Como si fuese poco el tener que enfrentar una leucemia con tan solo 15 años, Adrián Suárez y su familia viven momentos de bronca y angustia por el robo del vehículo con el que se trasladan a diario. Adrián, cuya historia de vida y superación fue contada por Los Andes en febrero, llegó desde Ugarteche en la mañana del viernes 24 de agosto al hospital materno infantil Humberto Notti acompañado de sus padres para la limpieza de un catéter. Cuando salieron del nosocomio se llevaron la desagradable noticia: había desaparecido el Ford Falcon celeste dominio RXL 929 que los ayuda a ir de un lado para el otro y que estaba estacionado a una cuadra. Sus padres, Fernando y Laura, preguntaron a cuidacoches, transeúntes y vecinos de la zona si habían visto el rodado modelo 1972, pero los relatos resultaron contradictorios y todo terminó en un "nadie vio nada". En consecuencia realizaron la denuncia en la Oficina Fiscal 8 de la Comisaría 25 de Guaymallén. Si viste el auto o sabés algo podés comunicarte con la Oficina Fiscal 8 a los teléfonos 431-0747 / 432-4312 o bien al 261 702 8248. Adrián y su historia de amor y voluntad Adrián Suárez tiene 15 años y lejos de bajar los brazos siguió adelante a pesar de la leucemia y se aferró a lo que considera lo más importante de su vida: el amor de su familia. Los Suárez viven hace dos años viven en una finca de Ugarteche (Luján de Cuyo), donde su papá Alejandro y su mamá Laura son los encargados de el cuidado y mantenimiento del joven. Antes, la familia vivió de prestado en otra finca de Lavalle, en una piecita y en una pensión que no estuviera muy lejos del hospital Notti, donde Adrián debió internarse para seguir con su recuperación. Estuvo más de un año y medio hospitalizado y en el camino afrontó diferentes altibajos: contrajo neumonías, estuvo varias veces en terapia intensiva, lo atacaron virus hospitalarios debido a la baja en sus defensas y entró en una depresión infantil que sólo se sanó cuando pudo volver a reír junto a Damián, su hermano de 11. Hace más de dos años que Adrián terminó la quimioterapia y ahora requiere de controles periódicos. Inclusive, en octubre es muy posible que tenga su alta definitiva.
