Desde Trelew “Ni la tierra ni las mujeres somos territorios de conquista”, fue el grito que surgió en la apertura del Encuentro Nacional de Mujeres. El discurso inaugural en Trelew, Chubut, estuvo marcado por la geografía y la historia patagónica en una clara huella de como la federalización del feminismo marca diferencias según cada punto cardinal desde donde se habla y se marcha. “Las recibimos hoy en territorios ancestrales, donde mujeres originarias han resistido y continúan haciéndolo desde hace más de 500 años”, dio la bienvenida la locutora Karina James, integrante de la Comisión Organizadora. El 13 de octubre, un día después del 12 de octubre, que ahora se nombra como día de respeto a la diversidad cultural, la apertura del 33º Encuentro Nacional de Mujeres respaldó el pedido para que sea un Encuentro plurinacional. “Bienvenidas a todas. El pueblo tehuelche, mapuche y guaraní están presentes. Venimos a fortalecernos y a querernos plurinacional. Somos mujeres criminalizadas por el Estado. Estamos para compartir sabiduría”, contextualizó Ivana Huenelaf, mapuche tehuelche. También hablaron las mapuches Verónica Tellado y Jeanette Calfú; Lolita Chávez, maya quiché, de Guatemala y Adriana Guzmán Jimena Tejerina, del feminismo comunitario de Bolivia. Los puntos centrales del documento rechazaron la mega minería, el extractivismo, la represión a la protesta y los derechos de los pueblos originarios. También marcaron el aumento del desempleo y el impacto del ajuste sobre las mujeres. Y se pidió la aprobación del aborto legal, seguro y gratuito, la emergencia en violencia de género y el cupo laboral trans. La sede patagónica se eligió, el año pasado, en Chaco para que el movimiento de mujeres mire al sur. La criminalización de la protesta social fue uno de los disparadores. Además, el fallo F. A. L, que respalda en todo el país los abortos legales (en medio de acciones de boicot de grupos antiderechos como el de la semana pasada en el Hospital Rivadavia), surgió de un aborto realizado en Comodoro Rivadavia en 2010, que fue judicializado y mereció el respaldo de la Corte Suprema. Ahora el fallo es fundamental para defender el acceso a los abortos legales por causales (ante una violación, un embarazo inviable o problemas para la salud o riesgo de vida de la madre) en el contexto de una embestida de los sectores conservadores. Trelew es la ciudad más chica en donde se realizó el Encuentro y su elección no fue azar. A pesar del centralismo político de Buenos Aires, donde se realizó la marcha del 8 de marzo, de Ni Una Menos y las vigilias por el aborto frente a la Cámara de Diputados/as y Senadores/as, el Encuentro es una oportunidad de mostrar un feminismo nómade que irrumpe en ciudades donde se demoniza a las mujeres y las voces quedan silenciadas. La ciudad sentía como un temblor que estaba tomada por una marea verde federal e imparable. Hasta último momento, en Trelew creían que el Encuentro era una leyenda que no iba a concretarse o que quedaría como un fantasma agigantado por la estigmatización. Sin embargo, llegaron –con mucha dificultad, por la distancia, el costo y la falta de infraestructura turística– más de cincuenta mil mujeres de todo el país. A la tarde, a través de los vidrios de las casas acostumbradas a las siestas, el frío y el viento, entraban los gritos de la marcha contra los travesticidios. “Señor, señora, no sea indiferente, se matan las travestis en la cara de la gente”, gritaban en una marcha sorora, diversa y sonora, a las 19:30, con furia trava, gritos, aplausos y cantos. El pueblo, acostumbrado a recibir pocos turistas, viajar a descansar por el fin de semana o salir a probar mariscos, pudo ver lo que la televisión no muestra: la intensidad y unidad de la unidad entre el feminismo y la diversidad sexual y la lucha para que la vida de los y las trans deje de ser los 35 años para dar el derecho a la identidad autopercibida y una expectativa de vida que no se vea cortada por los asesinatos y la falta de acceso a la salud y oportunidades laborales. Una de las oradoras de la apertura fue la trans Nadia Zuñiga, a cargo de la Dirección de Diversidad y Género en Trelew. Además, el documento central reclamó una ley de cupo laboral trans “Diana