"No puede ser", fue la primera reacción de algunos vecinos del barrio bonaerense de Claypole ante la irrupción de la policía en la vivienda de Mariano Fresco y Verónica Altamirano. Los efectivos, por orden del juez Daniel Rafecas, allanaron la casa y los detuvieron como sospechosos de haber entregado al servicio de mensajería el sobre bomba que explotó en la sede de INDRA, empresa encargada del escrutinio de las elecciones. La opinión de los vecinos de Claypole sobre la pareja es divida. Algunos tildaron a Mariano Fresco como "una buena persona" y destacaron su solidaridad: "Estaba encargado de la Copa de Leche 'Soñando Alto' y daba alimentos a los necesitados", indicaron. Otros, sin embargo, reconocieron que estaban "cansados de los ruidos y las fiestas" que protagonizaban. Mariano Fresco de 30 años es contratista externo para la empresa Telefónica. Se exhibe con orgullo en su cuenta de Facebook su simpatía con el kirchnerismo y el chavismo. También se define como un fanático del rock nacional y de los Rolling Stones e hincha de Chacarita Junior. Es un ferviente seguidor del Indio Solari y La Renga. Fresco también se muestra muy comprometido con el colectivo Ni Una Menos. Alterna posteos de su familia, amigos, frases de líderes políticos (Nelson Mandela, Che Guevara, Hugo Chavez), fotos de compromiso social, videos de bandas de rock, mensajes en apoyo al kirchnerismo y críticos del macrismo. Verónica Altamirano, de 30 años, comparte ideologías políticas, aunque más matizados, y gustos musicales con su pareja: ironías contra el macrismo, elogios al kirchnerismo y simpatías por el Indio y La Renga. Ambos quedaron detenidos y deberán comparecer en declaración indagatoria ante Rafecas ya que, según el fiscal Guillermo Marijuan, "están vinculados a la entrega del explosivo y, posiblemente, a la confección y preparación". El fiscal Marijuan dio detalles de la pesquisa para llegar al domicilio de Claypole y lograr las detenciones de Fresco y Altamirano: "Fue clave la foto del motoquero, un identikit y un llamado telefónico". "Sólo contábamos con una foto del motoquero, un identikit y un llamado telefónico", dijo Marijuan, y agregó que, a medida que avanzó la investigación, fueron clave "las comunicaciones telefónicas y las cámaras de la ciudad de Buenos Aires que permitieron a la policía federal hacer un trabajo particularmente importante y al juez ordenar la detención de dos personas".
