Dicen que siempre se vuelve al primer amor... Luego de la temprana eliminación del Mundial, Paulo Dybala se fue unos días de vacaciones a Córdoba y aprovechó para volver al lugar que lo vio nacer como futbolista. Después de cuatro años, la Joya regresó a La Agustina, el predio de Instituto donde hizo las Inferiores, para saludar a Darío Franco, el técnico que lo hizo debutar en Primera. ¡Y se dio el lujo de entrenar con el plantel! En la mañana fría de Alta Córdoba, el jugador de la Juventus llegó luciendo un gorro que ocultaba su nuevo platinado. Y sin dudarlo fue directamente a buscar al entrenador. Después de un fuerte abrazo y un intercambio de palabras, se puso una pechera violeta, se calzó los botines y le dio un salto de calidad a la práctica durante varios minutos. Además, visitó a la pensión y firmó algunos autógrafos. ¿No se querrá quedar a jugar en la B Nacional?
