Si tomamos como nacimiento el primer día que se la nombró, la Grieta cumple mañana cinco años. Nació el 5 de agosto de 2013. Y sigue saludable, rechoncha, plena de odio. Esta semana tuvo un regalo inesperado: los cuadernos de Centeno, esa especie de Ana Frank del volante que –vaya uno a saber porqué- anotaba al detalle cada paso que daba. Cuando la grieta era evidente, pero nadie la notaba, me tocó señalar hacia allá: es asombroso, incluso para mí, ver ahora que los nombres son siempre los mismos. “Le dedico este premio a Cristóbal López y a Fabián de Sousa, a Lázaro y Martín Báez, a Gerardo Ferreyra y Osvaldo Acosta, a la procuradora Gils Carbó, al fiscal Gonella, a Tortuga Casanello, a Horacio Verbitsky que escribió hoy que la corrupción es un pretexto, a Sergio Szpolski y a Diego Gvirtz... y paro acá, sino sigo hasta las tres de la mañana”, enumeré. “Quiero que mis hijas crezcan en un país en donde vayan presos los que tienen que ir presos y donde devuelvan lo que se robaron” , dije entonces. “Había bóvedas, había bolsos con euros, había estancias, había evasiones millonarias, eran socios... escuché a mucha gente decir lo contrario durante doce años, respondían como fanáticos, como estos de atrás. Nos insultaron, se rieron de nosotros, dijeron que habíamos frivolizado todo”. Con “estos de atrás” me refería a un grupo de cobardes de Canal 7 que chiflaba ocultándose entre las sombras. Releo ahora la mayoría de los nombres y están presos. Sin embargo hoy, cinco años después, seguimos discutiendo si todo era verdad. Otra vez el congreso va a enredarse en discutir la Ley de Protección al Chorro. ¿Qué otra cosa sino es la ley de fueros? La Grieta empeoró: ahora también están de ese lado los grupos de soldados japoneses que se niegan a creer que terminó la Guerra, los que sostienen sin ninguna prueba que Maldonado estuvo desaparecido y fue asesinado, los que, en la cumbre del cinismo, se animan a llamar preso político a De Vido. Vivo en un país donde se arrepienten los choferes y no los periodistas que les dieron sustento a estas bandas durante años. Con Ferreyra (Electroingeniería, ex dueño de Radio del Plata, detenido) no escucho a Claudio Villarruel, Bernarda Llorente, Marcelo Zlotogwiazda, Reynaldo Sietecase, aportándole a la justicia datos que permitan comprender como funcionó aquel aparato de propaganda financiado por el mismo dinero de los bolsos. Las detenciones de Bonadio agregan un elemento nuevo: los empresarios, aquellos que eligieron seguir haciendo negocios en lugar de denunciar los atropellos. Para que pudiera construirse el muro y la Grieta fuera efectiva hicieron falta periodistas que se callaran la boca o mintieran a sabiendas y también empresarios que llenaran los bolsos. La Grieta sólo se cierra con justicia. La Grieta seguirá viva mientras la Justicia siga ausente.
La grieta sólo se cierra con justicia
Se arrepienten los choferes, y no los periodistas que dieron sustento a estas bandas. Si tomamos como nacimiento el primer día que se la nombró, la Grieta cumple mañana cinco años. Nació el 5 de agosto de 2013. Y sigue saludable, rechoncha, plena de odio. Esta semana tuvo un regalo inesperado: los cuadernos de Centeno,