Cultura

Los alumnos argentinos están entre los peores del mundo en matemática: avanza un nuevo método para revertirlo

Menos del 1% de los estudiantes porteños logra nivel avanzado en la materia. La Ciudad lidera las pruebas nacionales, pero está entre las últimas a nivel global. Los ministros de educación comenzaron a trabajar en otro modelo de enseñanza

El mismo día en que los ministros de educación comenzaron a avanzar en la construcción de un nuevo método de enseñanza de matemática, se presentó un informe privado que da cuenta de las necesidades de renovación. El enunciado es contundente: los estudiantes argentinos están entre los que tienen peores aprendizajes de la materia. El nuevo informe del Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA) analiza los resultados de las últimas pruebas TIMSS de 2015, que evaluó a 580.000 alumnos de 56 países y 7 jurisdicciones en matemática y ciencias naturales. Por la Argentina solo participó la Ciudad de Buenos Aires que, pese a liderar todas las pruebas nacionales, mostró serias deficiencias en las dos materias. Los problemas se reflejan tanto en primaria como en secundaria. En cuarto grado hubo 56 participantes y CABA se ubicó en el puesto 47 con 432 puntos, lo que la enmarca dentro de la categoría de desempeño Bajo (de 400 hasta 474). Chile, el otro latinoamericano evaluado, no se destacó pero sí logró un puntaje superior (459). "Desde hace tiempo, las evaluaciones indican que los alumnos de nuestro país presentan bajos niveles de conocimientos. Pero el cuadro es aún más crítico cuando se presta atención al escenario internacional, sobre todo teniendo en cuenta que CABA lidera desde hace décadas todas las evaluaciones a escala nacional", consideró Alieto Guadagni, director del CEA, perteneciente a la Universidad de Belgrano. En el inicio del secundario las carencias son más notorias. Con 396 puntos, los estudiantes porteños de primer año ni siquiera lograron alcanzar el nivel "bajo". De 46 participantes, alcanzaron la posición 39; solo superaron a Kuwait, Egipto, Botsuana, Jordania, Marruecos, Sudáfrica y Arabia Saudita. En el desglose pormenorizado, se observa que menos del 1% de los alumnos logró ubicarse en el nivel "avanzado". Apenas un 3% llegó al estándar "alto" y el 21% pudo resolver consignas de nivel "intermedio". En tanto, el 48% solo respondió problemas básicos y el 37% no alcanzó ni siquiera el parámetro "bajo" de conocimientos. Cuando de ciencias naturales se trata, las pruebas nacionales dicen una cosa y las internacionales otra casi opuesta. En las últimas Aprender, por ejemplo, el 79% de los alumnos porteños de primaria se ubicó por encima del nivel "satisfactorio". Sin embargo, en TIMSS quedaron en el puesto 51 entre 56 participantes con una marca considerada en el estándar "bajo". "Estos resultados son un llamado de atención y, por lo tanto, no pueden ser ignorados. Es hora de tomarnos en serio la educación. Son muchas las acciones a encarar para cumplir con este objetivo, pero hay que comenzar por lo más elemental: no se puede perder ni un solo día más de clase. Una escuela cerrada por cualquier motivo debe abrirse y recuperar los días perdidos, ya que son demasiados y comprometen el futuro de nuestros chicos", remarcó Guadagni. Antes del encuentro de ayer, tuvieron lugar dos mesas técnicas que reunieron a especialistas de todo el país y que contó con la presencia de expertos de Francia y Singapur. Justamente el país asiático, líder en las tres disciplinas que evalúa PISA, es la referencia a seguir. Singapur basa su modelo en una máxima: "Enseñar menos y aprender más". La premisa encuentra correlato en los testimonios de los docentes, que reconocen que no llegan a dar todos los temas que plantea la currícula. La opinión de los chicos también pesa: ellos sostienen que no le encuentran un sentido práctico a la matemática, que no les resulta útil en la vida diaria. "Con esta reforma en el proceso de enseñanza y aprendizaje de la matemática, buscamos que los chicos puedan abordar la problemática que les provoca la materia a partir de lo concreto. No estamos detrás de un formato que permita resolver ejercicios de una evaluación, propiciamos una matemática para la vida", dijo Alejandro Finocchiaro, ministro de educación nacional. El método singapurense consiste en retomar temas dados y, a la vez, introducir mayores grados de dificultad. Eso permite la consolidación de conceptos y habilidades. También se destacan por la forma en que visualizan la matemática: uno de sus puntos fuerte radica en que "pictorizan" para luego sí pasar a una fase de abstracción. El nuevo modelo nacional, remarcan, no sera una copia exacta. Se realizarán los ajustes pertinentes. Un funcionario que participó del Consejo Federal le dijo a Infobae: "Hoy les contamos a los ministros en la línea que estamos avanzando y las respuestas fueron muy positivas. Hay tradiciones pedagógicas muy arraigadas que en un momento fueron productivas, pero que no están llegando al aula. Sobre todo hacemos foco en la resolución de problemas, en que el docentes valide distintas soluciones y no una única. Es algo que ya se hace en la primaria, pero en la secundaria se sigue un modelo más clásico. Queremos mejorar esa continuidad en la forma en que los docentes dan matemática". El primer paso será la definición de los Indicadores de Progresión del Aprendizaje (IPA) para clasificarlos entre fundamentales y secundarios. Mercedes Miguel, secretaria de innovación educativa, explcó: "Los antepasados de estos IPA son los Núcleos de Aprendizajes Prioritarios (NAP), que tienen 10 años de antigüedad y debemos actualizarlos. El docente debe contar con una referencia de qué es lo que se espera para cada grado y, si falta algo, poder reponer ese aprendizaje. Necesitamos priorizar los saberes mínimos y garantizar una pedagogía efectiva".

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