezaron a avalar las coartadas de inocencia de procesados o presos del kirchnerismo, ya desechadas en otras investigaciones judiciales. Ramos Padilla descartó su primera hipótesis respecto a que el fiscal Stornelli le habría pedido una coima a Etchebest a través del falso abogado y falso espía de los organismos estatales de Inteligencia de la Argentina y los Estados Unidos, Marcelo D’alessio. Pero aun así mantiene bajo sospecha al investigador del caso Cuadernos porque lo considera usuario de una red de espionaje paraestatal que lideraba el extravagante preso principal de esta historia. Si logra procesar a Stornelli, las nulidades en la causa más grave de corrupción, con más de treinta arrepentidos, entre empresarios, ex funcionarios y testaferros confesos, podría tambalear. La procesada como jefa de una asociación ilícita en ese expediente es Cristina Fernández. Gracias a la verborragia de D’alessio, que le confesaba sus posibles delitos cometidos y por cometer al supuesto extorsionado Etchebest, el juez Ramos Padilla asegura haber descubierto una red de espías que trabajaba para enriquecerse y sembrar sospechas en causas judiciales con investigadores cómplices de sus audacias, según afirmó en varios escritos. El propio Etchebest, viejo conocido de D’alessio, ya lo describe como un “mentiroso” en su primera declaración testimonial en Dolores. D’alessio solía decir que era agente de la DEA, la NSA de los Estados Unidos pero al mismo tiempo aparecía en televisión mostrando su cara y su nombre real. Pecados imperdonables para un espía. Este último organismo informó en el Congreso que desde el año 2017 un juez que investigaba a D’alessio por otra supuesta extorsión, Luis Rodríguez, ya había recibido un oficio en el que se le aseguraba que el falso abogado era también un falso espía nacional. Los Estados Unidos también negaron que el falso abogado y falso espía argentino sea espía norteamericano. De acuerdo a Ramos Padilla, D’alessio igualmente tendría contactos con el mundo de la Inteligencia local. Tanto es así que un ex agente de la AFI, que dejó su puesto en el 2016, Rolando Barreiro, confesó que trabaja junto a D’alessio. Éste último, subordinado del diputado de La Cámpora y ex AFI, Rodolfo Tailhade, alimentó las hipótesis investigadas por el juez de Dolores. Gracias a esas declaraciones, sumadas a las del fiscal suspendido de Mercedes, Juan Bidone, investigador del Triple Crimen de la Efedrina, que admitió bajo juramento que le daba información sensible a D’alessio porque lo creía espía verdadero, y a presentaciones de los jefes de la AFI en el Congreso, y a una denuncia de la ex abogada de Leonardo Fariña, arrepentido en el caso de la Ruta del Dinero K, entre otras, permitieron que el expediente Dolores sea hoy un refugio para kirchneristas con problemas tribunalicios. La ex abogada de Fariña, por ejemplo, recién ahora denuncia que éste último declaró contra Cristina Fernández porque recibió un “guión” del Gobierno de Macri. El abogado del socio de Amado Boudou, el millonario súbito José María Núñez Carmona, le pidió a Ramos Padilla que investigue si la declaración como arrepentido del confeso negociador por parte de Boudou de la compra de la fábrica de billetes Ciccone no estuvo también influenciada por funcionarios de Cambiemos. Los Moyano también quieren que sea Ramos Padilla quien impulse una pesquisa para determinar si la familia camionera fue espiada de modo ilegal por la AFI. El ex jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, se presentaría como querellante porque el suspendido fiscal Bidone dijo que D’alessio, por impulso de Carrió, le pedía direccionar el caso de la efedrina hacia el ex funcionario identificado por su bigote. Hay fechas que no cierran: Bidone dijo que conoció a D’alessio a mediados del 2016, cuando el caso efedrina ya lo tramitaba la juez María Servini. Varios abogados de procesados o presos K, algunos de ellos respetados en distintos fueros, presentaron un insólito escrito a la Defensora General de la Nación, Stella Maris Martínez. Le pidieron a la jefa de los defensores oficiales que les de explicaciones sobre cómo declararon los arrepentidos de la causa “Cuadernos”. Creen que puede haber habido irregularidades y presiones. Apuntaron, en especial, a un arrepentido crucial: el ex chofer Oscar Centeno, el autor de los cuadernos, bitácoras de la corrupción K. Curioso: no hay ninguna denuncia de otro imputado colaborador en el caso que ponga en duda el modo en el que declararon sus clientes. Más curioso aun, o quizás no tanto: los abogados de “Iniciativa Justicia” solo se preocuparon por el caso que más afecta a los K. El Programa de Protección de Testigos custodia hoy a 236 imputados colaboradores que pidieron custodia al Estado. Hay más información. Pero una página de un diario no entra siquiera una parte ínfima de un universo.
Caso Dalessio: el juzgado de Dolores se convirtió en una nueva "guarida" de los K
Un pequeña esfera tornasolada, de un fulgor notable, en la que se puede ver el universo entero al mi…