Un voluntario que participaba del operativo de rescate de los chicos atrapados en una cueva de Tailandia murió por falta de oxígeno, mientras buceaba en la caverna. El comandante de la fuerza SEAL Arpakorn Yookongkaew dijo en conferencia de prensa que el hombre perdió la vida durante una misión nocturna en la que estaba colocando tanques de oxígeno. "Tras haber dejado la provisión no tuvo el aire necesario para volver", informó el comandante y detalló que "perdió el conocimiento" y que su compañero "intentó ayudarlo" pero no pudo asistirlo. Su cuerpo será trasladado a la ciudad de Sattahip, donde será su funeral. Pese a esta tragedia, Yookongkaew adelantó que los trabajos de rescate no se frenarán. "A pesar del deceso no vamos a parar de trabajar para sacar al grupo", afirmó. Mientras tanto, las autoridades bombean agua hacia fuera de la cueva para intentar bajar el nivel y lograr que los 12 chicos atrapados y su entrenador puedan salir. Los jóvenes fueron hallados el lunes por dos buzos británicos a más de tres kilómetros de distancia de la entrada de la caverna, pero todavía se desconoce cómo y cuándo saldrán. A su vez, están recibiendo clases de buceo, ya que el plan de extracción que tiene más fuerza es que los chicos buceen durante unos cientos de metros a lo largo de estrechos pasadizos con nula visibilidad, pero acompañados de dos rescatistas y atados a una cuerda que serviría de guía. "Estamos esperando una evaluación de los meteorólogos y del estado físico de los jóvenes por los equipos de rescate", dijo Narongsak. "Si hay una posibilidad del 90 % de que puedan salir seguros con buzos, se intentará", finalizó.