Sacayán” (dirigente travesti asesinada e impulsora del cupo laboral trans en la Provincia de Buenos Aires) y que la norma que ya rige en Chubut sea reglamentada y aplicada. Otras de las integrantes de la comisión organizadora que tomaron la palabra fueron Marita Quiroga, Magalí Stoyanoff, Andra Leonette, Karen Nasuti y Ornella Spina. Entre todas recordaron a distintas víctimas de la violencia machista. “Hoy volvemos a ocupar la Laguna con una Feria Artesanal que lleva el nombre de la artesana Evelyn Molly, víctima de femicidio. Evelyn y Cintia Guevara Orellano, Rosita Acuña de Trelew, Soledad Arrieta de Comodoro y Daiana Morales de El Maitén engrosan la lista de los más de 130 femicidios sucedidos este año a nivel nacional. Por ello, denunciamos al Estado que no destina recursos ni da respuestas integrales e inmediatas frente a la violencia contra las mujeres y a la justicia patriarcal que avala la impunidad de violentos y femicidas”. El Encuentro Nacional de Mujeres es autónomo, pero pidieron el respaldo del Instituto Nacional de las Mujeres (INAM) para que las mujeres puedan comer. “Le pedimos cuarenta mil viandas para las mujeres con problemas socioeconómicos. Nos aceptaron solo veinte mil y, un mes y medio antes del Encuentro, nos bajaron a doce mil viandas que cuestan alrededor de diez pesos y tienen un sándwich y una fruta”, criticó Mariana Rivas, de la Comisión Organizadora del Encuentro. A partir de la mañana se abrió la discusión en setenta y tres talleres a los que se sumaron, este año, el de futbol y mujeres por la libre autodeterminación de los pueblos. Uno de los puntos fuertes en un año donde la campaña por el aborto motorizó la demanda en el Congreso, es reclamar por el derecho a decidir. Los sectores anti derechos quisieron infiltrar los talleres, práctica que tiene una larga tradición de religiosas mandadas a quebrar los mandatos de las discusiones, pero no llega a ser masiva. Y sí la confirmación que se reclama por la aprobación de la norma. Los talleres llaman a debatir las estrategias para el aborto legal dejan claro que el feminismo argentino no tiene fisuras. Pueden existir mujeres que no respaldan el aborto legal, pero no pertenecen al feminismo organizado. El movimiento de mujeres está firmemente a favor del derecho a decidir sobre los propios cuerpos. A los pañuelos verdes se sumaron pañuelos blancos estampados con la consigna del Encuentro, los violetas contra la violencia machista y los naranjas por la separación de la Iglesia y el Estado. Se criticó el avance de la Iglesia Católica y de las evangélicas como un foco global de organización conservadora contra los derechos sexuales y reproductivos y la disidencia sexual. Por eso se reclamó que no haya injerencia del evangelismo y el catolicismo en las políticas públicas y que no se subsidie a escuelas y actividades religiosas con fondos del Estado. También se criticó la reducción del Ministerio de Salud a Secretaría y se reclamó por la falta de anticonceptivos e insumos. El acto de apertura se realizó en el Autódromo Asociación de Volantes “Mary Valle”. En medio de una geografía de bardas, a donde la historia quiso nombrar un desierto y las mujeres originarias reivindican sus huellas y descalzan la conquista, donde se quiso reducir los derechos sexuales con la justificación que gobernar es poblar, también tomar el territorio para hablar de deseos y derechos fue una victoria. “Las mujeres habitamos el autódromo solamente con calzas en el culo y con tetas mojadas de champagne”, diferenciaba, tajante, Rivas, sobre la apropiación de la tierra, el cuerpo y la palabra. En medio del desierto patagónico, con la tierra entrando en los ojos y la garganta, con la sed en los poros y el horizonte como un fondo de estepas con el cielo abierto de horizonte, la convocatoria festejo: “Acá estamos: reunidas, empoderadas, politizadas, autopercibidas, rebeladas, organizadas, apasionadas, liberadas, abrazadas, encendidas, entusiamadas, emocionadas¸ encontradas”.
Masivo, combativo, nacional
Aborto legal, derechos indígenas, una fuerte y clara agenda trans, duras críticas al Estado, la Iglesia Católica y los evangelistas fueron los puntos fuertes de la agenda. El feminismo “nómade” y las delegaciones internacionales.