Seguridad

La causa comienza a amesetarse entredenuncias cruzadas y acusaciones

El juez fue recusado dos veces y deberá resolver la Cámara; la relación con la familia es cada vez peor

ESQUEL. - Mientras las diferentes hipótesis que orientaban la investigación por la desaparición de Santiago Maldonado quedaron, en parte, relativizadas anteayer al no poder ser respaldadas con elementos probatorios durante el megaallanamiento del Pu Lof, la pesquisa para encontrar al joven entró en una meseta, sin nuevas pistas hasta ahora. Si bien ya fueron enviados los elementos secuestrados en la comunidad para que sean peritados por el departamento de criminalística de la Policía Federal -camperas negras, celulares y mochilas-, no hay presunciones fuertes que solventen que esas prendas y pertenencias fueran del joven tatuador. Así, mientras el rastro de Santiago Maldonado se adentra cada vez más en un cono de sombras, se suscitaron nuevos incidentes -tanto verbales como judiciales- en las causas que investigan su desaparición, presididas por el juez federal Guido Otranto. El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) se sumó ayer a la recusación del juez y objetó su imparcialidad a partir de las declaraciones de Otranto a LA NACION. Antes lo había hecho la familia Maldonado, a través de su abogada, Verónica Heredia, aunque con otros argumentos que confluyen en una misma acusación: falta de objetividad. La pésima relación de la familia con el magistrado se exacerbó anteayer, durante el allanamiento del Pu Lof, y alcanzó un punto sin retorno: "Sos un hijo de puta. Hijo de puta, hijo de puta. Tu cabeza va a rodar junto con la de (Patricia) Bullrich y (Pablo) Noceti", había amenazado Sergio Maldonado a Otranto desde la tranquera del predio, mientras se cumplía con las medidas judiciales. Frente a medio centenar de testigos, el hermano de Santiago continuó increpándolo de viva voz, mientras su abogada le gritaba que impugnaría por nulidad las medidas que se estaban realizando, pero el magistrado no respondió. Así lo contaron varios testigos presentes a LA NACION. Frente a ese escenario, el juez les negó participar del operativo, para que las medidas judiciales, entre ellas un amplio rastrillaje por tierra y por agua, pudieran concluirse sin impedimentos, dijeron fuentes de ese juzgado. La familia denunció luego que en un supuesto acto de manifiesta arbitrariedad Otranto había permitido más tarde sólo el ingreso de los letrados de Gendarmería. En rigor, cuando el grueso de las medidas ya estaban encaminadas, accedieron al predio la abogada del CELS, Paula Litvachky, y un miembro de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), Julio Saquero, junto a Manuel Barros, uno de los letrados de Gendarmería. Ayer, en la puerta del juzgado Sergio Maldonado volvió a arremeter contra el magistrado, que se negó a recibirlo. Dijo que Otranto "es más el abogado de Gendarmería que nuestro", al afirmar que la asistencia letrada de los gendarmes había podido reunirse ayer con Otranto. Consultados por LA NACION, los letrados de esa fuerza precisaron que nunca pidieron una reunión con el juez, sino que se acercaron a la mesa de entradas para saber si debían notificarse de alguna medida. "Están buscando nuevos incidentes porque está claro que quieren apartarlo de la causa", manifestó una fuente con acceso al expediente, que contó que en esa misma mesa de entradas la abogada Heredia le dijo a la empleada cuando le notificó que no sería recibida por Otranto: "Te voy a incendiar en los medios". Así las cosas, Heredia y la familia del joven participarán de una audiencia mañana en la Cámara de Comodoro Rivadavia para exponer sus argumentos de recusación. El tribunal deberá expedirse sobre si aparta o no a Otranto. De prosperar el pedido de la familia, la investigación por la desaparición del joven volvería a foja cero. Otranto, por otro lado, deberá expedirse sobre los argumentos recusatorios del CELS. Se da por descontado que los rechace, con lo cual ambos incidentes pasarán a la Cámara. Ayer, en tanto, se abrió otro frente para el magistrado. Un policía de Río Negro denunció en una comisaría de Viedma que durante el segundo rastrillaje, el 16 de agosto, en el Pu Lof, se habían encontrado casquillos 9 mm y una bomba cazabobos y que estas pruebas habrían sido rechazadas por Otranto, al negarse a su secuestro. Al ser consultadas por LA NACION, fuentes cercanas al magistrado señalaron que ese día "observamos dentro del lof una caja con cartuchos de posta de goma que habíamos visto el año anterior y por eso no le dimos importancia". El Ministro de Justicia y Seguridad de Río Negro, Gastón Pérez Estevan, elevó esa denuncia a los tribunales federales de Viedma.

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