Seguridad

El espía arrepentido está listo para hablar

Hugo Barreiro es un engranaje importante de la trama que investigan en Dolores por su condición de agente de la AFI. Sus trabajos con D’Alessio y Bidone.

El prófugo agente de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Hugo Rolando Barreiro, se presentó este viernes en Dolores y durante la mañana del sábado va a declarar ante el juez Alejo Ramos Padilla. El rumor instalado era que Barreiro primero pidió hablar con el fiscal Juan Pablo Curi, algo que hacen habitualmente los que proponen declarar como arrepentidos. Si el imputado acuerda con el fiscal una declaración, recién después se le entrega al juez para que la acepte y acepte al que declara como imputado colaborador. El abogado de Barreiro, Guillermo Alberdi, pidió hablar con el fiscal Curi, pero éste –posiblemente en sintonía con Comodoro Py– se negó a tomarle declaración como arrepentido. Por lo tanto, el magistrado decidió que el espía –no se sabe si en actividad oficial o es inorgánico– va a declarar hoy muy temprano y si quiere hacerlo como arrepentido ahí mismo se le dará vista al fiscal. Todo va a ser filmado como lo requiere la Ley del Arrepentido, algo que el fiscal Carlos Stornelli eludió hacer en la causa de las fotocopias de los cuadernos. Barreiro pasará la noche en una comisaría de la zona de Dolores. El espía ahora detenido es un engranaje muy importante de la trama. En primer lugar, porque es parte del aparato del Estado, del Poder Ejecutivo, ya que responde a las órdenes de los titulares de la AFI. Nació en el año 1981, de manera que es demasiado joven para estar jubilado, pero no se puede descartar que haya renunciado a la AFI y se dedicara a este tipo de trabajo sucio como inorgánico. En concreto, Barreiro llevó al falso abogado Marcelo D’Alessio a Mercedes y se lo presentó al fiscal Juan Ignacio Bidone. De ese dúo (Bidone-D’Alessio) empezaron a surgir parte de los datos con los que se hacían las extorsiones, como por ejemplo los informes de Migraciones, de llamadas telefónicas y datos de las causas penales. Como ya señaló este diario, Barreiro, alias Rolo, integraba la Sala 85, que es Contrainteligencia y revistó en las sedes de la ex SIDE en Ezeiza y en Miami. Ambas lugares son de importancia. Miami, porque es desde donde se articulan los contactos con los servicios de inteligencia de ENE. En tanto Ezeiza es un lugar clave respecto del terrorismo y el narcotráfico y, según denunciaron Oscar Parrilli y Juan Martín Mena, titulares de la AFI durante el gobierno de CFK, era el escenario de grandes negocios y equipos que funcionarios de inteligencia traían de contrabando. En su declaración de este jueves ante el juez Luis Rodríguez, el fiscal Bidone reiteró que Barreiro le fue presentado oficialmente como integrante de la AFI. Es más, Rolo concurrió con otro agente que exhibió una credencial de la AFI, Claudio Alvarez, hombre que también integró la Sala 85. Ambos le dijeron a Bidone que tenían información sobre el triple crimen de General Rodríguez –la causa que instruía Bidone– y sobre el prófugo Ibar Pérez Corradi, escondido en la Triple Frontera. Pero, además, Barreiro llevó a Mercedes a D’Alessio y también lo presentó como un experto en narcotráfico e integrante de agencias norteamericanas, en especial la DEA. Como se ve, Barreiro aparece como nexo entre la AFI y D’Alessio, ya que es quien introduce al falso abogado en la causa del triple crimen. Lo que hasta el momento Bidone no pudo explicar –seguramente intentará hacerlo ante el juez Alejo Ramos Padilla– es por qué pidió informes a Migraciones, a las telefónicas y a otros organismos para luego entregarle esa información a D’Alessio. El ahora detenido falso abogado usó esos datos para extorsionar a Pedro Etchebest y a Gabriel Traficante, un empresario y un aduanero, a los que les pidió miles de dólares exhibiendo su poder: que tenía información –la que le consiguió Bidone–; armas, vinculación con el fiscal Carlos Stornelli y el poder de que casi cualquier cosa fuera publicada por Daniel Santoro, ya sea en la televisión o en el diario Clarín. En las escuchas telefónicas aportadas a la causa D’Alessio habla de importantes cantidades de dinero que manejaba en sociedad con Bidone. Barreiro tiene que explicar quiénes fueron los jefes que le dieron órdenes en la AFI, cómo era su vínculo operativo con los dos ex policías ahora detenidos, Aníbal Degastaldi y Ricardo Bogoliuk, y quién más le daba información e instrucciones. Sucede que D’Alessio no sólo extorsionaba sacándole plata a sus víctimas, sino que también llevó personas a declarar a la fiscalía de Stornelli o mandaba a espiar y seguir a la ex pareja de Florencia Antonini, la actual esposa del fiscal. El propio Barreiro también figura en el expediente como vinculado con una de las extorsiones. El testigo y víctima del apriete en una causa relacionada con contenedores en el puerto de Buenos Aires, Rodolfo Costa, dice que Barreiro estaba presente cuando le pidieron miles de dólares para hacerlo zafar de una supuesta acusación penal.

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