La posibilidad aún es remota, porque ninguna de las dos causas en la que está acusada se encamina ahora hacia alguna sentencia. El caso Hotesur aún está bajo revisión de la Cámara Federal, pero con la elevación a juicio oral del caso Los Sauces, firmada por el juez Julián Ercolini este miércoles, la contingencia de que Florencia Kirchner pueda ser detenida está un paso más cerca. Recordemos, la joven productora de cine no tiene los fueros parlamentarios que hoy protegen a su madre y a su hermano Máximo de una eventual captura. La hija menor de los ex presidentes de la Nación está acusada por lavado de dinero a través del alquiler de las propiedades que la familia transfirió y compró a nombre de la sociedad Los Sauces, y que luego alquilaba a Lázaro Báez, Cristóbal López, Osvaldo "Bochi" Sanfelice o a las distintas empresas de esos amigos de los Kirchner y florecientes contratistas del Estado. "Cristina Kirchner, junto con Néstor, Máximo y luego Florencia Kirchner habrían utilizado a Los Sauces como un mecanismo permanente para el reciclaje de fondos ilícitos que provenían en el caso de las empresas de Lázaro Báez de la defraudación al Estado nacional a través de la asignación irregular de obra pública vial en Santa Cruz", dice el juez, tal como él mismo investigó en otro expediente cuyo juicio oral comenzará el 26 de febrero próximo. Cuando la causa avanzaba con la acusación de los fiscales Gerardo Pollicita e Ignacio Mahiques, Cristina intentó desacreditar la acusación contra Florencia, pues en el 2003 -cuando Néstor Kirchner llegó al poder y empezó a distribuir negocios supuestamente turbios a Báez y Cristóbal López, ella tenía sólo 13 años. Pero el tiempo pasó, y el involucramiento de la joven en las actividades comerciales de su familia fue creciendo junto con ella. A Florencia Kirchner, nacida el 6 de julio de 1990 en Río Gallegos, "soltera, cineasta y escritora", tal como la describe la resolución judicial, se le imputa haber formado parte de la asociación ilícita que habría defraudado al Estado y lavado dinero a través del alquiler de propiedades a amigos de la familia que eran contratistas o licenciatarios del Estado (Lázaro Báez y Cristóbal López) Tras su ingreso a la sociedad Los Sauces después de la muerte de su padre, en octubre de 2010, -y ya con veinte años cumplidos- Florencia Kirchner "ejecutó y dirigió hasta marzo de 2016 un esquema de reciclaje de fondos ilícitos a través de Los Sauces, por medio del cual se logró legitimar una porción de dinero de procedencia ilegítima que era canalizado por empresas del grupo Báez y del grupo Indalo a través de la actividad inmobiliaria y hotelera desplegada por la sociedad comercial" familiar, afirma el juez. Ercolini apunta a Florencia porque, tras su ingreso como accionista en Los Sauces, "designó autoridades en el directorio y se colocó a sí misma en el cargo de vicepresidente a partir del año 2012 -durante dos mandatos de tres años cada uno- escoltando primero a su hermano Máximo y luego a su prima Romina Mercado". La acusación continúa con la supuesta participación de Florencia en el alquiler de las propiedades que la familia había comprado y luego transferido a Los Sauces, para tratar de justificar una porción de dinero ilícito. Además, desde que integró el directorio, la hija de Cristina "aprobó todos los ejercicios de Los Sauces, avaló la compra de propiedades, ratificó la contratación con las empresas de Báez, López y Osvaldo Sanfelice, designó a las autoridades del órgano de administración, recibió 3, 7 millones de pesos por parte de Los Sauces y de la Sucesión de Néstor Kirchner, y se benefició con el crecimiento de la sociedad familiar en más de un 12.000%, con el retiro personal de fondos, el pago de salarios y la utilización particular de bienes de la sociedad". Hasta el departamento porteño en el que vive Florencia, de la calle San José 1111, es propiedad de Los Sauces. De hecho, la justicia también sospecha de que lo habite "sin abonar canon alguno a la sociedad". El Tribunal Oral Federal 5 ahora deberá recibir el expediente Los Sauces y organizar las audiencias, que comenzarán en algún momento del año que viene. Según la fecha de inicio, también es posible -y razonable- que la sentencia se conozca en 2019. Si Florencia Kirchner llega a ser condenada, se abren dos caminos: o que se le permita apelarla en libertad, o que -como ocurrió con Amado Boudou en Ciccone- que el tribunal ordene detenerla si esa hipotética condena implicara una pena de cumplimiento efectivo. También hay otra posibilidad: que para entonces, Florencia sea diputada por alguna lista tras las elecciones de octubre. Así podría refugiarse bajo el tinglado generoso que hoy cobija al resto de su familia.
Sin fueros, Florencia Kirchner podría quedar detenida si la condenan por corrupción
La posibilidad aún es remota, porque ninguna de las dos causas en la que está acusada se encamina ah…