Política

La confesión de Campillo vincula a Cristina con la plata negra de Daniel Muñoz

En las épocas de su esplendor político, siempre ponía una rosa roja en su impecable escritorio. Ahor…

En las épocas de su esplendor político, siempre ponía una rosa roja en su impecable escritorio. Ahora, abandonado por los K, puso una bomba judicial y política ante la Justicia. Juan Manuel Campillo con su confesión prácticamente mató la hipótesis según la cual Daniel Muñoz le “robó” 70 millones de dólares a Néstor y Cristina Kirchner y alimentó, en cambio, la que sostiene que era un testaferro de los ex presidentes. Muñoz fue el secretario privado que más bolsos con coimas recibió. Según el ex ministro de Economía de Santa Cruz y titular de la ONCCA, Isidro Bounine (ex secretario privado de los Kirchner) lo llamó mientras Muñoz se estaba muriendo de cáncer, a mediados del 2016, para pedirle asesoramiento sobre los 70 millones de dólares invertidos en inmuebles y cuentas en EE.UU. Recibir newsletter Campillo dijo al fiscal Carlos Stornelli que suponía que "eran órdenes de la doctora Kirchner" porque Bounine, ahora en el llano, seguía trabajando con ella. Sucede que tras ser ministro de Economía de Santa Cruz, desde donde ayudó en el 2006 a Lázaro Báez a recuperar 10 millones de dólares que había bloqueado la Justicia de Liechtenstein, y titular de la ONCCA, Campillo creó la consultora Indomia para asesorar “contra el lavado” de dinero, aunque en Comodoro Py creen que hacía exactamente lo contario. Siempre fue un protegido de Néstor y cuando se casó con el modisto de las famosas Carlos Di Domenico fue denunciado por tener supuestas cuentas en el paraíso fiscal de Andorra y una mansión en Milán. En los tribunales federales se preguntan por qué Bounine llamó a Campillo y en calidad de qué si no era parte del entorno marplatense de Muñoz, es decir los martilleros Sergio Todisco y María Ortiz Municoy. Todisco fue a ver a Muñoz mientras agonizaba en una clínica porteña y le comunicó que dejaba de ser su testaferro. Se había separado de Ortiz Municoy, quien había sido la broker inmobiliaria en EE.UU. y su padre, el dueño de la fábrica de pullovers de Mar del Plata “Mauro Sergio” había muerto y había heredado sus negocios. Muñoz se enojó y comenzó a buscar a otros tesfaterros y es en esa etapa que aparece Campillo. Otras fuentes agregaron que Todisco “tendría cuentas en la banca privada de Andorra” y que su ex mujer amplió, por tercera vez, su confesión como arrepentida, revelando “nuevos y graves hechos” que alimentan más las pruebas en la causa. Las acusaciones cruzadas, que en general confirman que detrás de estos 70 millones de dólares operó un grupo organizado, alimentan con más indicios el funcionamiento de un aceitado mecanismo de recaudación de coimas y de ocultamiento de plata negra. Desgraciadamente, hasta ahora no se pudo recuperar la plata -aunque se está cerca de esa posibilidad- porque Campillo fue desplazado por el abogado Miguel Plo, otro de los indagados que aún guarda secretos. También se perdió esa oportunidad de encontrar la plata, afirmaron fuentes judiciales, porque la investigación sobre Daniel Muñoz la tuvo, antes que Bonadio, su colega Luis Rodríguez “quien perdió un tiempo clave y un testigo así lo contó”. En estos últimos meses se desmoronó un segundo anillo del entorno de Cristina: Campillo; el ex secretario de Obras Públicas, José López; el ex titular del OCCOVI y representante especial ante Venezuela, Claudio Uberti; su ex secretario privado Fabián Gutiérrez; Carlos Gellert (hijo de la ex diputada K Blanca Blanco) y su ex jefe de gabinete Juan Manuel Abal Medina, entre otros. En las próximas semanas se espera el arrepentimiento de otro personaje clave que podría perforar el último anillo de confianza de Cristina integrado aún por Lázaro Báez, Cristóbal López, Osvaldo “Bochi” Sanfelice y el ex gobernador de Santa Cruz, Carlos Sancho, quien amagó el año pasado con confesar y un oportuno llamado desde Río Gallegos le hizo cambiar súbitamente de opinión.

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